Centros Comerciales –
Santiago se ha ido transformando en una ciudad con múltiples centros comerciales. El primer centro comercial de Chile (conocidos como “mall”) se instaló en 1982, y ya en el año 1992 había en Santiago cuatro de estos centros comerciales: Parque Arauco, Alto Las Condes y Costenera Center en el oriente de Santiago, Plaza Vespucio en el Sur, y Arauco Maipú en el poniente.
- Parque Arauco, ubicado en Av. Presidente Kennedy 5413, comuna (localidad) de Las Condes. Cuenta con una gran variedad de tiendas y rubros, como: restaurantes, cafés, cine, patinaje en hielo, sala de arte, bowling, teatro y un boulevard con más de 50 restaurantes y música en vivo.
- Alto Las Condes, ubicado en Av. Presidente Kennedy 9001, comuna de Las Condes. Este mall recibe más de 20 millones de visitas al año. Actualmente el Alto Las Condes cuenta con más de 200 tiendas comerciales, además de un cine, patio de comidas, supermercado, centros de entretenimiento familiar y un centro médico. Posee una gran variedad de prestigiosas marcas.
- Apumanque, ubicado en Manquehue Sur 31, comuna de Las Condes, Metro Manquehue, a pasos de la intersección con la calle Apoquindo. Desde el año 2010 cuenta con conectividad con el Metro estación Manquehue. Se caracteriza por tener tiendas más alternativas.
- Costanera Center, ubicado en Av. Andres Bello 2525, comuna de Providencia, Metro Tobalaba, uno de lo más modernos y grandes de Santiago, con gran variedad de tiendas, cine, patio de comida, etc.
Contents
- 1 ¿Cuántos Mall hay en Chile?
- 2 ¿Qué Mall es más grande de Santiago?
- 3 ¿Cuál es el mall más lujoso de Chile?
- 4 ¿Cómo se llama el mall de Estación Central?
- 5 ¿Dónde queda el centro comercial más grande de Latinoamerica?
- 6 ¿Quién es el dueño de Plaza Norte y Mall del Sur?
- 7 ¿Cuál es el centro comercial más grande del mundo?
¿Cuántos Mall hay en Chile?
Existen más de 278 centros comerciales a lo largo de todo Chile.
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¿Cuántos centros comerciales tiene Santiago?
Centros Comerciales –
Santiago se ha ido transformando en una ciudad con múltiples centros comerciales. El primer centro comercial de Chile (conocidos como “mall”) se instaló en 1982, y ya en el año 1992 había en Santiago cuatro de estos centros comerciales: Parque Arauco, Alto Las Condes y Costenera Center en el oriente de Santiago, Plaza Vespucio en el Sur, y Arauco Maipú en el poniente.
- Parque Arauco, ubicado en Av. Presidente Kennedy 5413, comuna (localidad) de Las Condes. Cuenta con una gran variedad de tiendas y rubros, como: restaurantes, cafés, cine, patinaje en hielo, sala de arte, bowling, teatro y un boulevard con más de 50 restaurantes y música en vivo.
- Alto Las Condes, ubicado en Av. Presidente Kennedy 9001, comuna de Las Condes. Este mall recibe más de 20 millones de visitas al año. Actualmente el Alto Las Condes cuenta con más de 200 tiendas comerciales, además de un cine, patio de comidas, supermercado, centros de entretenimiento familiar y un centro médico. Posee una gran variedad de prestigiosas marcas.
- Apumanque, ubicado en Manquehue Sur 31, comuna de Las Condes, Metro Manquehue, a pasos de la intersección con la calle Apoquindo. Desde el año 2010 cuenta con conectividad con el Metro estación Manquehue. Se caracteriza por tener tiendas más alternativas.
- Costanera Center, ubicado en Av. Andres Bello 2525, comuna de Providencia, Metro Tobalaba, uno de lo más modernos y grandes de Santiago, con gran variedad de tiendas, cine, patio de comida, etc.
¿Qué Mall es más grande de Santiago?
Mall Costanera Center | |
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Superficie total | 268 000 m² |
Estacionamiento | 4500 |
N.º de plantas | 7 |
mall.costaneracenter.cl |
¿Cómo se llama el mall de Santiago?
Mejores Malls en Santiago – Mall Costanera Center Para hablar de los mejores malls en Santiago hay que comenzar con el Costanera Center. Es el más grande no solamente de la capital sino de todo Chile y para muchos es el mejor mall en Santiago. Es mucho más que solo un mall ya que el complejo en donde está ubicado también incluye cuatro grandes edificios incluyendo a la torre más alta de Sudamérica: la Gran Torre Santiago.
Costanera Center cuenta con centenares de tiendas de moda y todo tipo de artículos por lo que es una parada imprescindible para todos los visitantes de Santiago de Chile que busquen un buen lugar para comprar. Hay tiendas para todos los estilos y gustos en el mall ya que hay una selección de las mejores marcas de moda del mundo como Hugo Boss, Nike, la española Bimba y Lola, la tienda por departamentos Falabella además de Purificación García, Lacoste y Tommy Hilfiger.
Por otro lado sus alternativas de gastronomía son bastante buenas. Hay de todo tipo de restaurantes desde el famoso Hard Rock Cafe, comida tipo tex-mex en Chili´s, carne en Santabrasa, o hasta un restaurante acuario: Costamia. Algo que no puedes perderte si visitas el Costanera Center es el maravilloso mirador Sky Costanera donde podrás ver toda ciudad desde el punto más alto de sus torres. Mall Parque Arauco fue el primer gran centro comercial en ser construido en Chile. Han pasado varias décadas desde su inauguración y continua siendo uno de los más importantes en el país. Es el mall principal del grupo Parque Arauco dueño de otros de los mejores malls en Santiago y en otras ciudades de Chile.
- Es de los más grandes que hay en Santiago con más de 111,000 metros cuadrados de construcción.
- Destaca sobretodo por ser el epicentro de la moda de lujo en Chile.
- Las marcas de moda más exclusivas del mundo se encuentran en el mall incluyendo Gucci, Dolce & Gabbana, Louis Vuitton, Ermenegildo Zegna y Salvatore Ferragamo.
Pero eso no es todo ya que también hay decenas de marcas premium como Brooks Brothers, Psycho Bunny, La Martina o la joyería Tous. Y para recargar fuerza después de una tarde de compras puedes ir a comer a uno de sus numerosos restaurantes como el asiático P.F. Aunque lleva abierto desde 2019, Open Kennedy Plaza se ha convertido hasta hace poco en uno de los malls en Santiago más concurridos gracias a la llegada de la tienda sueca de muebles y decoración IKEA. Esta fue la primer tienda de esta empresa en abrir en Sudamérica, siendo famosa en todo el mundo por sus muebles de estilo moderno y bajos precios, además de vender miles de productos de decoración y tener su propio restaurante.
El resto de su oferta de tiendas no está nada mal ya que incluye opciones como la tienda francesa de artículos deportivos Decathlon, y varias tiendas de ropa como Jack & Jones, H&M (donde también está su sección H&M Home que vende artículos de decoración del hogar), Only y Ash, Alto Los Condes Recibiendo a más de un millón de visitantes al mes no hay duda que Alto Los Condes es uno de los más sobresalientes de toda la ciudad.
Con numerosas tiendas como Calvin Klein, American Eagle, Purificación García, Hugo Boss, la marca argentina Rapsodia o la tienda de productos para el cuidado de la piel Bath & Body Works podrás pasar varias horas de compras en el mall. Y no solo es buen sitio para comprar ya que también puedes pasar un agradable rato con los amigos o la familia en sus varios restaurantes, cafeterías y heladerías. Ocupando la segunda posición entre los más grandes del país y siendo una de los más nuevos de la capital, el Mall Barrio Independencia es una excelente alternativa para ir de compras en Santiago. Se encuentra muy cerca del Zoológico Nacional y el Parque Metropolitano.
Son bastante variados los comercios de este mall que incluyen a la mueblería Ashley, la tienda de fast fashion H&M, la tienda por departamentos París así como varias marcas de accesorios, ropa interior, zapaterías y más. Además podrás asistir al hipermercado Jumbo y la tienda de decoración CasaIdeas.
Es sin duda el mejor mall en la zona y del que no te arrepentirás de visitar. Mall Florida Center Otro que no puede faltar en la lista de los mejores malls en Santiago es el Mall Florida Center. Está justo enfrente del Estadio Monumental David Arellano, la casa del equipo de fútbol Colo-Colo.
Sus tiendas ancla son Ripley, París, La Polar y el supermercado Jumbo. En las cuatro plantas que conforman el mall hay absolutamente de todo. Sobresalen entre todas estas las famosas marcas internacionales Lacoste, Forever 21, Levi´s, Nautica y Pandora así como la tienda de moda Tricot y la marca Espirit.
Puedes llegar al Mall Florida Center de manera muy sencilla en metro al tener acceso directo de la estación Miradora de la Línea 5. Mall Arauco Maipú La comuna de Maipú es una de las más pobladas en Santiago y por lo tanto debe tener un mall lo suficientemente grande para toda la gente de la zona. El Mall Arauco Maipú cumple muy bien con esto ya que es bastante grande y tiene decenas de buenas tiendas.
- Este lugar lleva abierto desde 1994 pero se ha mantenido a la vanguardia con dos renovaciones y ampliaciones en los años 2007 y 2011.
- Destacan en el mall importantes tiendas de moda como H&M, Levi´s, Adidas y Privilege.
- Entre sus atractivos está una gran pista de hielo así como salas de cine y los lugares de entretención para niños Happyland y Yukids.
Asimismo hay un punto limpio en el mall donde podrás reciclar cosas que ya no uses. Paseo Arauco Estación Ubicado al lado de la Estación General de Santiago, el mall Paseo Arauco Estación es uno de los más visitados en toda la ciudad. Se localiza en un lugar inmejorable y su oferta de tiendas también es de lo mejor.
