Contents
- 0.1 ¿Cuál es el Evangelio del domingo 12 de marzo del 2023?
- 0.2 ¿Qué Evangelio se lee el domingo?
- 0.3 ¿Qué lecturas se leen en misa?
- 1 ¿Cuántas lecturas se leen en la misa de los domingos?
- 2 ¿Qué se hace el domingo de Cuaresma?
- 3 ¿Cuándo empieza el tiempo de Cuaresma 2023?
- 4 ¿Cuál es el momento más importante de la misa?
- 5 ¿Qué canción se canta antes de leer el Evangelio?
- 6 ¿Qué nos dice el Evangelio del día de hoy?
¿Cuál es el Evangelio del domingo 12 de marzo del 2023?
Evangelio del Día – Lectura del santo evangelio según san Juan Jn 4, 5-42 En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria, llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José. Ahí estaba el pozo de Jacob. Jesús, que venía cansado del camino, se sentó sin más en el brocal del pozo.
- Era cerca del mediodía.
- Entonces llegó una mujer de Samaria a sacar agua y Jesús le dijo: “Dame de beber”.
- Sus discípulos habían ido al pueblo a comprar comida).
- La samaritana le contestó: “¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?” (Porque los judíos no tratan a los samaritanos).
Jesús le dijo: “Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva”. La mujer le respondió: “Señor, ni siquiera tienes con qué sacar agua y el pozo es profundo, ¿cómo vas a darme agua viva? ¿Acaso eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del que bebieron él, sus hijos y sus ganados?” Jesús le contestó: “El que bebe de esta agua vuelve a tener sed.
- Pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed; el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un manantial capaz de dar la vida eterna”.
- La mujer le dijo: “Señor, dame de esa agua para que no vuelva a tener sed ni tenga que venir hasta aquí a sacarla”.
- Él le dijo: “Ve a llamar a tu marido y vuelve”.
La mujer le contestó: “No tengo marido”. Jesús le dijo: “Tienes razón en decir: ‘No tengo marido’. Has tenido cinco, y el de ahora no es tu marido. En eso has dicho la verdad”. La mujer le dijo: “Señor, ya veo que eres profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte y ustedes dicen que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén”.
Jesús le dijo: “Créeme, mujer, que se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adorarán al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos. Porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora, y ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así es como el Padre quiere que se le dé culto.
Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad”. La mujer le dijo: “Ya sé que va a venir el Mesías (es decir, Cristo). Cuando venga, él nos dará razón de todo”. Jesús le dijo: “Soy yo, el que habla contigo”. En esto llegaron los discípulos y se sorprendieron de que estuviera conversando con una mujer; sin embargo, ninguno le dijo: ‘¿Qué le preguntas o de qué hablas con ella?’ Entonces la mujer dejó su cántaro, se fue al pueblo y comenzó a decir a la gente: “Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho.
- ¿No será éste el Mesías?” Salieron del pueblo y se pusieron en camino hacia donde él estaba.
- Mientras tanto, sus discípulos le insistían: “Maestro, come”.
- Él les dijo: “Yo tengo por comida un alimento que ustedes no conocen”.
- Los discípulos comentaban entre sí: “¿Le habrá traído alguien de comer?” Jesús les dijo: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y llevar a término su obra.
¿Acaso no dicen ustedes que todavía faltan cuatro meses para la siega? Pues bien, yo les digo: Levanten los ojos y contemplen los campos, que ya están dorados para la siega. Ya el segador recibe su jornal y almacena frutos para la vida eterna. De este modo se alegran por igual el sembrador y el segador.
Aquí se cumple el dicho: ‘Uno es el que siembra y otro el que cosecha’. Yo los envié a cosechar lo que no habían trabajado. Otros trabajaron y ustedes recogieron su fruto”. Muchos samaritanos de aquel poblado creyeron en Jesús por el testimonio de la mujer: ‘Me dijo todo lo que he hecho’. Cuando los samaritanos llegaron a donde él estaba, le rogaban que se quedara con ellos, y se quedó allí dos días.
Muchos más creyeron en él al oír su palabra. Y decían a la mujer: “Ya no creemos por lo que tú nos has contado, pues nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es, de veras, el salvador del mundo”.
¿Qué Domingo de Cuaresma es el 12 de marzo?
Danos agua de beber.
¿Qué Evangelio se lee el domingo?
Evangelio del domingo – Lectura del santo evangelio según san Mateo (16,13-20): En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.» Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.» Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.» Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.
Palabra del Señor
¿Qué lecturas se leen en misa?
Segunda parte ESTRUCTURA DE LA ORDENACIÓN DE LAS LECTURAS DE LA MISA Capítulo IV ORDENACIÓN GENERAL DE LAS LECTURAS DE LA MISA 1. Finalidad pastoral de la Ordenación de las lecturas de la misa 58 La Ordenación de las lecturas, tal como se halla en el Leccionario del Misal romano, ha sido elaborada, según la mente del Concilio Vaticano II, con una finalidad principalmente pastoral.
Para ello, no sólo los principios en los que se basa la nueva Ordenación, sino también todo el conjunto de textos de la misma, han sido revisados y pulidos una y otra vez, con la cooperación de muchas personas, de todo el mundo, versadas en materia exegética, litúrgica, catequética y pastoral. La Ordenación es el resultado de este trabajo en común.
Esperamos que una prolongada lectura y explanación de la sagrada Escritura, hecha al pueblo cristiano en la celebración eucarística, según esta Ordenación de lecturas, sea muy eficaz para alcanzar la finalidad expuesta una y otra vez por el Concilio Vaticano II.96 59 En esta reforma, ha parecido conveniente confeccionar una sola Ordenación de lecturas, rica y abundante, lo más conforme con la voluntad y las normas del Concilio Vaticano II, 97 pero que, al mismo tiempo, por su forma se acomodara a determinadas exigencias y costumbres de las Iglesias particulares y de las asambleas celebrantes.
Por esta razón, los encargados de elaborar esta reforma se preocuparon de salvaguardar la tradición litúrgica del rito romano, sin detrimento de una gran estima por el valor de todas las formas de selección, distribución y uso de las lecturas bíblicas en las demás familias litúrgicas y en algunas Iglesias particulares, valiéndose de lo que ya había sido comprobado por experiencia y procurando, al mismo tiempo, evitar algunos defectos existentes en la tradición precedente.60 Por tanto, la presente Ordenación de las lecturas de la misa es una disposición de lecturas bíblicas que suministra a los cristianos el conocimiento de toda la palabra de Dios, junto con la adecuada explicación.