Soprende su variedad de tiendas, distinta de otros de los mejores malls en Santiago ya que también puedes comprar artesanías, joyería y regalos en distintas tiendas. Pero también hay marcas de moda importantes como Skechers, Adidas y la tienda París. Hay 8 salas de cine en el mall y un patio de comidas con opciones que incluyen KFC, Burger King, Telepizza y Lomitón.
Justo al lado esta el Mallplaza Alameda con más tiendas incluyendo Falabella. Mallplaza Oeste Con nueve malls en Santiago y otros 8 en el resto de Chile, el grupo Mallplaza es el mayor operador de malls del país. El Mallplaza Oeste es el más grande de todos.
- Nike, Forever 21, H&M, Pandora y Samsung son algunas de las marcas que hay en el mall.
- Otras tiendas importantes en el mall incluyen el hipermercado Tottus y Sodimac Homecenter con miles de productos de construcción, herramientas, jardín y más.
- Existen más comercios atrayentes como el gimnasio oficial de la empresa de artes marciales mixtas UFC además del restaurante Chuck E.
Cheese y muchos lugares para jugar como Futbowl y Obstacool. Aquí abrirá una de las primeras tiendas de la cadena sueca de muebles y decoración IKEA en todo Sudamérica en el 2022. Mallplaza Vespucio Y así como Oeste es el de mayor tamaño del grupo Mallplaza, Vespucio fue su primer mall en Santiago. Tiene más de 30 años en servicio en la comuna La Florida siendo uno de los más exitosos en la zona recibiendo miles de visitas al mes. Este mall se ha renovado en últimos tiempos agregando nuevas tiendas, una muy completa zona gastronómica y otros espacios para disfrutar con amigos y familia.
Están las 3 tiendas por departamentos más famosas de Chile: París, Falabella y Ripley. Y además puedes ir de compras a Guess, Calvin Klein, la Lego Store, Puma, Skechers y muchas otras tiendas más. Cuenta con centenares de estacionamientos así como una zona de parking premium con costo extra. Además se puede llegar muy fácil en metro.
Mallplaza Egaña También del mismo grupo de dueños pero ubicado en el oriente de Santiago, está Mallplaza Egaña. Abrió en el año 2013 y es considerado como un mall sustentable ya que cuenta con certificación gold por su eficiencia energética, reutilizar agua y respetar el medio ambiente.
- No es todo lo bueno que tiene Mallplaza Egaña ya que igualmente hay muchas y buenas tiendas encabezadas por Ripley y Falabella.
- También están presentes las marcas de moda Perry Ellis, Mango, Levi´s y la tienda de zapatos Flexi.
- Hay varios lugares para comer como el restaurante español 100 Montaditos, el estadounidense Johny Rockets o un hotdog en Pedro, Juan y Diego.
Y al finalizar puede ir por un postre a Cinnabon o Dunkin.
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¿Quién es el dueño del mall?
Mallplaza | |
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Marcas | Aires, Autoplaza y Las Terrazas |
Servicios | Tiendas al minorista, strip center público |
Empresa matriz | Santiago, Chile |
Mallplaza |
¿Cuál es el mall más lujoso de Chile?
Promete moda, diseño, lujo y por sobre todo, ser el centro comercial más exclusivo del país. Se trata del mall Casacostanera, que será inaugurado este viernes 23 de octubre en la comuna de Vitacura. Cuenta con 15 mil metros cuadrados y casi 100 marcas, muchas de las cuales, aterrizan por primera vez en el país.
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¿Cómo se llama el mall de Estación Central?
Mallplaza Alameda – Mall en Estación Central.
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¿Cuál fue el segundo mall en Chile?
Instalando la ciudad del consumo: el palimpsesto urbano del primer shopping mall chileno en el fundo San Luis, Santiago Rosa-Liliana De Simone, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile. resumen | Como un palimpsesto histórico, las políticas urbanas y económicas dejan huellas en la ciudad y construyen discursos sobre imaginarios urbanos.
Construido en el que fue el fundo San Luis entre 1979 y 1982, Parque Arauco Shopping Center fue presentado por los medios y sus promotores como una promesa cumplida del progreso económico traído por un nuevo gobierno, y como un modelo de vida suburbano inspirado en ideales de consumo de masas y automobilización.
La relevancia de Parque Arauco en la historia urbana tiene que ver con la articulación discursiva de sus imaginarios sobre modernidad, su polémica instalación en tiempos de polarizaciones ideológicas y con su localización en un predio cargado de proyectos anteriores.
El proceso de instalación del primer mall chileno puede ser estudiado como un acto simbólico que proclamó y materializó el giro ideológico de una ciudad hoy marcada por el consumo como una fuerza productora del espacio urbano. palabras clave | consumo, planificación urbana, historia urbana. abstract | Analogous to a historical palimpsest, urban and economic policies leave footprints in cities and build discourses about urban imaginaries.
Built on the ex San Luis Estate between 1979 and 1982, Parque Arauco Shopping Center was promoted as an accomplished promise of the economic progress brought by a new government, and as a model for a suburban lifestyle inspired by mass consumption and motorization.
- Parque Arauco’s significance in urban history holds relation with the discursive articulation of its imaginaries about modernity, its polemic installation in ideologically polarized times, and its localization in a site that was loaded with previous projects.
- The installment process of Parque Arauco can be studied as a symbolic act, which proclaimed and materialized the ideological turn in a city that is now defined by consumption as a productive force of urban space.
keywords | consumption, urban planning, urban history. Recibido el 11 de noviembre de 2016, aprobado el 1 de mayo de 2017 E-mail: [email protected] Introducción Parque Arauco Shopping Center se construyó en Santiago de Chile en tiempos de fuerte crisis económica, lo que matizó su arribo y suavizó sus críticas iniciales.
Pese al contexto recesivo inicial, el mall fue edificando una imagen mediática que lo volvía rostro de la renovación económica en los años ochenta y de bonanza milagrosa en los noventa. Esto lo llevó a ser usado como un icono de los tiempos, tanto en su calidad de evidencia de éxito para la defensa del nuevo modelo económico como en cuanto constatación de la mercantilización de la vida social, ello por parte de la oposición política.
A través de discursos mediáticos, los gestores mostraron el mall como un producto de las reformas económicas impulsadas en 1975, un proyecto capaz de detonar cambios urbanos y económicos como casi ninguna otra infraestructura edilicia en la ciudad. Contrarios al oficialismo, los intelectuales más ligados a la izquierda y a la oposición lo rechazaron como emblema de los “cambios estructurales” que se implementaban violentamente en el país.
El consumo conspicuo no calzaba con los ideales de ascetismo cristiano que atravesaban buena parte de los discursos de la aristocracia chilena (Salcedo & De Simone, 2013). Más allá, el arribo del mall también fue visto como la implantación forzada del modo de vida norteamericano (Iribarne & Friedmann, 1984), que desde los años cincuenta estaba siendo expandido en la zona latinoamericana a través de instituciones embajadoras y políticas diplomáticas que los Estados Unidos lideraban.
A pesar de las críticas, el retorno a la democracia en los noventa trajo también una búsqueda por democratizar aquellas estructuras que permanecieron exclusivas para unos pocos. Así, el mall se multiplicó en Santiago en los noventa y expandió por todo el país en los 2000, hasta posicionar a Chile como el líder en retail en Sudamérica y como el país con más metros cuadrados de retail por habitante en la región (A.T.
Earney, 2016). Este éxito no se explica solo por un buen modelo de negocios. Desde sus primeros años, los malls se llenaron de emocionados santiaguinos hasta convertirse en uno de los principales escenarios de vida urbana, siendo así integrados con éxito al imaginario citadino. No obstante, el nuevo rol urbano de los malls importados en los noventa no fue una novedad; más bien, fue un perfil heredado de una férrea línea de centros comerciales de diseño chileno, que desde mediados de siglo inventaron formas de atraer a la población.
Hablamos de los protomalls: patios, placas, pérgolas, caracoles y otros modelos de comercio vecinal de invención chilena que, si bien no cumplen con las exigencias que definen a un shopping mall como tal, anticiparon los usos y los ambientes que pavimentarían el camino de estos hacia el escenario urbano (De Simone, 2015). fuente elaboración propia La naturalización de la infraestructura del consumo en la ciudad guarda una estrecha relación entre la arquitectura comercial importada y los discursos de modernización de la sociedad impulsados por distintos frentes. A modo de una pugna ideológica, el caso del mall en Chile muestra cómo las visiones divergentes de sociedad se fraguaron en una seguidilla de proyectos icónicos que fueron pensados para un mismo predio en el curso un siglo.
La realidad edificada hoy confirma que la ciudad, como un texto, puede ser leída en sus capas de vencedores y vencidos, donde la vida cotidiana trascurre y construye nuevos imaginarios sobre los espacios urbanos (De Certeau, 1984). El desafío de importar el mall a Latinoamérica Emplazado junto a avenida Kennedy (figura 1), primera autopista de la zona de alta renta, el mall Parque Arauco debuta en el Santiago de 1982 con una fórmula comercial ya conocida en otras ciudades latinoamericanas, como Caracas o São Paulo: arquitectura simplificada y hermética; de líneas modernas, pero con revestimiento en materiales tradicionales; accesibilidad vehicular inmediata a las autopistas interurbanas; y lustrosas instalaciones interiores de bronce y mármol, mediadas por jardines interiores y plazoletas techadas.
Al momento de su inauguración, sus gestores brasileños y consultores norteamericanos proyectaban atraer a los segmentos de población de clase media y alta, que –según los estudios técnicos– iba a estar completamente motorizada una vez inaugurado el centro comercial (Nordal Associates, Inc., 1979).
Los indicadores económicos auguraban un aumento explosivo en el pib y las nuevas tendencias urbanas de finales de los setenta auguraban que la santiaguina era una población que ya se había suburbanizado lo suficiente como para ser tipificada por algunos de “semiamericanizada” (Cáceres & Farías, 1999).