En todo el año litúrgico, pero sobre todo en los tiempos de Pascua, de Cuaresma y de Adviento, la selección y distribución de lecturas tiende a que, de modo gradual, los cristianos conozcan más profundamente la fe que profesan y la historia de la salvación.98 Por esto, la Ordenación de las lecturas responde a las necesidades y deseos del pueblo cristiano.61 Aunque la acción litúrgica, de por sí, no es una forma determinada de catequesis, incluye, no obstante, un carácter didáctico, que se expresa también en el Leccionario del Misal romano, 99 de manera que, con razón, puede ser considerado como un instrumento pedagógico para el fomento de la catequesis.
En efecto, la Ordenación de las lecturas de la misa ofrece adecuadamente, tomándolos de la sagrada Escritura, los hechos y palabras principales de la historia de la salvación, de modo que esta historia de la salvación, que la liturgia de la palabra va recordando paso a paso en sus diversos momentos y eventos, aparece ante los fieles como algo que tiene una continuidad actual al hacerse de nuevo presente el misterio pascual de Cristo, celebrado por la eucaristía.62 Hay otras perspectivas desde las cuales se comprende también la conveniencia y utilidad pastoral de una sola Ordenación de lecturas del Leccionario de la misa en el rito romano: el hecho de que todos los fieles, principalmente aquellos que, por diversos motivos, no siempre participan en la misma asamblea, en cualquier parte, en determinados días y tiempos, escuchen las mismas lecturas y las mediten aplicadas a las circunstancias concretas, incluso en aquellos lugares en que, por carecer de sacerdote, un diácono u otra persona delegada por el obispo dirige la celebración de la palabra de Dios.100 63 Los pastores que quieran dar una respuesta peculiar, tomada de la palabra de Dios, a las cuestiones de sus propias comunidades, sin olvidar que ellos han de ser, antes que nada, heraldos de la totalidad del misterio de Cristo y del Evangelio, pueden usar, según convenga, de las posibilidades que ofrece la misma Ordenación de las lecturas de la misa, sobre todo con ocasión de la celebración de alguna misa ritual, votiva, o en honor de los santos, o por diversas circunstancias.
Teniendo en cuenta las normas generales, se conceden unas facultades particulares en cuanto a las lecturas de la palabra de Dios en las celebraciones de la misa para grupos particulares.101 2. Principios observados en la elaboración de la Ordenación de las lecturas de la misa 64 Para alcanzar la finalidad propia de la Ordenación de las lecturas de la misa, la elección y distribución de los fragmentos se ha hecho teniendo en cuenta la sucesión de los tiempos litúrgicos y también los principios hermenéuticos que los estudios exegéticos de nuestro tiempo han permitido descubrir y definir.
- Por esto, ha parecido conveniente exponer aquí los principios que se han observado en la confección de la Ordenación de las lecturas de la misa.
- A) ELECCIÓN DE LOS TEXTOS 65 La sucesión de lecturas del Propio del tiempo se ha dispuesto de la siguiente manera: en los domingos y fiestas se proponen los textos más importantes, para que, en un congruo espacio de tiempo, puedan ser leídas ante la asamblea de los fieles las partes más relevantes de la palabra de Dios.
La otra serie de textos de la sagrada Escritura, que en cierto modo completan el anuncio de salvación desarrollado en los días festivos, se asigna a las ferias. Sin embargo, ninguna de las dos series de estas partes principales de la Ordenación de las lecturas, esto es, la dominical festiva y la serie ferial, depende la una de la otra.
Más aún, la Ordenación de las lecturas dominical y festiva se desarrolla en un trienio, mientras que la ferial lo hace en un bienio. Por esto, la Ordenación de las lecturas dominical y festiva procede con independencia de la ferial, y viceversa. La sucesión de lecturas propuesta para las demás partes de la Ordenación de las lecturas, como son la serie de lecturas para las celebraciones de los santos, para las misas rituales o por diversas necesidades, o las votivas, o las misas de difuntos, se rige por normas propias.
b) ORDENACIÓN DE LAS LECTURAS PARA LOS DOMINGOS Y FIESTAS 66 Las características de la Ordenación de las lecturas para los domingos y fiestas son las siguientes: 1, Toda misa presenta tres lecturas: la primera, del Antiguo Testamento; la segunda, del Apóstol (esto es, de las epístolas o del Apocalipsis, según los diversos tiempos del año); la tercera, del Evangelio.
Con esta distribución, se pone de relieve la unidad de ambos Testamentos y de la historia de la salvación, cuyo centro es Cristo contemplado en su misterio pascual.2, El hecho de que, para los domingos y fiestas, se proponga un ciclo de tres años es causa también de una lectura más variada y abundante de la sagrada Escritura, ya que los mismos textos no volverán a leerse hasta después de tres años.102 3,
Los principios que regulan la Ordenación de las lecturas para los domingos y fiestas son los llamados de «composición armónica» o de «lectura semicontinua». Se emplea uno u otro principio según los diversos tiempos del año y las notas características de cada tiempo litúrgico.67 La mejor composición armónica entre las lecturas del Antiguo y del Nuevo Testamento tiene lugar cuando la misma Escritura la insinúa, es decir, en aquellos casos en que las enseñanzas y hechos expuestos en los textos del Nuevo Testamento tienen una relación más o menos explícita con las enseñanzas y hechos del Antiguo Testamento.
- En la presente Ordenación de las lecturas, los textos del Antiguo Testamento están seleccionados principalmente por su congruencia con los textos del Nuevo Testamento, en especial del Evangelio, que se leen en la misma misa.
- En los tiempos de Adviento, Cuaresma y Pascua, es decir, en aquellos tiempos dotados de una importancia y unas características peculiares, la composición entre los textos de las lecturas de cada misa se basa en otros principios.
Por el contrario, en los domingos del Tiempo Ordinario, que no tienen una característica peculiar, los textos de la lectura apostólica y del Evangelio se distribuyen según el orden de la lectura semicontinua, mientras que la lectura del Antiguo Testamento se compone armónicamente con el Evangelio.68 Lo que era conveniente para aquellos tiempos anteriormente citados no ha parecido oportuno aplicarlo también a los domingos, de modo que en ellos hubiera una cierta unidad temática que hiciera más fácil la instrucción homilética.
El genuino concepto de la acción litúrgica se contradice, en efecto, con una semejante composición temática, ya que dicha acción litúrgica es siempre celebración del misterio de Cristo y, por tradición propia, usa la palabra de Dios movida no sólo por unas inquietudes de orden racional o externo, sino por la preocupación de anunciar el Evangelio y de llevar a los creyentes hacia la verdad plena.
c) ORDENACIÓN DE LAS LECTURAS PARA LAS FERIAS 69 La ordenación de lecturas para las ferias se ha hecho con estos criterios: 1. Toda misa presenta dos lecturas: la primera, del Antiguo Testamento o del Apóstol (esto es, de las epístolas o del Apocalipsis), y, en tiempo pascual, de los Hechos de los apóstoles; la segunda, del Evangelio.2.
- El ciclo anual del tiempo de Cuaresma se ordena según unos principios peculiares que tienen en cuenta las características de este tiempo, a saber, su índole bautismal y penitencial.3.
- También en las ferias de Adviento y de los tiempos de Navidad y de Pascua el ciclo es anual y, por tanto, las lecciones no varían.4.
En las ferias de las treinta y cuatro semanas del Tiempo Ordinario, las lecturas evangélicas se distribuyen en un solo ciclo que se repite cada año. En cambio, la primera lectura se distribuye en un doble ciclo que se lee en años alternos. El año primero se emplea en los años impares; el segundo, en los años pares.
De este modo, también en la Ordenación de las lecturas para las ferias, igual que en los domingos y fiestas, se ponen en práctica los principios de la composición armónica y de la lectura semicontinua, por los mismos motivos, principalmente cuando se trata de aquellos tiempos que ostentan unas características peculiares.
d) LAS LECTURAS PARA LAS CELEBRACIONES DE LOS SANTOS 70 Para las celebraciones de los santos se ofrece una doble serie de lecturas: 1. Una del Propio, para las solemnidades, fiestas y memorias, principalmente si para cada una de ellas se hallan textos propios.
- No obstante, se indica algún texto más adecuado, de los que se encuentran en el Común, de preferencia a los demás.2.
- Otra serie, por cierto más amplia, se halla en los Comunes de los santos.
- En esta parte, primero se proponen los textos más propios para las diversas categorías de santos (mártires, pastores, vírgenes, etc.), luego una cantidad de textos que tratan de la santidad en general, y que pueden emplearse a discreción siempre que se remita a los Comunes para la elección de las lecturas.71 Por lo que se refiere al orden en que están puestos los textos en esta parte, ayudará saber que se encuentran todos juntos, según el orden en que han de leerse.
Así, se hallan primero los textos del Antiguo Testamento, luego los textos del Apóstol, después los salmos y versículos interleccionales y, finalmente, los textos del Evangelio. Están colocados de esta manera para que el celebrante los elija a voluntad, teniendo en cuenta las necesidades pastorales de la asamblea que participa en la celebración, a no ser que expresamente se indique lo contrario.
- E) LAS LECTURAS PARA LAS MISAS RITUALES, POR DIVERSAS NECESIDADES, VOTIVAS Y DE DIFUNTOS 72 En este mismo orden están colocados los textos de las lecturas para las misas rituales, por diversas necesidades, votivas y de difuntos: se ofrecen varios textos juntos, como en los Comunes de los santos.
- F) PRINCIPALES CRITERIOS APLICADOS EN LA SELECCIÓN Y ORDENACIÓN DE LAS LECTURAS 73 Además de estos principios, que regulan la distribución de las lecturas en cada parte de la Ordenación de las lecturas, hay otros de carácter más general, que pueden enunciarse del siguiente modo: 1) Reservación de algunos libros según los tiempos litúrgicos 74 Por la importancia intrínseca de la cosa en sí misma y por tradición litúrgica, en la presente Ordenación algunos libros de la sagrada Escritura se reservan para determinados tiempos litúrgicos.
Por ejemplo, se respeta la tradición, tanto occidental (ambrosiana e hispánica) como oriental, de leer los Hechos de los apóstoles en tiempo pascual, ya que este libro sirve en gran manera para hacer ver cómo toda la vida de la Iglesia encuentra sus orígenes en el misterio pascual.
Se conserva asimismo la tradición, tanto occidental como oriental, de leer el Evangelio de san Juan en las últimas semanas de Cuaresma y en el tiempo pascual. La lectura de Isaías, principalmente de la primera parte, se asigna, por tradición, al tiempo de Adviento. No obstante, algunos textos de este libro se leen en el tiempo de Navidad.
Al tiempo de Navidad se asigna también la primera carta de san Juan.2) Extensión de los textos 75 Respecto a la extensión de los textos, se guarda un término medio. Se ha hecho una distinción entre las narraciones, que demandan una cierta longitud del texto, y que generalmente los fieles escuchan con atención, y aquellos textos que, por la profundidad de su contenido, no pueden ser muy extensos.
- Para algunos textos más largos, se prevé una doble forma, la larga y la breve, según convenga.
- Estas abreviaciones se han hecho con gran cuidado.3) Los textos más difíciles 76 Por motivos pastorales, en los domingos y solemnidades, se evitan los textos bíblicos realmente difíciles, ya objetivamente, porque suscitan arduos problemas de índole literaria, crítica o exegética, ya también, por lo menos hasta cierto punto, porque son textos que los fieles difícilmente podrían entender.
Con todo, era inadmisible substraer a los fieles las riquezas espirituales de algunos textos por la sola razón de que les eran difíciles de entender, cuando esta dificultad deriva de una insuficiente formación cristiana, de la que ningún fiel debe carecer, o de una insuficiente formación bíblica, que ha de tener en abundancia todo pastor de almas.
Algunas veces, una lectura difícil se vuelve fácil por su armonía con otra lectura de la misma misa.4) Omisión de algunos versículos 77 La tradición de muchas liturgias, sin excluir la misma liturgia romana, acostumbra a omitir a veces algunos versículos de las lecturas de la Escritura. Hay que admitir, ciertamente, que estas omisiones no se pueden hacer a la ligera, no sea que queden mutilados el sentido del texto o su espíritu y el, diríamos, estilo propio de la Escritura.
Con todo, salvando siempre la integridad del sentido en lo esencial, ha parecido conveniente, por motivos pastorales, conservar también en esta Ordenación la antedicha tradición. De lo contrario, algunos textos se alargarían excesivamente, o habría que omitir del todo algunas lecturas de no poca, más aún, de mucha utilidad a veces para los fieles, porque contienen algunos pocos versículos que, desde el punto de vista pastoral, son menos provechosos o incluyen algunas cuestiones realmente demasiado difíciles.3.
Principios que hay que aplicar en el uso de la Ordenación de las lecturas a) FACULTAD DE ELEGIR ALGUNOS TEXTOS 78 En la Ordenación de las lecturas se concede, a veces, al celebrante la facultad de elegir la lectura de uno u otro texto, o de elegir un texto entre los diversos propuestos a la vez para la misma lectura.
Esto raramente sucede en los domingos, solemnidades y fiestas, para que no quede diluida la índole propia de algún tiempo litúrgico, o no se interrumpa indebidamente la lectura semicontinua de algún libro; por el contrario, esta facultad se da con más facilidad en las, celebraciones de los santos y en las misas rituales, por diversas necesidades, votivas y de difuntos.
- Estas facultades, junto con otras indicadas en la Ordenación general del Misal romano y en el Ordo cantus Missae, 103 tienen una finalidad pastoral.
- El sacerdote, por tanto, al organizar la liturgia de la palabra, «mirará más al bien espiritual común de la asamblea que a sus personales preferencias.