Ubicados en el cruce de grandes avenidas y troncales, tanto Parque Arauco Shopping Center como Mall Plaza Vespucio (el segundo mall chileno, 1990) convinieron en introducir un cambio radical en la tradicional tipología comercial chilena, asociada a portales, galerías y mercados.
Aprovechando la nueva conectividad motorizada por sobre la accesibilidad peatonal, los primeros malls se localizaron en grandes predios que habían quedado vacíos o a medio construir en un proceso de modernización urbana iniciado en los sesenta, resultando los remanentes pericéntricos de una expansión suburbana aún no consolidada.
Parecían predios suburbanos; descampados con amplias posibilidades para la expansión de los centros comerciales, pero en realidad eran paños urbanos muy bien localizados, con accesibilidad garantizada a través de autopistas y futuras líneas ya planificadas de Metro, y con una clara vocación de densidad metropolitana que poco o nada tenía que ver con el carácter extraurbano con el que los originales shopping centers norteamericanos fueron diseñados (figura 2).
Buscando crear un modelo de negocios para Parque Arauco, los inversionistas brasileños que construyeron el Ibirapuera Shopping Mall en 1966 se aliaron con una oficina de arquitectos chilenos que ya venía experimentando formatos comerciales en torno a patios abiertos y desniveles: Bendersky y Brunetti.
Analizando las prácticas culturales, haciendo alianzas políticas con el gobierno militar al mando e incluyendo a los reconocidos arquitectos locales, la compañía chileno-brasileña logró adaptar tanto morfológica como simbólicamente el ” enclosed regional shopping center ” 1 al contexto chileno.
- El shopping mall fue rebautizado con un nombre que refundara su carácter foráneo y su diseño fue hibridizado con las maneras vernáculas de la arquitectura comercial peatonal.
- Esto no fue una novedad regional.
- En Venezuela, arquitectos enviados por el gobierno estadounidense fueron los encargados de construir el primer shopping mall importado.
Siguiendo el modelo de retail suburbano original, pero adaptándolo al clima y usanza caraqueña, el primer mall de Sudamérica fue construido en el suburbio Las Mercedes en 1956. También en Argentina los arquitectos comerciales tomaron una línea similar al reciclar edificios tradicionales en el centro de Buenos Aires y convertirlos en plazas de retail, fuente santiagoadicto. colaboración de gonzalo jara. disponible en http://bit.ly/2pbllgh Al igual que en el caso chileno, los primeros malls latinos llegaron a contextos que ya tenían una larga tradición comercial. Fórmulas locales y foráneas se desarrollaron en Latinoamérica en siglos de presencia colonial primero, y en procesos de construcción republicana después.
- Galerías urbanas y mercados públicos, así como plazas de abastos y paseos peatonales, fueron fruto de una hibridación entre influencia extranjera y usanzas locales, con una larga historia urbana donde el intercambio siempre formó parte sustancial de la vida social urbana.
- Más aun, se puede decir que en Chile el mall llegó en un contexto ya inoculado por la sociedad del consumo, y que su proclamación como un nuevo modo de vida urbana tiene dimensiones más bien ideológicas y propagandísticas.
Antes que él, insinuaciones propias del consumo posmoderno –aquel que privilegia el consumo de experiencias por sobre la mera compra de productos– ya estaban presentes en los discursos publicitarios y morfológicos de los centros comerciales de los años cincuenta y setenta.
Estas anunciaciones pueden ser advertidas ya en cuatro innovaciones previas a la llegada del mall : (i) en el modelo administrativo de los centros comerciales de mediados de siglo (que mudaron a ser espacios de manejo centralizado y no más en manos de dueños de locales (como en el caso del Centro Comercial Drugstore en Providencia, 1969); (ii) el control unitario del espacio comunitario, que buscaba gestionar los espacios comunes y atraer otros tipos de consumidores al generar atractivos alternativos a los del comercio (como fue visto en la cancha de patinaje y autocine del Centro Comercial Los Cobres de Vitacura, 1977); (iii) la incorporación de grandes tiendas departamentales como anclas para el comercio minorista (como el caso de Sears y luego Almacenes París en Plaza Lyon, 1981); (iv) o los discursos sociales con los que eran publicitados en los medios, basados en la sociabilización y reunión, eminentemente femenina y/o juvenil, que estos espacios urbanos condensaban (como el caso del Caracol Los Leones y Dos Caracoles, 1973 y 1976).
Instalar el mall : discursos e imaginarios urbanos en torno al mall chileno La revista Ciudad y Arquitectura ( ca ) Nº18, editada por el Colegio de Arquitectos de Chile en 1977, fue dedicada a los “centros de intercambio”. A finales de la década de los setenta, el entusiasmo por la apertura comercial que se prometía desde el nuevo gobierno era un discurso que llenaba de optimismo a los constructores y proyectistas.
- Este número evidencia el debate urbano que se desató entre los más influyentes arquitectos chilenos, y permite analizar los imaginarios que rodearon este momento en la historia de la arquitectura y planificación urbana chilenas.
- El documento en cuestión se inicia con una nota editorial que proclama el escenario de la ciudad como una “verdadera fiesta del comercio ha ido evolucionando junto a la especialización y diversificación de los diseños en una continuidad de escaparates y vitrinas que, de la concentración puntual, pasando por el paseo longitudinal, alcanza la superficie o el volumen de los ‘grandes almacenes’ de hoy (‘shopping o magazines’)” ( ca, 18, 1977, p.4).
El editor de la revista ca de la época, el arquitecto y connotado urbanista Jaime Márquez, destacaba que los nuevos complejos comerciales vendrían a suplir las nuevas demandas producidas por los cambios en la forma metropolitana. Márquez continúa: “Las diversas escalas del trasladarse en nuestra ciudad (a pie, en bus, en ‘subterráneo’ o en auto particular) articulan una accesibilidad que mantiene vigente diversas formas de concentrarse el intercambio de productos.
- El comercio se separa o enlaza con otras actividades como las de esparcimiento o servicios cívicos en estos complejos elementos urbanos actuales que son los así llamados ‘centros’ o ‘corazones de la ciudad'” ( ca, 18, 1977, p.4).
- Parafraseando el célebre título del arquitecto creador de los shopping malls en Estados Unidos, quien definiera los nuevos shopping centers como los “corazones” de una nueva planificación urbana descentralizada (Gruen, 1964; Gruen & Smith, 1960), Márquez introduce el debate sobre el comercio urbano a través de la necesidad de contar con centros comerciales de mayor complejidad a la luz de la modernización de Santiago y sus sistemas transporte metropolitano.
Previo a la construcción del primer shopping mall chileno, el Colegio de Arquitectos quiso orientar el debate hacia la complejidad que requería la nueva ciudad. Lejos de la mala recepción con la que hoy cuentan estos centros, los arquitectos de los setenta consideraban necesaria la transición desde el peatonal centro comercial del centro – protomalls – a nuevos complejos que respondieran a los tamaños de una metrópoli y la irrupción masiva del automóvil.
No obstante, la confusión entre las definiciones de lo que se entendía por centro comercial y por shopping center o shopping mall en los setenta en Chile descubre los imaginarios identitarios que entraron en conflicto en ese momento de gran convulsión social. Ambos conceptos no son traducciones homólogas, pues si bien shopping center es entendido en Latinoamérica como aquel edificio de origen norteamericano, climatización centralizada, mix de tiendas anclas y comercio minorista, con público marcadamente motorizado y arquitectura hermética rodeada de estacionamientos, centro comercial es una tipología de tradición latina mucho más añeja que el invento de Víctor Gruen.
Analizando la postura de otras revistas de arquitectura, ajenas al gremio institucional, resulta interesante revisar lo publicado por la revista auca Nº32, también de 1977. Adelantándose a la llegada fáctica del mall –Parque Arauco no se abriría hasta 1982, y Apumanque y Plaza Lyon, dos de los protomalls, se inauguran ambos en 1980–, el arquitecto José García Huidobro aborda su inminente llegada al contexto chileno.
Para el arquitecto, el mall en otras latitudes representaba la superación de la espacialidad reducida de las grands magazins y su atomización en la ciudad (García Huidobro, 1977). Para García-Huidobro, lo que el mall ya no ofrece en materia de atractivo exterior, lo entregaría generosamente en su interior, en donde “el paso del interior hacia la calle es más fluido que en las viejas soluciones y se apoya el ascenso en rampas peatonales o escalas mecánicas.
Más que una calle de locales, estos se constituyen como un lugar de encuentros, entretención y esparcimiento. Su mayor atributo es su empleo como centro comunitario y social” (García Huidobro, 1977, p.56), Y con optimismo ante el pronto arribo del modelo a Chile, el arquitecto agrega: “el recorrido del ‘mall’ se convierte así en un paseo cuya reminiscencia la encontramos en los boulevares de Par í s” (García Huidobro, 1977).
Al respecto, García-Huidobro (1977) habla de la influencia de estos nuevos centros comerciales, que “nos llegan de países desarrollados donde primero aparecen en un nivel y en varios niveles desde mediados de la década pasada (1965)” (p.58). Es posible que los ejemplos en países vecinos ya hubiesen advertido a los arquitectos chilenos.
Tanto Perú como Venezuela, Colombia, Argentina y Brasil ya contaban con sus propios malls, aunque en su mayoría localizados afuera de la ciudad (De Simone, 2017; Ward, 2005). Sin embargo, García Huidobro habla del mall foráneo en la revista auca, pero para presentar a continuación dos proyectos de arquitectura chilena que poco o nada tenían que ver con el modelo norteamericano: Galería Drugstore (1970) y Caracol Los Leones (1973).
Comparando su espacialidad interior y las actividades que allí se realizaban, el arquitecto decide ocupar el término mall, de manera inédita en las publicaciones de arquitectura y urbanismo chilenas, para referirse a una realidad eminentemente urbana, de carácter peatonal, edificios construidos en barrios consolidados y de diseño local (aunque uno estaba inspirado en Londres y otro en Nueva York 2 ).