- Tenga además presente que una elección de este tipo estará bien hacerla de común acuerdo con los que ofician con él y con los demás que habrán de tomar parte en la celebración, sin excluir a los mismos fieles en la parte que a ellos más directamente corresponde».104 1) Acerca de las dos lecturas antes del Evangelio 79 En las misas en que se proponen tres lecturas hay que hacer efectivamente tres lecturas.
No obstante, si la Conferencia episcopal, por motivos pastorales, permite que en alguna parte se hagan sólo dos lecturas, 105 la elección entre las dos primeras ha de hacerse de modo que no se desvirtúe el proyecto de instruir plenamente a los fieles sobre el misterio de salvación.
Por lo cual, si no se indica en algún caso lo contrario, entre las dos primeras lecturas se ha de preferir aquella que esté más directamente relacionada con el Evangelio, o aquella que, según el proyecto antes mencionado, sea de más ayuda para hacer durante algún tiempo una catequesis orgánica, o aquella que facilite la lectura semicontinua de algún libro.106 2) Acerca de la forma larga o breve 80 Al elegir entre las dos formas en que se presenta un mismo texto, hay que guiarse también por un criterio pastoral.
Se da, en efecto, algunas veces, una forma larga y otra breve del mismo texto. En este caso, conviene tener en cuenta la posibilidad de los fieles de escuchar con provecho la lectura más o menos extensa, como también su posibilidad de oír el texto más completo, que será explicado después en la homilía.3) Acerca de un doble texto propuesto 81 Cuando se concede la facultad de elegir entre uno u otro texto ya definido, o propuesto a voluntad, habrá que atender a la utilidad de los que participan, esto es, según se trate de emplear un texto que es más fácil o más conveniente para la asamblea reunida, o de un texto que hay que repetir o reponer, que se asigna como propio a alguna celebración y se deja a voluntad para otra, siempre que la utilidad pastoral lo aconseje.
Esto puede suceder cuando se teme que el texto origine algunas dificultades en una asamblea concreta, o cuando el mismo texto debe leerse de nuevo en días próximos: en domingo y en la feria que le sigue inmediatamente.4) Acerca de las lecturas feriales 82 En la ordenación de las lecturas feriales, se proponen unos textos para cada día de cada semana, durante todo el año; por lo tanto, como norma general, se emplearán estas lecturas en los días que tienen asignados, a no ser que coincida una solemnidad o una fiesta, o una memoria que tenga lecturas propias.107 En la Ordenación de las lecturas para las ferias, hay que advertir si, durante aquella semana, por razón de alguna celebración que en ella coincida, se tendrá que omitir alguna o algunas lecturas del mismo libro.
Si se da este caso, el sacerdote, teniendo a la vista la ordenación de lecturas de toda la semana, ha de prever qué partes omitirá, por ser de menor importancia, o la manera más conveniente de unir estas partes a las demás, cuando son útiles para una visión de conjunto del argumento que tratan.5) Acerca de las celebraciones de los santos 83 Para las celebraciones de los santos, se proponen, cuando las hay, lecturas propias, esto es, que tratan de la misma persona del santo o del misterio que celebra la misa.
Estas lecturas, aunque se trate de una memoria, deben decirse en lugar de las lecturas correspondientes a la feria. Cuando se da este caso en una memoria, la Ordenación lo indica expresamente en su lugar. A veces, se da el caso de lecturas apropiadas, es decir, que ponen de relieve algún aspecto peculiar de la vida espiritual o de la actividad del santo.
En dicho caso, no parece que haya que urgir el uso de estas lecturas, a no ser que un motivo pastoral lo aconseje realmente. Generalmente, se indican las lecturas que hay en los Comunes, para facilitar la elección. Se trata sólo de sugerencias: en vez de la lectura apropiada o simplemente propuesta, puede escogerse cualquier otra de los Comunes indicados.
- El sacerdote que celebra con participación del pueblo atenderá, en primer lugar, al bien espiritual de los fieles y se guardará de imponerles sus preferencias.
- Procurará, de modo especial, no omitir con frecuencia y sin motivo suficiente las lecturas asignadas para cada día en el Leccionario ferial, ya que es deseo de la Iglesia que los fieles dispongan de una mesa de la palabra de Dios ricamente servida.108 Hay también lecturas comunes, es decir, las que figuran en los Comunes para una determinada categoría de santos (por ejemplo: mártires, vírgenes, pastores,.) o para los santos en general.
Como que, en estos casos, se proponen varios textos para una misma lectura, corresponde al celebrante escoger el que más convenga a los oyentes. En todas las celebraciones, además de los Comunes a los que se remite en cada caso, siempre que lo aconseje algún motivo especial, las lecturas pueden escogerse del Común de santos y santas.84 En las celebraciones de los santos, hay que tener en cuenta, además, lo siguiente: a) En las solemnidades y fiestas, siempre hay que emplear las lecturas que pone el Propio o el Común; en las celebraciones del calendario general, se asignan siempre lecturas propias.
b) En las solemnidades de los calendarios particulares, deben ponerse tres lecturas: la primera, del Antiguo Testamento (en tiempo pascual, de los Hechos de los apóstoles o del Apocalipsis); la segunda, del Apóstol y, la tercera, del Evangelio, a no ser que la Conferencia episcopal haya determinado que ha de haber sólo dos lecturas.109 c) En las fiestas y memorias, en las que sólo hay dos lecturas, la primera puede escogerse del Antiguo Testamento o del Apóstol, y, la segunda, del Evangelio.
Sin embargo, en tiempo pascual, según la costumbre tradicional de la Iglesia, la primera lectura ha de ser del Apóstol, la segunda, en lo posible, del Evangelio de san Juan.6) Acerca de las demás partes de la Ordenación de las lecturas 85 En la Ordenación de las lecturas para las misas rituales, se indican los mismos textos que han sido ya promulgados en los respectivos Rituales, exceptuando, como es natural, los textos pertinentes a aquellas celebraciones que no se pueden juntar con la misa.110 86 La Ordenación de las lecturas por diversas necesidades, votivas y de difuntos presenta diversidad de textos que pueden prestar una valiosa ayuda para adaptar aquellas celebraciones a las características, a las circunstancias y a los problemas de las diversas asambleas que en ellas participan.111 87 En las misas rituales, por diversas necesidades, votivas y de difuntos, cuando se proponen varios textos para la misma lectura, la elección se hace con los mismos criterios anteriormente descritos para elegir las lecturas del Común de los santos.88 Cuando alguna misa ritual está prohibida y, según las normas indicadas en cada rito, se permite tomar una lectura de las propuestas para las misas rituales, se debe atender al bien común espiritual de los que participan.112 b) EL SALMO RESPONSORIAL Y LA ACLAMACIÓN ANTES DE LA LECTURA DEL EVANGELIO 89 Entre estos cantos tiene una importancia especial el salmo que sigue a la primera lectura.