García Huidobro (1977) omite cualquier tipo de crítica negativa hacia el mall, Lejos de ser una advertencia, destaca al mall por su “preocupación fundamental por los conceptos de bienestar, expresados en jardines exteriores e interiores, fuentes y espejos de agua, plazoletas, climatización total amén de satisfacer la m á s amplia gama de las necesidades de la población” (p.58), cercano a la visión social que Gruen veía en el mall como unidad básica para el diseño de ciudades (Wall, 2006).
Incluso su “emplazamiento en la periferia de las ciudades” es considerado por García Huidobro (1977) un punto a su favor, pues le permite servir “tanto al centro como a las regiones adyacentes, dado que solo allí se encuentran terrenos suficientes para atender el estacionamiento masivo de vehículos, movilización característica de esas sociedades” (p.59).
Aun cuando el shopping mall chileno existía solo en el papel, desde los años sesenta la terminología de shopping center ya estaba siendo usada para publicitar galerías comerciales, y en los setenta, caracoles comerciales. Los anglicismos usados desde el marketing urbano para promocionar los antiguos y nuevos formatos comerciales es una constatación de un cambio cultural bajo un proceso de reestructuración económica y social.
Referirse al centro comercial engloba hasta hoy las tipologías de grandes magazines, tiendas departamentales, pasajes, galerías, caracoles y portales, todas con reminiscencia europea y origen marcadamente urbano, mientras que referirse al mall es aludir directamente a lo estadounidense y su estilo masivo y suburbano.
Plantear esta discusión a los pocos años del golpe de Estado ocurrido en Chile en 1973, y frente al modelo de política económica monetarista que trajeron luego los economistas chilenos que estudiaron con Milton Friedman en Chicago (“Chicago Boys”), implica discutir y tomar posición sobre los cambios culturales que ocurrían en el país.
Más aún, esta discusión no solo enfrenta dos imaginarios sociales y posturas ideológicas en contraste, uno con ideales europeos y otro con ideales norteamericanos. El debate puso en escena a quienes acusaban de un afán refundacional al nuevo gobierno, que prometía borrar cualquier vestigio pasado y abrazar los modelos estadounidenses de economía, sociedad y vida cotidiana.
A pesar de la cualidad revolucionaria que se le quiso imprimir a la llegada del mall a Chile, para muchos cronistas fue el caracol adonde se iba para “ver y ser vistos” ( Providencia.100 años de la comuna, 1997), y el mall solo cobró vida en un contexto de toque de queda y militarización del espacio público posgolpe.
- Los fenómenos sociales que se desarrollaron posteriormente al interior de los malls no eran novedad en el contexto santiaguino, sino que más bien se presentó al mall como una novedad propia de un nuevo modelo de sociedad.
- La efervescencia del mall en Chile mucho se debe a la campaña publicitaria que lo instaló como una revolución urbana.
Fue un símbolo del cambio estructural, o un estandarte de la “revolución silenciosa” que impulsaba el nuevo gobierno (Lavín, 1987). Por lo mismo, los imaginarios que rodearon al mall habrían sido construidos mediante discursos promotores, debates gremiales que desestimaron los modelos anteriores e intensas campañas publicitarias que permitieron crear una nueva idea de ciudad inaugurada con la llegada de esta tipología.
- En efecto, la crítica hacia el mall, iniciada más en los ochenta, tuvo un cariz dramático: no criticaba solo un edificio, o un modelo suburbano; más bien criticaba un modelo político y un marco ideológico.
- El mall fue visto como el blanco que permitiría desahogarse a las oposiciones al gobierno militar.
“Nunca pisaré un mall “: lo sagrado y lo hereje en la crítica a los primeros malls Que las clases medias comenzaran a verse identificadas con el mall fue interpretado por los críticos de una manera dicotómica. Entre sus detractores, el consumo en el mall era consumismo exacerbado; perversión y erotización de la mercancía.
El mall era la “catedral del consumo” que se apoderaba religiosamente de cualquier resquicio de toda vida pública callejera tradicional que pudiese sobrevivir (Moulian, 1999). La irrupción de Parque Arauco en los ochenta y Mall Plaza Vespucio en los noventa como espacio dominical de paseo reunió el asombro de los santiaguinos.
Tal exaltación llegó incluso a declaraciones presidenciales, como la del entonces Presidente Patricio Aylwin en un noticiario televisado en 1993: “Nunca he ido ni pondré un pie en un mall “, aseveró al ser preguntado si asistiría a la apertura del Alto Las Condes Shopping Center,
Un año más tarde, dejaría por escrito sentir “repudio hacia ese mall que no conozco ni me interesa conocer, pues lo encuentro absolutamente desproporcionado a Chile, una ostentación al consumismo a gente que no tiene qu é comer” (Aylwin en Arroyo, 1994). El mall como símbolo significaba un impacto moral e identitario al ascetismo aristocrático chileno, que promulgaba la reserva y solidaridad frente a la necesidad de las masas populares (Tironi, 1999).
El mall se presentaba como un espacio excepcional al que se podía ir a mirar. Es comprensible, por lo tanto, la referencia a este nuevo interior magnífico, de acceso relativamente liberado, que lo asimilaba al rol de las iglesias en la ciudad tradicional.
- Sus incrustaciones de bronce, relojes monumentales traídos de Holanda, pavimentos de mármol traído de Brasil, asociaron el interior del mall con aquellas atmósferas vistas antes solo en las iglesias y catedrales.
- Si bien las grandes tiendas de novedades chilenas de principio del siglo xx pregonaban elegancia y lujo importando, sus dimensiones jamás fueron comparables con este edificio de tres cuadras de largo que era Parque Arauco.
La llegada de las tarjetas de crédito no bancario, manejadas por las nuevas tiendas departamentales, se constituyó en una promesa de ascenso social a través del consumo. Recorrer las vitrinas iluminadas, aunque no se pudiera comprar los productos importados, significó la musealización de los pasillos de Parque Arauco y sus nuevos productos importados, e impuso un nuevo régimen escópico en el contexto santiaguino: la divinización del placer de la compra ociosa, como señaló Moulian en su denominación tan elocuente.
- El primer mall chileno, que inaugurado durante la crisis económica de 1982, fue visto como espacio sagrado, un altar, una vitrina que se miraba pero no se tocaba.
- Más a ú n, un lugar al que se podía ir a conversar, pasear, jugar y no necesariamente comprar.
- Esto determinará la evolución de los centros comerciales en Chile.
Mientras que en otras latitudes el consumo de experiencias en el shopping center se generó como una etapa posterior al consumo de productos (Crawford, 1992), en Chile la piedra angular de su éxito fue proponerse desde un inicio como un espacio limpio, seguro y confortable donde reunirse.
- Inaugurado en abril de 1982, la explosión de visitas en Parque Arauco alimentó la esperanza de bonanza futura, donde el desenfreno publicitario presentaba al shopping como un proyecto cuasi civilizatorio.
- En efecto, para los defensores del régimen militar, la llegada de Parque Arauco fue el símbolo perfecto del triunfo del modelo neoliberal y, por lo mismo, parte integral de la articulación discursiva del libre mercado sobre la ciudad y sus habitantes, los cuales solo se podrían verse beneficiados por esta apertura (Larrain, 1996).
El gigantesco letrero que protegía las faenas de Parque Arauco meses antes de su inauguración rezaba “Aquí se construye la ciudad del futuro hoy” (figura 3), arrogancia que fue vista por muchos como una ofensa más del nuevo modelo (Hunneus, 1979). figura 3 | Cartel de las faenas de Parkennedy, 1979 fuente revista del domingo, el mercurio, 1979 El letrero frente a lo que sería Parque Arauco presagiaba el arribo del desarrollo urbano a través del retail, Como lo visto en otras ciudades latinoamericanas, el mall en el tercer mundo, con sus interiores inmaculados y recintos protegidos, dejaba fuera cualquier evidencia de un subdesarrollo, allí negado (Sarlo, 1998; Sato, 1981).
- Para muchos, en sus pasillos se creaba la atmósfera ilusoria de un simulacro urbano que tiñó la experiencia urbana del latinoamericano de un halo temporal de modernidad primermundista a través del consumo.
- La ciudad del futuro se construye hoy aquí” Devenido en subcentralidad de una ciudad que para la época contaba con tan solo un centro tradicional y otro lineal (eje Alameda-Providencia), Parque Arauco materializó el anhelo de convertir el cruce de las avenidas Manquehue y Kennedy en un centro alternativo al fundacional.
Tanto el Plan Regulador Intercomunal de Santiago ( pris, 1956-1960) como los proyectos de la Corporación de Mejoramiento Urbano ( cormu, 1969-1974) reconocían en esta zona, el antiguo fundo San Luis, el potencial para transformarse en un polo de densificación.
Ambos proyectos pensaban para este sitio un complejo multifuncional de dimensiones antes desconocidas en la ciudad, con ideales herederos del movimiento moderno (figura 4). Fue así que, de la mano de los arquitectos Miguel Eyquem y Miguel Lawner, entre 1969 y 1973, durante el gobierno de Salvador Allende se proyectó un centro comercial y centro cívico llamado Barrio Modelo Parque San Luis, luego renombrado Comunidad San Luis (Eyquem, 1977).
En menos de diez años, el mismo lugar que buscaba dar cabida a un centro comercial diseñado bajo el estado del bienestar recibió el proyecto del primer shopping mall a la chilena como uno de los símbolos del crecimiento del capital privado del área más rica de la ciudad. fuente nordal associates, inc. (1979) Parque Arauco Shopping Center fue presentado a la sociedad chilena como la evidencia de la modernización del Estado; de manera semejante a la manera como se presentó en países vecinos, el mall fue cubierto por la prensa como la “llegada de la Civilización”, según destaca Sato (1981) para el caso del mall venezolano.
Si en Chile hasta 1973 los grandes proyectos del Estado habían sido los depositarios de las innovaciones tecnológicas, urbanas y culturales –como, por ejemplo, el proyecto CyberSyn (Medina, 2015) o los paneles de prefabricación k.p.d. (Alonso & Palmarola, 2015)–, el cambio radical en el sistema económico y social que generó el gobierno militar depositó las iniciativas progresistas en manos de privados, con altos ingresos económicos y contactos bancarios para la inversión estatal.
De ese modo, las innovaciones urbanas de la época se vieron expresadas según los requerimientos del cliente de ese momento, y dieron fruto a tipologías de centros comerciales cada vez más experimentales, como Dos Caracoles (1973), Cobres de Vitacura (1977), Pueblo del Inglés (1978) y Apumanque (1980), los que constituyeron un salto en forma, formato, usabilidad y materialidad en el proyecto comercial privado.
- Más que los usos comerciales y las funciones sociales, lo que trajo el shopping mall a la ciudad fue una imagen pocas veces vista antes en la capital, y que fue leída como el ícono pujante del enriquecimiento del cono alto capitalino: la gran plaza de estacionamientos.
- Articulada como explanada monumental, la plaza de estacionamientos llena de automóviles otorgó una visión real de lo que el “milagro económico” había traído, y que por fin empataba con las críticas que nacían contemporáneamente en otras latitudes de la región sobre la “americanización”.
Era aquel “centro comercial, sin ventanas ni sutilezas volumétricas, rodeado de estacionamientos” (Sato, 1981), implantado de modo suburbano al interior de una ciudad latinoamericana que, aún de manera incipiente, mostraba sus intenciones de expansión.
- Aun cuando otros centros comerciales incorporaron antes un sector para estacionamientos, como Apumanque, Rampa de las Flores o el supermercado Jumbo, ninguno antes que Parque Arauco lo hizo con tanta vehemencia.
- La imagen publicitaria de Parque Arauco hizo uso de los estacionamientos infinitos como su mejor atractivo.
“Por fin” llegaba un “verdadero” shopping center y no solo comercios vecinales que se hacían llamar como tales (figura 5). figura 5 | Publicidad de Parque Arauco a días de su inauguración fuente el mercurio, 24 de marzo de 1982 A mediados de 1979, una consultora estadounidense contratada por los inversionistas de Parque Arauco estimaba que la renta per cápita en el área de influencia primaria del mall –es decir, aquellas zonas próximas de 5 a 7 minutos de viaje (2,5 km de norte a sur en automóvil, 2 km dirección poniente y 5 km dirección oriente)– era un 268% mayor a la media del área metropolitana de Santiago; mientras que el área de influencia secundaria, que hacía relación a las zonas de gran comercio de la ciudad (incluye Providencia y partes del centro de Santiago), era un 407% mayor a la media metropolitana (Nordal Associates, Inc., 1979).
No obstante, esas estimaciones no se concretaron. En 1981 estalló una crisis económica global conocida como el Efecto Tequila, que disparó la inflación y cambió por completo el escenario de apertura del mall, Más que nunca se hizo fundamental contar con el apoyo mediático y publicitario necesario para convertir a Parque Arauco en una afirmación del éxito de las políticas económicas implementadas por el gobierno militar.
Y ello aun cuando esa alegoría de éxito no coincidiera con los números. Los socios brasileños y estadounidenses se retiraron del negocio cuando estalló la crisis. Con nuevos socios chilenos (Falabella y Almacenes París), a los pocos meses de su apertura Parque Arauco buscó convertirse en un mall conectado con el Metro y el trasporte público, a fin de atraer nuevos clientes de clases medias.
- Los dueños del mall, ahora todos chilenos, comprendieron la necesidad de instalar un recorrido gratuito de trasporte privado que conectase la estación terminal del Metro hasta el acceso principal del centro (aprox.4 km), bus que permaneció activo hasta avanzados los noventa.
- Aunque proclamase una “ciudad del futuro”, el primer mall de Chile tuvo que adaptarse a las necesidades de un contexto más bien peatonal, una ciudad dependiente de los buses y un barrio que siempre se pensó como subcentro metropolitano y no suburbio satélite.
Un predio y cuatro imaginarios: un barrio moderno, una vivienda social, un mall suburbano y muchos rascacielos El fundo San Luis, lugar donde se construyó Parque Arauco, era un terreno de más de 150 hectáreas ubicado entre avenida Kennedy al norte (primera autopista de alta velocidad consolidada en Santiago) y la circunvalación avenida Américo Vespucio al poniente.
El gran baldío había quedado paralizado en los años treinta cuando su dueña falleció y lo donó a la beneficencia, pero sus herederos objetaron el traspaso (Lawner, 1979). Siendo un vasto sitio eriazo rodeado de zonas residenciales de clase media y media alta, desde los años cincuenta el terreno había ofrecido una ubicación privilegiada para cualquier proyecto urbano de gran envergadura, aunque en esos momentos albergara algunas tomas y campamentos.
Durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva (1964-1970) las tierras del fundo San Luis fueron expropiadas. La cormu pensó para el lugar un proyecto revolucionario. Se trataba de una intervención urbana sin precedentes a nivel nacional, una verdadera “ciudad dentro de la ciudad”, planificada y ejecutada por el Estado (Pulgar & Bianchini, 2008, p.32).
- Fue así que se ideó uno de los más grandes proyectos urbanísticos de la época, el Barrio Modelo Parque San Luis (figura 6).
- En él se proponía ubicar a familias de ingresos medios y medios-altos, un total de 70.000 habitantes y 150 hectáreas de intervención.
- A través de 61 torres de 17 a 20 pisos, y 40 edificaciones de 4 a 5 pisos, el arquitecto Miguel Eyquem se proponía realizar un conjunto urbano de gran escala, que incluyera en su interior un centro cívico y la nueva sede consistorial de la Municipalidad de Las Condes.
El edificio, pensado como una sede cultural y comercial, pretendía tener dimensiones muy similares a lo que luego sería el pabellón del primer mall que se construiría en el mismo lugar. El centro reuniría espacios de entretención, servicios y comercio, y tendría que incorporar tecnologías que permitieran una gran flexibilidad.
- Se llamó a un concurso público para su diseño, de carácter revolucionario: no existían precedentes de tamaña infraestructura cultural para un subcentro en Chile.
- Al centro del proyecto urbanístico se proyectó un gran parque lineal (Parque Araucano).
- En su interior se propuso un amplio sector destinado a instalaciones deportivas, concedido para su desarrollo a la Corporación de Fútbol de la Universidad de Chile (Corfuch).
El club deportivo se comprometió a desarrollar un estadio de f ú tbol para 15.000 personas y una piscina olímpica, aceptando servir gratuitamente de infraestructura deportiva a las familias que vivirían en el sector. figura 6 | Planta general de urbanismo conjunto habitacional Parque San Luis fuente eyquem (1998) Sin embargo, cuando en 1970 fue elegido Salvador Allende a la presidencia de la república, la política urbana se delineó radicalmente hacia la integración social, por lo que un “un proyecto de tal naturaleza resultaba antagónico con el programa del gobierno de Allende” (Lawner, 1979, p.2).
En 1971, la cormu, con nuevo director ejecutivo, Miguel Lawner, replanteó el proyecto del fundo San Luis. Los destinatarios ya no serían de clase media y media-alta, sino que se daría vivienda a los pobladores de campamentos de la misma zona de Las Condes. Lawner y su equipo vieron el megaproyecto urbano de San Luis como una oportunidad para abastecer a la capital de vivienda social.
El proyecto pasó a llamarse Villa Compañero Ministro Carlos Cortés, en nombre del fallecido ministro de Vivienda de la Unión Popular, quien había encabezado las gestiones para asignar el proyecto original a los “sin casa” de Las Condes. Dada la premura de las exigencias habitacionales, la cormu convocó a los talleres de las Escuelas de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica y de la Universidad de Chile, con el motivo añadido de fortalecer las relaciones con las universidades.
Entre 1971 y 1972 se construyeron en la zona sur bloques de cuatro pisos que albergaron a más de 1.038 familias. La Villa ofrecía viviendas de dos y tres dormitorios de entre 60 y 80 metros cuadrados. Algunos bloques habitacionales fueron diseñados por arquitectos de renombre y sus estudiantes: Sergio Larraín García-Moreno, Ignacio Covarrubias, Jorge Swinburn, Alberto Collados, Nicolás Freund, Gonzalo Leiva e Isidoro Loi, todos con una fuerte influencia del movimiento moderno (Lawner, 1979, p.9).
Los pobladores, además de cumplir con los pagos que la cormu exigía para otorgar la propiedad de los inmuebles, participaron extensivamente del proceso de diseño y construcción, marcando un precedente en los proyectos urbanísticos en Chile. En 1972, la zona norte del proyecto, que iba a ser urbanizada por 61 torres, fue suspendida del proyecto de la nueva cormu, fuente elaboración propia El sector fue renombrado Villa San Luis. Se dispuso control militar en la zona y los departamentos fueron reasignados a suboficiales del Ejército. A las familias desalojadas les fueron desconocidos sus pagos y derechos por sobre la vivienda que habían adquirido legalmente.
Como relata Lawner (2008), fueron desalojados de noche y llevados en camiones a predios del borde de la ciudad. En 1979, la sociedad conformada por Thomas Fürst, la familia Said, los arquitectos Benderky y Brunnetti, y una firma de inversionistas brasileños (la multinacional paulista cbpi Internacional), compraron el tercio norte del ex fundo San Luis que iba desde avenida Américo Vespucio a avenida Manquehue.
Los integrantes del grupo conocían el proyecto de la cormu de Eyquem y concordaban en que este debía ser un polo de desarrollo urbano ajustado a las premisas de la planificación metropolitana previa. Tenían un gran proyecto inmobiliario en mente, con 19 edificios de departamentos, además del centro comercial con dos tiendas ancla e interior climatizado, idea bastante similar al centro cívico y Comercial de la cormu de los años setenta.
- En la más grande inversión internacional hecha en Chile hasta ese entonces, los fondos prestados por el Banco de Brasil (27 millones de dólares) financiaron la “más grande operación inmobiliaria de los últimos tiempos” (Cummings, 1982, p.5).