Como norma, se tomará el salmo asignado a la lectura, a no ser que se trate de lecturas del Común de los santos, de las misas rituales, por diversas necesidades, votivas o de difuntos, ya que, en estos casos, la elección corresponde al sacerdote celebrante, que obrará en esto según pida la utilidad pastoral de los asistentes.
Sin embargo, para que el pueblo pueda más fácilmente decir la respuesta salmódica, la Ordenación de las lecturas señala algunos textos de salmos y de respuestas seleccionados para los diversos tiempos del año o para las diversas categorías de santos, los cuales podrán emplearse en vez del texto que corresponde a la lectura, siempre que el salmo sea cantado.113 90 El otro canto, que se ejecuta después de la segunda lectura, antes del Evangelio, o bien se determina en cada misa y está relacionado con el Evangelio, o bien se deja a la libre elección entre la serie común de cada tiempo litúrgico o del Común.91 En el tiempo de Cuaresma, puede emplearse alguna de las aclamaciones propuestas en sus lugares propios, 114 y se dice antes y después del versículo antes del Evangelio.
Notas,96 Cf., por ejemplo, Pablo VI, Constitución apostólica Missale romanum : «Todo esto ha sido ordenado de tal manera que estimule cada vez más en los fieles el hambre de la palabra de Dios, y, bajo la acción del Espíritu Santo, impulse al pueblo de la nueva Alianza hacia la perfecta unidad de la Iglesia.
Vivamente confiamos que la nueva ordenación del Misal permitirá a todos, sacerdotes y fieles, preparar sus corazones a la celebración de la Cena del Señor con renovado espíritu religioso y, al mismo tiempo, sostenidos por una meditación más profunda de las sagradas Escrituras, alimentarse cada día más y con mayor abundancia de la palabra del Señor.
De aquí se seguirá que, según los deseos del Concilio Vaticano II, la divina Escritura constituya para todos una fuente perenne de vida espiritual, un instrumento de incomparable valor para la enseñanza de la doctrina cristiana y, finalmente, un compendio sustancial de formación teológica», en Misal Romano reformado por mandato del Concilio Vaticano II y promulgado por su Santidad el papa Pablo VI (Coeditores litúrgicos, 6ª edición, 1988), pp.20-21.
Volver,97 Cf. Concilio Vaticano II, Constitución Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada liturgia, núms.35 y 51. Volver,98 Cf. Pablo VI, Constitución apostólica Missale romanum : «De esta manera tendrá mayor relieve el progreso ininterrumpido del misterio de la salvación, presentado con los textos mismos de la revelación divina», en Misal Romano, o.c., p.20.
- Volver,99 Cf.
- Concilio Vaticano II, Constitución Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada liturgia, núms.9, 33; Sagrada Congregación de Ritos, Instrucción Inter Oecumenici, 26 de septiembre de 1964, núm.7: AAS 56 (1964), p.878; Juan Pablo II, Exhortación apostólica Catechesi tradendae, 16 de octubre de 1979, núm.23: AAS 71 (1979), pp.1296-1297.
Volver,100 Cf. Concilio Vaticano II, Constitución Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada liturgia, núm.35, 4; Sagrada Congregación de Ritos, Instrucción Inter Oecumenici, 26 de septiembre de 1964, núms.37-38: AAS 56(1964), p.884. Volver,101 Cf. Sagrada Congregación para el Culto divino, Instrucción Actio pastoralis, 15 de mayo de 1969, núm.6: AAS 61 (1969), p.809; Directorium de Missis cum pueris, 1 de noviembre de 1973, núms.41-47: AAS 66 (1974), p.43; Pablo VI, Exhortación apostólica Marialis cultus, 2 de febrero de 1974, núm.12: AAS 66 (1974), pp.125-126.
Volver,102 Cada año tiene asignada una de las tres letras A, B, C. Para determinar cuál sea el año A, el B, o el C, se procede de la siguiente manera: con la letra C se designa el año cuyo número sea divisible por tres, como si el ciclo hubiera empezado el primer año del cómputo cristiano. Según esto, el año 1 hubiera sido el año A, el año 2 el B, el año 3 el C, y los años 6, 9, 12.
otra vez el año C. Así, por ejemplo, el año 1992 es año C, el año siguiente, esto es, el año 1993, es año A, el año 1994 es año B y el año 1995 vuelve a ser año C, y así sucesivamente. Está claro, además, que cada ciclo se acomoda a la disposición del año litúrgico y empieza, por tanto, en la primera semana de Adviento, que cae en el año civil precedente.
Los años de cada ciclo se estructuran en cierto modo teniendo en cuenta, como nota característica, el evangelio sinóptico que se lee en lectura semicontinua durante el Tiempo Ordinario. Así, el primer año del ciclo se llama y es el año en que se lee Mateo, y los demás, a saber, el segundo y el tercero, el año en que se lee Marcos y Lucas, respectivamente.
Volver,103 Cf. Ordenación general del Misal romano, núms.36-40; Missale Romanum ex Decreto Sacrosancti Oecumenici Concilii Vaticani II instauratim, auctoritate Pauli PP. VI promulgatum, Ordo cantus Missae (Typis Polyglottis Vaticanis 1972), núms.5-9.
- Volver,104 Ordenación general del Misal romano, núm.313.
- Volver,105 Cf. ibid.
- Núm.318; Sagrada Congregación para los Sacramentos y el Culto divino, Instrucción Inaestimabile donum, 3 de abril de 1980, núm.1: AAS 72 (1980), pp.333-334.
- Volver,106 Por ejemplo, durante el tiempo de Cuaresma la continuidad de las lecturas del Antiguo Testamento está basada en el desarrollo de la historia de la salvación; en cambio, en los domingos del Tiempo Ordinario hallamos una lectura semicontinua de alguna de las Cartas apostólicas.
Conviene, por esto, que el pastor de almas escoja de manera sistemática una u otra lectura durante varios domingos seguidos, para establecer así un conjunto armónico de catequesis; en cambio, no es nada aconsejable que, sin ningún orden preestablecido, lea ora del Antiguo Testamento, ora de las Cartas apostólicas, sin buscar una armónica conjunción con los textos subsiguientes.
- Volver,107 Cf.
- Ordenación general del Misal romano, núm.319.
- Volver,108 Cf.
- Ibid,, num.316 c; Concilio Vaticano II, Constitución Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada liturgia, num.51.
- Volver,109 Cf.
- Ordenación general del Misal romano, núm.318.
- Volver,110 Cf.
- Ritual de la Penitencia reformado según los decretos del Concilio Vaticano II, aprobado por el episcopado español y confirmado por la Sagrada Congregación para el Culto divino (Coeditores litúrgicos 1975), « Praenotanda, nm.13.