- A cambio, los materiales de construcción tenían que ser traídos desde Brasil y vendidos por empresas brasileñas.
Sin embargo, con la crisis económica de los años 1981-1982 se debió entregar una sección del predio en parte de pago a los bancos (Said, 2004). Solo se pudo construir el pabellón inicial, con estética suburbana de caja cerrada, accesos exclusivamente hacia el norte (desconociéndose el parque y la villa) y una amplia plaza de estacionamientos que presagiaba el nuevo paisaje que se instalaría en la zona, muy lejano al boyante subcentro que una década antes Eyquem había pensado.
En cuanto al resto del ex fundo San Luis, la historia es menos conocida, pero más evidente. En 1996, el Ejército de Chile vendió los terrenos de la Villa San Luis, a través de una licitación privada, a la Sociedad Inmobiliaria Parque San Luis, en una suma que ascendió a los ochenta millones de dólares.
Se procedió a derribar los edificios. El alcalde de Las Condes de la época, Joaquín Lavín, montado sobre una retroexcavadora, abrió literalmente el paso a lo que se veía como una nueva etapa en el futuro de la comuna, allí donde nuevamente se construiría “la ciudad del futuro”.
La inmobiliaria ya se publicitaba en 1997 como la responsable de uno de los proyectos inmobiliarios más grandes del país, Nueva Las Condes, lugar hoy de las oficinas más caras y modernas de Chile. Con respecto al estadio de la Universidad de Chile, lo único que se alcanzó a construir fue la piscina. Las faenas de excavación del estadio de fútbol, cuyo diseño sería semienterrado y en forma de talud verde, iban a iniciarse en septiembre de 1973.
Hoy, el sector central sigue siendo un parque, pero alberga uno de los centros de convenciones subterráneos más grandes de la capital (CentroParque), junto con un centro recreativo-comercial para niños (KidZania) y un gimnasio de cadena global (HardCandy, de propiedad de la cantante Madonna).
- El pris de 1960 había reconocido la zona como el futuro subcentro oriente de la capital, siguiendo criterios de descentralización que buscaban modernizar Santiago.
- Junto con la zona del actual mall Plaza Vespucio en la comuna de La Florida, el subcentro del Parque Araucano es uno de los pocos que se logró consolidar.
Tras la desintegración del interés del Estado por impulsar este tipo de proyectos, solo las inversiones privadas pudieron llevarlos a cabo. Los centros de servicios e intercambio, materializados en centros comerciales tipo mall (como Parque Arauco y Plaza Vespucio), evidencian la interpretación que hizo el mercado de las subcentralidades que la planificación urbana estatal había ideado.
El proyecto de la cormu iba a ser la materialización estatal de un subcentro que solo fue desarrollado veinte años después por privados, el retail y la especulación inmobiliaria. Discurso y ciudad: el simbolismo del mall “a la chilena” Pese al contexto económico recesivo inicial, el mall Parque Arauco simbolizó la confirmación de un proyecto nacional en vías de éxito.
Si bien su plan inicial (1978-1979) desbordaba de entusiasmo inmobiliario, promovido por la liberalización del mercado de suelo, tal impulso se vio truncado por la crisis. El diseño original, con sus torres de vivienda, centros culturales, hoteles y parques en el paño superior del ex fundo San Luis, se vio reducido a un pabellón comercial lineal.
- De 8 metros de altura y 300 de largo, el mall quedó sumido en un mar de 2.000 estacionamientos asfaltados y otros tantos metros cuadrados de terrenos baldíos, que de algún modo fungían como la promesa futura de la realización del proyecto original.
- Sin embargo, Parque Arauco Shopping Center no solo vio mermado su proyecto.
La polémica por su arribo provocó también que tuviese que desistir de otras cosas, como su nombre original: Parkennedy. Con el imponente letrero que proclamaba ” la ciudad del futuro”, Parkennedy, se publicitaba la creación de un “gran centro comercial.
Hipermercado. Hotel internacional de lujo. Grandes áreas de estacionamiento. Edificios para oficinas y centro cultural. Todo esto en medio de un gran parque” (Hunneus, 1979). Los planos contemplaban 19 edificios rectangulares alineados en donde se proyectaban más de 2.000 departamentos y 2.600 automóviles, en total 70.000 metros cuadrados y 400 millones de dólares (Hunneus, 1979).
Desde la prensa nació la polémica por el nombre anglosajón del proyecto. La Revista del Domingo ( El Mercurio ), dirigida por el periodista Luis Alberto Ganderats, recalcó la atopia del nombre importado, el que no consideraba las múltiples significaciones que había tenido ese terreno.
El alcalde de la Municipalidad de Las Condes en ese momento, Alberto Labbé, propuso rebautizarlo como Parque Lautaro, en homenaje al gran estratega militar indígena.3 El equipo de periodistas sugirió Parque Arauco, recogiendo el nombre literario universal del pueblo mapuche.4 Finalmente, en agosto de 1979, la Revista del Domingo da cuenta del cambio del nombre Parkennedy a Parque Arauco como una gran batalla ganada, y publica un texto de su director en que se deja constancia de las motivaciones de esta campaña contra el anglicismo (Ganderats, 1979).
El discurso del primer mall en Chile propugnó un proyecto que incluía a todos los miembros de la sociedad, fuesen estos consumidores o no. Su novedad radicó en su planteamiento como un proyecto de renovación social, pues prometía la creación de una nueva manera de habitar la ciudad, que convocaba a todos los miembros de la sociedad a participar de su debate.
En este proyectar el futuro de la vida en la ciudad, el automóvil, el consumo y el imaginario vencedor (Arauco y La Araucana ) fueron temas que la apertura del primer mall chileno puso en debate. Tanto oponerse a su simbolismo como celebrar su triunfo en la ciudad era expresar una postura ideológica sobre la realidad pasada y futura del país.
Es probable que haya sido esta condición atemporal del discurso en torno al mall Parque Arauco la que influyó en las primeras valoraciones arquitectónicas –y ya no semánticas– de su edificio. La historia del predio y su significado en la lucha histórica de los distintos flancos políticos y sociales permeó la valoración que se hizo del proyecto comercial en sí mismo.
- Los deudos del proyecto social de la Unidad Popular se vieron traicionados en sus valores, mientras que quienes añoraban la etapa previa, aquella de la cormu y su poder modernizador, se sintieron rechazados frente a un proyecto importado y ajeno a la realidad local.
- Más aún, los discursos publicitarios que pretendieron presentar el mall como una victoria que afianzaba un futuro de progreso y bonanza a través de un espacio de consumo motivaron a las voces que se opusieron tanto a su simbolismo como a su arquitectura comercial.
A pesar de que la obra de Bendersky y Brunnetti era aclamada antes de esta construcción, después del mall recibió numerosas críticas. Al respecto, en 1977 el arquitecto Eduardo San Martín declaró sobre el Parque Arauco, aun sin construir, que “lo único que permanece es el cambio en ese sentido el edificio trasciende el tiempo ().
- Puede ser que el ‘ shopping’ de Bendersky en diez años más no sea eso.
- Puede que esa misma estructura albergue una actividad absolutamente distinta, cultural o recreativa” ( ca, 18, 1977, p.34).
- El ” shopping de Bendersky”, rodeado de baldíos, prometía la latencia de un desarrollo futuro, uno que incluso pudiese devolver la vocación social al predio San Luis.
Los arquitectos Bendersky y Brunetti buscaron imprimir en este pabellón multiprogramático los ideales del regionalismo modernista. Si bien el partido general del mall alude al más puro funcionalismo –la función interior determina la forma pura del volumen exterior–, los arquitectos buscaron imprimir una “escala humana” en donde pudieron, o allí los dejaron.
El trabajo de fachadas, con una modulación que hace resonancia con ritmos neoclásicos, y el enchape en ladrillo, buscaron afinar la gran escala desproporcionada con una medida humana. Diez años después de la apertura del mall, cuando este ya había sido adulado y vilipendiado por la sociedad chilena, Bendersky publicó en la revista del Colegio de Arquitectos ( ca ) una reseña de este “logro frente a la adversidad del encargo” (Bendersky, 1993),
Para los arquitectos, señalaba, “entre las recomendaciones (casi reglamentarias), el shopping center no debía ser atractivo por fuera, produciéndose al interior el mayor despliegue de incentivos visuales. Además, los espacios comunes no debían superar el 30% de la superficie construida, por cuanto el shopping center es una inversión de arrendamiento” (p.40).
- Es evidente la desazón de Bendersky frente a esta anulación de la obra en pos del negocio.
- La fachada del mall, casi como un lienzo, 5 será el punto más expresivo de la propuesta.
- A través de las incisiones en la cornisa superior, el mall propuso una obra monumental, pero con posibilidad de ser medida y contrapuesta a la cordillera a modo de farellón, como describe Bendersky (p.41).
Las referencias a los arcos en los zaguanes aluden a una condición tradicionalista, al igual que la elección del ladrillo, elegido por su “envejecimiento con nobleza”. La arquitectura de “la ciudad futuro” podría ser indiferente a su contexto y la carga histórica de su emplazamiento, pero a vista de sus arquitectos, el ladrillo mantendría una nobleza histórica frente a un paisaje dramático, tanto de la Villa San Luis como de la cordillera de Los Andes.
- Este tratamiento consigue un objetivo importante: cual es el de quitarle brutalismo a esta masa volumétrica tan importante” (Bendersky, 1993, p.41).
- Aun hoy, es ineludible la importancia del predio donde se emplazó el mall,
- Como recalcaba Santiago Cummings, director de Cocentral (Compañía de Centros Comerciales S.A.), la inmobiliaria responsable de construir Parque Arauco, hubo “cuatro” condiciones para poner un proyecto como este en ese lugar: “primero ubicación, segundo ubicación, tercero ubicación y cuarto ubicación” (Cummings, 1982, p.5).