Volver,111 Cf. Ordenación general del Misal romano, núm.320. Volver,112 Cf. ibid,, núm.313. Volver,113 Cf. Leccionario I, pp.302 ss.; II, pp.302 ss.; III, pp.304 ss; IV, pp.837 ss.; VII, pp.325 ss. Volver,114 Cf. Leccionario I, p.301; II, p.301; III, p.303; VII, p.207.
¿Cuántas lecturas se leen en la misa de los domingos?
Lecturas de los domingos y fiestas – Cada misa de los domingos y fiestas tiene tres lecturas y el salmo responsorial. Los textos del Antiguo Testamento se eligen por la relación que tienen con el Evangelio. Esta serie se divide en tres ciclos anuales: A, B y C.
Los años que son múltiplo de 3 son años C, y el siguiente A y el anterior B. Por ejemplo el año 2019 es múltiplo de 3, por lo que es ciclo C. El 2020 será A y el 2018 que estamos acabando ha sido B. En el tiempo ordinario hay una lectura semicontinua (se lee casi de continuo, aunque puede haber algunos saltos) el Evangelio y la lectura del Nuevo Testamento.
En el año A se lee el evangelio de Mateo, en el B el de Marcos y en el C el de Lucas. En Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua la elección de los textos se hace teniendo en cuenta la particularidad de cada tiempo.
¿Qué se hace el domingo de Cuaresma?
Durante los 40 días de Cuaresma, se nos exhorta a la reflexión, a realizar actos de caridad y hacer pequeños sacrificios como modo de preparación para la celebración alegre de la resurrección de Cristo el Domingo de Pascua.
¿Qué día del año se lee el Evangelio de la samaritana?
Esta Cuaresma proclamamos las lecturas del ciclo A, que son las que siguen los catecúmenos al prepararse para el bautismo que recibirán en la Vigilia Pascual. Este año, además, estos catecúmenos recibirán este sacramento, junto a la confirmación y la eucaristía —los sacramentos de la iniciación cristiana— en la catedral, en la vigilia que presidirá el obispo.
- En el artículo de hoy, el delegado de Liturgia nos habla del evangelio de la samaritana, que se lee cuando se celebra el primer escrutinio preparatorio al bautismo.
- Es el domingo de la samaritana.
- Se celebra el primer escrutinio preparatorio al bautismo de los catecúmenos que en la Vigilia Pascual serán admitidos a los sacramentos de la Iniciación Cristiana, con oraciones e intercesiones propias.
La samaritana asume en el evangelio una función simbólica universal. Nos representa a todos los que podemos y debemos encontrarnos con Cristo para experimentar su salvación desde lo más hondo de nuestro ser. La samaritana, que encuentra a Jesús junto al pozo de Jacob, es una acertada tipología de la humanidad.
- En los rasgos de esta mujer podemos adivinar nuestra situación existencial.
- Un personaje que vive la rutina de una existencia, resignada a la monotonía de la vida y de la historia, pero que finalmente cae en la cuenta de su situación y de su posibilidad de cambio de vida, de nuevas perspectivas para su existencia, ante la persona de Jesús que ha salido al encuentro junto al pozo de Sicar.
El encuentro con Cristo ahonda más allá de la rutina y del pecado. En el corazón de la samaritana, y en su misma situación de amargura existencial, más o menos aceptada, busca en Jesús descubrir, bullidora y en brote, una fuente de agua viva. Más allá del pecado, la salvación.
- En esta samaritana —tipología fundamental del creyente que se acerca a Jesús desde lo más sincero de sus sentimientos— encontramos la persona humana en su necesidad fundamental de salvación.
- En el corazón de la samaritana, y en su misma situación de amargura existencial, más o menos aceptada, busca en Jesús descubrir, bullidora y en brote, una fuente de agua viva Jesucristo aparece como salvador.
Es la respuesta a la condición del hombre: sus palabras y sus gestos son ya una anticipación del cambio, un principio efectivo de la salvación más allá del momento, es agua que nos recuerda el sacramento. Este evangelio tiene una conexión directa con la mistagogía bautismal, es decir, con la experiencia de la realidad del bautismo, anticipada en estos encuentros de Cristo con el «iluminado» (antes llamado catecúmeno), antes del encuentro sacramental decisivo de la Vigilia Pascual.
- Y el bautismo recibido, del que se hace memoria en Cuaresma para toda la comunidad cristiana, nos encara con estas realidades sacramentales vivas que se convierten en dimensiones esenciales de nuestro vivir.
- El bautismo es conversión a Cristo.
- Conversión que Él suscita con su palabra, con su mirada, con su acción interior.
La samaritana presenta en el evangelio el proceso dinámico y positivo de conversión evangélica, de transformación de la persona. De pecadora a apóstol. Como cualquier cristiano que se deja «escrutar» por la mirada «convertidora» de Jesús. El primero de los escrutinios bautismales conduce a este cara a cara con Cristo.
¿Cuándo empieza el tiempo de Cuaresma 2023?
Las fechas de la Cuaresma en 2023 La Cuaresma marca la cuenta atrás de la Semana Santa. Se inicia con el Miércoles de Ceniza, el 22 de febrero, y concluye el Jueves Santo (6 de abril de 2023).
¿Cuál es la mejor manera de empezar a leer la Biblia?
No es necesario comenzar a leer desde el principio – La Biblia es un libro muy extenso, pero puedes comenzar donde tú quieras. Por ejemplo, si quieres aprender acerca de Jesús, puedes empezar en el Nuevo Testamento, con Mateo, Marcos, Lucas y Juan. También puedes elegir algún personaje o tema específico para estudiar.3
¿Que se lee hoy en la Biblia?
Día 1 Introducción Hoy leeremos la primera parte del relato de la muerte y resurrección de Lázaro. Jesús recibe la noticia de que su amigo está enfermo, pero se demora en comenzar el viaje hacia Betania. Marta se encuentra con Jesús cuando él llega, y declara su fe en que Jesús es el Mesías.
La conclusión del relato proporcionará una oportunidad para que Jesús revele la gloria de Dios. La lectura de hoy incluye otro de los «Yo soy» de Jesús. La Biblia para hoy: Juan 11:25–26a (DHH) Jesús le dijo entonces: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que todavía está vivo y cree en mí, no morirá jamás.
Lectura para hoy Juan 11:1–27 Reflexiona ¿Cómo responde Jesús al mensaje que recibió de María y Marta (versículo 4)? ¿Qué les dice Jesús a sus discípulos (versículos 11, 14–15)? ¿Qué piensas acerca de que Jesús esperó dos días antes de ir hacia Betania? ¿Qué indican sus palabras en los versículos 4 y 15? Ora Santo Jesús, creo que tú eres la Resurrección y la Vida.
- Pongo mi fe en ti, sabiendo que me ofreces vida eterna. Amén.
- Petición para hoy Los enfermos terminales.
- Lectura para mañana Juan 11:28–57: Lázaro es resucitado.
- Cada uno de nuestros lectores tiene una historia única de cómo interactúan con la Biblia.
- Te invitamos a hacer clic en el enlace a continuación, para que podamos saber más acerca de ti y los lectores como tú.
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¿Cuál es la Palabra de Dios para mí hoy?
¿Qué es lo que Dios desea que sepas? – Aunque las situaciones y los desafíos a los que haces frente en tu vida ciertamente son únicos, hay importantes verdades del Evangelio que son verdades para todos. Dios quiere que sepas que eres Su hijo. Él tiene un plan para ti,
- Él desea que tengas esperanza y te sientas importante y amado, porque lo eres.
- Tanto la Biblia como el Libro de Mormón enseñan que antes de esta vida, vivimos con Dios.
- Nadie está aquí por casualidad.
- Vinimos a la tierra para recibir un cuerpo, para aprender a tomar buenas decisiones, ser probados y progresar.
Nuestra existencia no terminará después de la muerte. Todos resucitaremos tal como Jesús resucitó. Si escogemos seguir a Jesús en esta vida, podremos regresar a vivir con Él y con nuestro Padre Celestial. El Libro de Mormón enseña que “existen los hombres para que tengan gozo” (2 Nefi 2:25).
¿Cómo ser un buen lector en la misa?
Una buena dicción, la respiración adecuada, saber hacer una lectura anticipada para detectar los puntos, las inflexiones de voz según las frases y hacer las pausas correctas. Bien podrían ser estos los consejos aplicables a cualquier orador en algún curso de coaching o de habilidades para hablar en público.
Sin embargo, estas propuestas están técnicas pueden ser perfectamente aplicables a la Misa, tal y como propone el periodista y locutor de radio Ángel Manuel Pérez, Hace cinco años decidió embarcarse en esta aventura y son decenas de personas de las diócesis de Madrid, Toledo, Sevilla, Getafe, Cuenca y Alcalá de Henares las que han querido contar con sus servicios,
«Procurar leer despacio, alto y claro, con ritmo y vocalizando, hace que el sonido llegue bien al oyente», asegura Pérez en su página web. «El lector comunica la Palabra de Dios no solo al pronunciarla correctamente sino también en el convencimiento, el tono, el volumen.
¿Cuáles Evangelios se leen los domingos de Cuaresma del ciclo A en la misa?
La Cuaresma es el tiempo que precede y dispone a la celebración de la Pascua. Tiempo de escucha de la Palabra de Dios y de conversión, de preparación y de memoria del Bautismo, de reconciliación con Dios y con los hermanos, de recurso más frecuente a las «armas de la penitencia cristiana»: la oración, el ayuno y la limosna (cf.
Mt 6,1-6.16-18). En el ámbito de la piedad popular no se percibe fácilmente el sentido mistérico de la Cuaresma y no se han asimilado algunos de los grandes valores y temas, como la relación entre el «sacramento de los cuarenta días» y los sacramentos de la iniciación cristiana, o el misterio del «éxodo», presente a lo largo de todo el itinerario cuaresmal.
Según una constante de la piedad popular, que tiende a centrarse en los misterios de la humanidad de Cristo, en la Cuaresma los fieles concentran su atención en la Pasión y Muerte del Señor. El comienzo de los cuarenta días de penitencia, en el Rito romano, se caracteriza por el austero símbolo de las Cenizas, que distingue la Liturgia del Miércoles de Ceniza.
- Propio de los antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios.
- Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal.
Se debe ayudar a los fieles, que acuden en gran número a recibir la Ceniza, a que capten el significado interior que tiene este gesto, que abre a la conversión y al esfuerzo de la renovación pascual. (Cfr. Directorio sobre la Piedad popular y la Liturgia, nn.124-125).
Domingos: Las lecturas del Evangelio están distribuidas de la siguiente manera: en los domingos primero y segundo se conservan las narraciones de las tentaciones y de la transfiguración del Señor, aunque leídas según los tres sinópticos. En los tres domingos siguientes se han recuperado, para el año A, los Evangelios de la samaritana, del ciego de nacimiento y de la resurrección de Lázaro; estos Evangelios, como son de gran importancia, en relación con la iniciación cristiana, pueden leerse también en los años B y C, sobre todo cuando hay catecúmenos.
El domingo de Ramos en la Pasión del Señor: para la procesión, se han escogido los textos que se refieren a la solemne entrada del Señor en Jerusalén, tomados de los tres Evangelios sinópticos; en la misa, se lee el relato de la pasión del Señor. Las lecturas del Antiguo Testamento se refieren a la historia de la salvación, que es uno de los temas propios de la catequesis cuaresmal.
- Cada año hay una serie de textos que presentan los principales elementos de esta historia, desde el principio hasta la promesa de la nueva alianza.
- Las lecturas del Apóstol se han escogido de manera que tengan relación con las lecturas del Evangelio y del Antiguo Testamento y haya, en lo posible, una adecuada conexión entre las mismas.
Ferias: Las lecturas del Evangelio y del Antiguo Testamento se han escogido de manera que tengan una mutua relación, y tratan diversos temas propios de la catequesis cuaresmal, acomodados al significado espiritual de este tiempo. Desde el lunes de la cuarta semana, se ofrece una lectura semicontinua del Evangelio de san Juan, en la cual tienen cabida aquellos textos de este Evangelio que mejor responden a las características de la Cuaresma.
Como las lecturas de la samaritana, del ciego de nacimiento y de la resurrección de Lázaro ahora se leen los domingos, pero solo en el año A (y los otros años solo a voluntad), se ha previsto que puedan leerse también en las ferias; por ello, al comienzo de las semanas tercera, cuarta y quinta se han añadido unas «Misas opcionales» que contienen estos textos; estas Misas pueden emplearse en cualquier feria de la semana correspondiente, en lugar de las lecturas del día.
(Cf. Prenotandos del Leccionario, nn.97-98)
¿Cuándo son las lecturas en la misa?
Los días de fiesta y los domingos se leen dos lecturas. La primera es del Antiguo Testamento y la segunda es del Nuevo Testamento. Los días de semana se lee una única lectura. El Salmo Responsorial y el Evangelio nunca se suprimen.
¿Cuál es el momento más importante de la misa?
¿Cuál es el momento más importante de la Misa? Me hicieron esta pregunta durante una misión de Cuaresma en la Parroquia de Santa Mónica en Mercer Island. Habíamos estado reflexionando acerca del profundo significado de varias partes de la Misa y sobre el impacto que deben tener en la vida de los discípulos.
- Hay tantos momentos hermosos y llenos de significado: la consagración, la comunión, las lecturas de las Escrituras, y más.
- Pero tomé de sorpresa a muchos cuando dije: “La parte más importante de la Misa, el punto culminante en el que se enfoca toda la Misa, es la bendición final y el envío”.
- La palabra misma, “Misa”, probablemente proviene de la forma Latina de la bendición final, cuando el sacerdote o el diácono proclama “Ite, missa est” (“¡Vayan, son enviados!”).