Reflexionando una década después, Bendersky (1993) reconoce que el fundo San Luis, sumido como una “isla en la ciudad”, hacía evidente pronosticar que el mall sería un éxito y que el proyecto se ampliaría hasta convertirse en un polo de desarrollo fundamental para la configuración de la ciudad (p.40).
- Frente a tanto entusiasmo, la prensa se preguntaba, antes de la inauguración, si todo este tamaño no sería desmedido.
- En una entrevista al ingeniero brasileño August Berger, jefe de obra de la construcción del mall, al ser cuestionado por “la chilenidad” del proyecto importado, él respondía que era justamente en la materialidad de ladrillo y hormigón, y en los arcos de medio punto, de inspiración española según el entrevistado, que se reunía el carácter criollo del mall (Berger, 1981).
Criollo, aun cuando el mármol en sus pisos, el granito rojo de los pilares, fueron todos traídos de Brasil, y el reloj de campanas de la plazoleta principal, de Holanda. Incluso, en un desaire a la participación de los arquitectos nacionales, el ingeniero declaraba que “el concepto arquitectónico fue forjado en Brasil, por lo que tiene una componente latina”.6 ¿Qué hay de chileno en el primer mall en Chile? Un diseño de ladrillo en la fachada y la adecuación de un pabellón prediseñado a un terreno particular y simbólico de la historia reciente chilena.
- Desde el visionario pris de 1960 hasta el actual proyecto comercial en altura Nueva Las Condes pasaron cuarenta años de políticas urbanas motivadas por múltiples ideologías, la mayoría de las veces contradictorias.
- Sin embargo, el subcentro planteado se concretó desde la instalación del mall (Poduje, 2006) y parad ójica mente sigue en desarrollo con la incorporación de rascacielos, torres de oficinas y vivienda en altura.
En sus más treinta años, Parque Arauco Shopping Mall ha ejecutado múltiples modificaciones a su proyecto original, abriendo sus bordes, haciéndolo más permeable e incluso integrando el Parque Araucano. Además, desde los noventa ha ejecutado ampliaciones hasta llegar a cuadruplicar su superficie inicial y ha sumado una torre clínica, dos megatorres de oficinas y en 2019 inaugurará un rascacielos con hotel, residencias y oficinas de lujo.
Paradójicamente se estaría rescatando el ideal de la cormu, que proponía torres de vivienda en densidad. Capa tras capa, el fundo San Luis es el recipiente de ejercicios que proponen visiones divergentes de futuro. En la historia del fundo San Luis es posible reconocer lo que Sabatini y Arenas (2000) postulan con respecto a las “resonancias geográficas”, concepto por el cual entienden el efecto de perpetuación en el tiempo de un cierto orden o forma espacial, más allá de la vigencia del sistema de relaciones urbanas que le dio origen, sea este económico, cultural o de gestión pública.
La herencia del Estado intervencionista –Frei Montalva y Allende– y su capacidad de manejo del futuro de un predio de tal magnitud produjo en el fundo San Luis un espacio de borde entre diversas ideologías políticas (Sabatini & Arenas, 2000) y entre diversas identidades de lo chileno.
Es esto lo que hizo tan simbólica la inauguración del mall, pues fue el ícono de la instalación del mercado neoliberal en Chile y de la apertura nacional hacia referentes no locales. El mall en San Luis evidenció la batalla no solo por un terreno ganado, sino por una memoria conquistada y luego arrasada: la de Allende, por un lado, pero también la del Estado como constructor de ciudad, en un plano más general.
En los proyectos que se han fraguado y disuelto en San Luis se leen los diversos discursos que han marcado el desarrollo urbano de Santiago. Las políticas de modernización centralizada por parte de los gobiernos de 1950-1973, que bajo su mando remodelaron la imagen de la ciudad, dejaron huellas difíciles de demoler, 7 y que aún hoy interpelan a un presente urbano que carece de idealismo visionario en sus prácticas.
Por su parte, la política de liberalización de los mercados de suelo urbano y la política de vivienda social del período libremercadista en 1975-1990 revoluciona –no tan silenciosamente– el orden espacial establecido por el período anterior. De ese modo, la resonancia geográfica proveniente del intervencionismo es perpetuada por las políticas neoliberales en la misma línea, pero se traslada desde la b ú squeda por inclusión v í a residencia social hacia la inclusión v í a acceso al consumo de bienes.
Ejemplo de esto sería el planteamiento del subcentro cívico del pris con el posterior desarrollo de un megamall que sigue expandiéndose y diversificando su oferta. El fundo San Luis, paradigmático trozo de la ciudad, moldeado por tantos ideales contradictorios de sociedad, es el protagonista de un período que estremece por su radicalidad ideológica.
- Palimpsesto de discursos edificados, es la evidencia material de la transformación de una sociedad y de la gravitación del consumo como fuerza productora de lo urbano.
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¿Dónde queda el centro comercial más grande de Latinoamerica?
Un proyecto millonario – El Centro Comercial de Mítikah pertenece al impresionante y amplio portafolio de Fibra Uno, el primer y más importante Fideicomiso de Inversión en Bienes Raíces en México diseñado para impulsar la innovación en el país. Este inmueble se encuentra en la y es conocido como el proyecto de usos múltiples Mítikah, una ciudad viva cuya extensión asciende a más de un millón doscientos metros cuadrados,
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¿Cuántos Mall chinos hay en Chile?
Introducción En el marco de las “nuevas migraciones” chinas, como se suele nombrar las originadas tras la “Reforma y Apertura” (改革开放- Găigé kāifàng ) iniciada en 1978 por Deng Xiaoping ( Nyiri 2005 ; MaMung 2000 ; Trolliet 2000 ; Pieke et al., 2004 ), especial preponderancia han tomado los llamados “consorcios familiares”, que por lo general corresponden a PYMES (pequeñas y medianas empresas) con extensiones transnacionales (Wu et al, 2019).
Estos nuevos chinos de ultramar (华侨, huaqiao, overseas ) se caracterizan por una alta flexibilidad en los mercados que abordan, tanto por su capacidad para adaptar mercancías siguiendo la especificidad de la demanda en variadas partes del mundo, como también por sus formas comerciales, con mecanismos flexibles de préstamos y pagos, o por la inclusión de criterios de parentesco y amistad en las transacciones comerciales, que generalmente sobrepasan el cálculo económico ( Simpfendorfer 2011 ; Wu et al 2016).
Como ya se ha registrado, en Chile la mayoría de sus mercancías ingresa por los puertos de Arica y la Zona Franca de Iquique (ZOFRI), donde comienzan un tránsito hacia Bolivia, Paraguay y luego el sur de Brasil ( Tassi et al, 2012 ; Garcés, Moraga y Maureira, 2016 ; Müller, 2017; López-Guerrero 2018, Pinheiro-Machado, 2008 ; Pinheiro Machado 2018; Moraga e Invernón 2019).
- Pero un fenómeno de similar potencia se observa en Santiago, en especial en el barrio Unión Latinoamericana, foco comercial en acelerada expansión, hegemonizado por comerciantes chinos que canalizan el flujo de mercancías de los puertos de San Antonio y Valparaíso.
- En los últimos 10 años, en el barrio se han instalado 27 centros comerciales, llamados popularmente “malls chinos”.
De ellos, solo siete existían antes de la pandemia de Covid-19 (ver Figura 1 y Figura 2 ). ¿Cómo se explica tan relevante expansión?, en especial al constatar las cifras económicas del país en general, o la experiencia de otros grupos inmigrantes de Asia del Este, como el de Corea, por ejemplo, que vivió un masivo cierre de sus comercios en Santiago de Chile ( Véliz, 2022 ) 1,
- En el caso chino, este nodo de distribución no sólo se ha expandido, sino que ha transformado el tipo de comercio, las relaciones sociales y laborales y la espacialidad pública del sector ( Chan 2018 ; Ramírez y Chan 2018 ; Chan, Ramírez y Stefoni 2019).
- Corroborando la centralidad china, la Municipalidad de Santiago mantiene un proyecto para crear allí el primer barrio chino de Chile.2 Para intentar responder la pregunta e indagar en el fenómeno, conviene hacer un breve recuento del contexto.
En primer lugar, es necesario considerar las diferencias que marcan entre sí los propios chinos del barrio. Los primeros de la RPC llegaron de la provincia de Jiangsu, especializados hasta la actualidad en tiendas de ropa para camas (edredones, fundas, sábanas).
- Hoy no representan más del 10%.
- También habita una población menor de la provincia de Fujian, que los dirigentes chinos estiman en un 20%, dedicada en su mayoría a los salones de máquinas tragamonedas.
- Y, por cierto, guangdoneses, los históricos en Chile (Chou 1996, Moraga 2018, Galaz-Mandakovic y Moraga 2021 ), que acá son numéricamente menos que los de Fujian.
Mantienen algunos restaurantes, tiendas de ornamentos para el hogar y ferreterías, esta última línea manejada por un pequeño grupo, paisanos de la ciudad de Kaiping. El cambio más relevante ocurrió en torno al 2010, cuando comenzaron a llegar con notoriedad los nativos de Zhejiang, quienes hoy representan más del 70% del mundo chino en el sector, según las opiniones de sus líderes y también se constata en terreno.
Poco a poco lograron la hegemonía no solo comercial, sino reconocimiento político, y con ello, incidencia decisional en el territorio. Este reconocimiento desembocó en acuerdos con instituciones del Estado chileno y con líderes y agrupaciones no oficiales, informales, incluso estigmatizadas como delictuales.
Por nombrar ejemplos, la Fundación Pro-Chile, aparato estatal enfocado en el comercio exterior, designó a Zhejiang como socio relevante para el empresariado chileno. Varios municipios chilenos con presencia zhejianesa han firmado acuerdos de “hermandad y cooperación” con ciudades de esa provincia china.
- Tanto o más relevantes son los acuerdos con actores no oficiales, pues han permitido la convivencia y el establecimiento de un orden “desde abajo” con vecinos del sector.
- El barrio tiene una alta actividad delictual, con bandas organizadas de distinto tipo.
- Algunos son rateros que operan entre el tumulto o se dedican al robo menor en locales establecidos.
Los más organizados controlan el espacio público de algunas calles y cobran por el derecho a instalar un puesto de venta a los vendedores informales. Los chinos, aparte de los grupos de WeChat que convocan para la autodefensa en casos críticos (como en el levantamiento social de octubre de 2019 en Chile, durante el cual ocurrieron saqueos en tiendas del sector), crearon una guardia privada, pagada con aportes de la misma comunidad, con la anuencia municipal, compuesta por un grupo de vigilantes vestidos con uniformes negros, cámaras de grabación sobre sus cascos, walkie-talkies y bastones eléctricos.
- El punto es que esta policía privada, controlada por zhejianeses, funciona dentro de límites territoriales acordados con otros grupos que controlan el barrio.
- La “jurisprudencia” china, por ejemplo, funciona solo desde la calle Salvador Sanfuentes hacia el sur (Ver Figura 3 ).
- Las calles situadas hacia el norte, incluyendo la Alameda (principal avenida del centro de Santiago), son controladas por agrupaciones informales que “protegen” la venta callejera, a quienes la prensa local ha denunciado como “mafias”.3 La llegada de los zhejianeses se relaciona con la crisis económica que golpeó España a fines de los años 2000.
En ese país vivían casi 200 mil chinos, el 90% de Zhejiang ( Beltrán 2003, Moraga 2010 ). Su elite, propietarios de pequeñas y medianas empresas en China, comenzó entonces a mirar con mejores ojos hacia Sudamérica, donde algunos decidieron expandirse.
En este caso a Chile, país que ofrecía un tratado de Libre Comercio vigente hasta la actualidad, que permite el ingreso sin impuestos de un sinnúmero de mercancías y servicios. A esa coyuntura se suma el mandato social de un imaginario, en parte alimentado por el discurso oficial en China, que impregna Zhejiang con una tradición migratoria -que en realidad toma fuerza cuantitativamente sólo desde los años 1980, cuando se constatan los primeros qioaxiang ( 侨乡, pueblos con alta migración) ( Beltrán 2003 )- y una disposición al empresariado familiar que se ancló con facilidad a la política de permisos laborales de las reformas en China.
Cabe recordar que esta provincia fue una de las primeras con autorización para crear pequeñas empresas familiares privadas ( getihu 个体户). Esta dinámica empresarial, que algunos entusiastas del capitalismo han observado en toda China con una profundidad de al menos mil años ( Gates, 1996 ), respondería en este caso a un habitus propio de Zhejiang.
- Un ethos con fundamentos en la “teoría pragmatista” (事功学, Shìgōng xuéshuō ) de la Dinastía Song del Sur (1127-1279), que a partir de la escuela Yongjia (antiguo nombre de Wenzhou) propugnaba un gobierno con una de sus bases en el comercio ( Cai 1999, pp.28-31).
- Contexto no menor, que traspasa a sus huaqiao, quienes en los últimos 40 años dejaron de ser los despreciados del discurso oficial, para convertirse en ejemplos de patriotismo ( Hsu, 2007 ).
En ese mismo período, los zhejianeses han consolidado redes de pequeños y medianos comerciantes con reconocido peso simbólico y económico en el mundo ( Luo 1997 ; Beltrán 2003; Moraga 2010 ; Moraga, 2012; Lin, 2006 ; Lin 2010; Lin 2011; Wu et al 2016 ).
- Hoy controlan o gravitan en los mercados mundiales de innumerables productos, desde encendedores y botones, hasta zapatos o variadas prendas de vestir, artefactos sanitarios, griferías y maquinarias agrícolas, por nombrar algunos.
- Si en la actualidad en China más del 90% de las empresas privadas son pequeñas empresas familiares, en Zhejiang sube casi al 100% (Lin 2006; Lin 2010; Lin 2011; Wang 2016 ).
Se trata de familias que operan generalmente fuera de los sistemas de préstamos bancarios, al margen de las relaciones contractuales y del igualitarismo de la ley universal. En Chile destacan las del departamento de Lishui, y dentro de éste, del cantón de Qingtian.
- Sus tránsitos migratorios apuntan en primer lugar a Europa, como hemos señalado, e incluyen redes parentales en sitios tan distantes como Dubai, Belgrado, Moscú, o un mosaico de países africanos y del Medio Oriente.
- En sus manos está la administración y control de los circuitos de proveedores de la mayoría de los malls del barrio que hoy nos ocupa.
Se ha escrito bastante sobre las formas en que la movilidad espacial, el proceso migratorio y las redes comerciales se mueven a través de las fronteras transnacionales, como lo hace casi toda la producción enmarcada en el transnacionalismo migrante ( Portes, Guarnizo y Landolt 2003 ; Glick-Schiller et al 1999, entre otros).
- Sin embargo, se sabe muy poco de las legitimidades culturales y estructurales que este impulso vive en origen y menos de sus espacios de negociación y las tensiones en las sociedades de llegada.
- En el contexto descrito resulta pertinente preguntarse en torno a las lógicas que explican la inserción, instalación y expansión de estos malls chinos ¿En qué consisten sus prácticas, cómo ensamblan, se acomodan o se ven obstaculizadas en los espacios locales chilenos? ¿cómo dialogan con las estructuras sociales en la sociedad de llegada? Objetivados por esta mirada, hemos realizado observación etnográfica y entrevistas en el barrio entre marzo de 2017 y marzo de 2022.
Para este texto, específicamente, procesamos 19 entrevistas en profundidad a dueños, administradores, locatarios, abogados y trabajadores de malls chinos, así como a algunos dirigentes de esta nacionalidad con presencia en el sector. El barrio Unión Latinoamericana El barrio Unión Latinoamericana es un sector comercial popular ubicado a un costado de la Estación Central de trenes, y a pocas cuadras de los terminales de buses interurbanos, principales puntos de contacto del sur del país con la capital.
Desde fines del siglo XIX constituye uno de los principales sitios de ingreso de migración interna hacia la urbe y a la vez, un centro proveedor de mercancías para pequeños y medianos comerciantes que distribuyen hacia regiones. En ese barrio, que en un origen fue sólo la calle Meiggs y que luego se ha expandido por el Este hasta la Av.
España y hacia el Sur hasta calle Gay, se encuentran casi todos los malls chinos de la ciudad. Allí se comercializaban, entre los años 20 y 60 artículos de bazar, juguetes, paquetería, ropa y comida. Fue en los años 70 y 80 que en la calle Meiggs surgió el comercio de útiles escolares y artículos estacionales como adornos de Navidad o Fiestas Patrias, situación que se mantiene hasta el día de hoy, con aumento sostenido del número de locales y centros comerciales chinos.
- Para Navidad, por ejemplo, se calcula que unas 150 mil personas llegan diariamente a hacer sus compras al barrio, que en la actualidad concentra más de 3.000 patentes comerciales, de las cuales los chinos mantienen más de 440 en el cuadrante descrito 4 ( Figura 3 ).
- En América Latina los malls son reconocidos como un espacio social de consumo, enunciados por algunos como las “nuevas plazas públicas” (Salcedo y De Simone, 2012,12), “simulacros de espacios públicos” y “paraíso generalizado del consumo” ( Moulian, 1987, p.57).
Han sido resignificados una y otra vez por defensores del modelo neoliberal en el continente y duramente criticados por las ciencias sociales latinoamericanas de izquierdas que hacen énfasis en el impacto negativo que tienen en las sociedades civiles en el marco de la modernidad capitalista y liberal de consumo (Moulian, 1987).
La aparición de los malls en Chile data de la década del 80, constituyendo un modelo exitoso de negocios que ha logrado extender sus capitales a países vecinos ( De Simone, 2012 ). Entre los primeros shopping center o proto-mall se cuentan los llamados Caracoles y Patios Comerciales que tuvieron como característica fundamental la conectividad peatonal con su entorno en zonas de alta concentración urbana o de futuras urbanizaciones ( Salcedo y De Simone, 2012, p.4).
Generaron un modelo que luego se extendió a toda la ciudad y a regiones. Le siguieron los actuales malls urbanos que se expandieron por toda la ciudad a partir de comienzos de los 90, y en la actualidad albergan millonarias ventas del retail. En sus espacios se encuentran grandes cadenas de supermercados, megatiendas de materiales de construcción, decoración y deportes, las principales marcas internacionales de vestuario y tecnología, aparte de filiales de alimentos chatarra y cines, entre otras ofertas.
Configuran grandes centros de consumo, encuentro y recreación de la cotidianidad urbana. Sin embargo, el barrio de los malls chinos no es un sector acomodado, ni apto para la recreación, ni para ir de paseo. Al contrario, es una zona históricamente habitada por segmentos populares de la población chilena.
Es un sector con altos índices de delincuencia, que durante las noches, con el comercio puntualmente cerrado a partir de las 20 horas, se transforma en un descampado, pues pocos peatones se atreven a transitar, con escasas viviendas residenciales. Sin embargo, la escena durante el día es de gran movilidad humana y de mercancías: innumerables clientes atestan las calles, en un constante ir y venir, entremezclados con los trabajadores del sector, principalmente chinos y haitianos que empujan carretillas y montacargas con cajas, bolsas o innumerables paquetes, en labores de carga y descarga o bien llevando mercancías desde las bodegas a las tiendas.
También es posible apreciar un gran número de motos eléctricas, muchas veces sin placas de inscripción, también atestadas de bultos, conducidas por mujeres y hombres jóvenes de origen chino, que se abren paso a gritos entre la muchedumbre de vendedores ambulantes que atestan las calles Abate de Molina, Salvador Sanfuentes, Unión Latinoamericana y Sazie, entre otras.
En determinadas calles del barrio, un mismo espacio durante el día puede tener diferentes funciones según la hora, y se van generando patrones y tipos de actividades, en un contexto