No nos dicen “Vayan a casa” o “Váyanse” o “Vayan a la hora del café y los donas”, sino más bien nos están diciendo que ahora estamos preparados por medio de nuestra participación en la Misa y de nuestra recepción del Santísimo Sacramento a ser tabernáculos vivos de la presencia de Jesús en el mundo.
Realmente cambia nuestro entendimiento y nuestra experiencia de la Misa darnos cuenta de que todo es para que seamos enviados a ser miembros vivos del cuerpo de Cristo en nuestros hogares, oficinas, vecindarios y en todos los demás lugares donde podemos encontrarnos. Es por esto que somos instruidos por las Escrituras.
Es por esto que nos unimos a Jesús en su única y perfecta ofrenda al Padre. Es por esto que el Señor comparte con nosotros su cuerpo y su sangre. Todo lo que hacemos y todo lo que vivimos es con el propósito de ser enviados. Esta gran comisión también vemos en Juan 20, 21, cuando Jesús dijo a sus discípulos en la habitación de arriba: “Como el Padre me ha enviado, yo los envío”.
Al final de la Misa somos enviados, no para hacer lo que nosotros deseamos, sino para continuar con la misión de Jesús. Por supuesto, esto suponiendo que comprendemos correctamente la misión de Jesús, de manera que podamos participar activamente en ella. El máximo propósito por el cual el Padre envió a Jesús es para hacer conocer a Dios para que el mundo crea y se salve (Juan 3, 16).
Esta es la gran obra de Dios (6, 29). Para hacer conocer a Dios, Jesús tuvo que hacer conocer el amor, ya que Dios es amor. Nuestro Señor perfeccionó su misión de revelar a Dios al mundo en la cruz del Calvario (3, 14; 19, 30). No somos testigos pasivos frente a esta gran revelación de amor, la cual celebramos y recibimos en la Eucaristía.
- Más bien, estamos invitados a convertirnos en instrumentos activos y conductos de ese amor para que el mundo crea en Dios a través nuestro (17, 23).
- Tanto amó el Padre al mundo que envió y entregó a su único Hijo.
- Jesús se entregó a nosotros en la cruz, y continúa entregándose a nosotros en la Eucaristía.
Esta lluvia de vida y amor debe caer abundantemente sobre nosotros cada día. Nunca debemos enterrar esta gracia, no sea que la esperanza de Dios se frustre con por nuestra desidia ante la misión. Cuando escuchamos esas palabras finales: “Vayan, la Misa a terminado”, pienso en ello no como una conclusión, sino como un principio — el cumplimiento del mismo propósito por el cual vamos a la iglesia en primer lugar: para que podamos convertirnos en el cuerpo de Cristo que recibimos y lo hagamos crecer llevando a otros a Jesús, quien nos hace sus misioneros y ministros.
¿Qué canción se canta antes de leer el Evangelio?
Aleluya 🎶 Esta canción se canta antes de leer el. evangelio en la celebración religiosa para Alabar a.
¿Cómo saber qué Evangelio corresponde a cada día?
¿Qué es aquello de Ciclo A, B o C? Por: Pater Fausto Osuna | Fuente: PadreSam.com Nuestra madre la Iglesia ha querido que nosotros sus hijos nos nutramos de la palabra de Dios, de modo que no nos falte el sustento necesario para nuestra vida. Muchos han leído la Biblia por su propia cuenta, y eso es muy bueno y provechoso, pero recordemos que el lugar privilegiado para escuchar la palabra de Dios son los sacramentos, en especial la Eucaristía.
- Recordemos que la palabra de Dios al igual que la Eucaristía es alimento; por eso en la liturgia conocemos que en la celebración de la santa Misa se asiste a dos mesas, la mesa de la Palabra y la mesa de la eucaristía.
- En el leccionario, en los “principios generales para la celebración litúrgica de la palabra de Dios” en el número 66 se nos dice que el hecho de que para los domingos y fiestas se proponga un ciclo de tres años es a causa de una lectura más variada y abundante de la Sagrada Escritura, ya que los mismos textos no volverán a leerse hasta después de tres años.
Por eso la Iglesia ha clasificado las lecturas bíblicas en tres ciclos: A, B, y C. para los Domingos. Y para todos los días en año par e impar. Por lo tanto, si una persona participa atentamente en la misa dominical durante tres años habrá escuchado en su mayor parte la Sagrada Escritura.
Hay otro modo de escuchar la palabra de Dios que es el de asistir a misa todos los días, durante estos días feriales, las lecturas se dividen en dos grupos que se van alternando según sea el año: año par o año impar, que sea uno u otro depende del año civil, si es por ejemplo 2016 es año par o, por ejemplo 2017 es año impar, el año par e impar afecta sólo a las lecturas y al salmo no al evangelio, el evangelio siempre es el mismo sea año par o impar.
Quien asiste a misa todos los días también tiene la oportunidad de escuchar incluso más textos que en los Domingos, esto de ningún modo nos exenta de la misa dominical.
En cuanto al evangelio dominical el orden de los ciclos A, B, C, coincide con los tres primeros evangelios del Nuevo Testamento, los evangelios sinópticos; es decir durante el ciclo A se leerá cada domingo el evangelio según san Mateo, durante el ciclo B se leerá cada domingo el evangelio según san Marcos y san Juan, durante el ciclo C se leerá cada domingo el evangelio según san Lucas. Cada ciclo empieza con el inicio de cada año litúrgico, es decir con el primer domingo de Adviento. El Evangelio de San Juan se va intercalando durante el año en cualquiera de los ciclos, pero tiene un uso especial en Cuaresma, especialmente en el ciclo A donde leemos los textos de la mujer samaritana, el ciego de nacimiento y la resurrección de Lázaro y Pascua donde encontramos los relatos de las apariciones del Señor resucitado, las lecturas del buen pastor, y en el quinto, sexto y séptimo domino de pascua los pasajes del discurso y la oración del Señor después de la última cena.
Tenemos la oportunidad de profundizar en la palabra de Dios, y poder escuchar su explicación y aplicación en la homilía. Gracias a Dios, va aumentado el número de sacerdotes que como Padre Sam, nos explican a diario el evangelio. Esto nos ayuda a vivir mejor el misterio. Y vivir el encuentro con el Señor en su palabra.
Este artículo fue publicado originalmente por nuestro aliado y amigo: |
¿Qué es aquello de Ciclo A, B o C?
¿Qué Evangelio se lee en Semana Santa?
Es la semana en que reflexionamos acerca de la Pasión y Muerte del Señor Jesús, comenzando con el Evangelio del Domingo de Ramos que relata los hechos de la Pascua del Señor.
¿Qué dice el Evangelio de mañana?
Evangelio de mañana Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?
¿Qué nos dice el Evangelio del día de hoy?
Evangelio de hoy En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos.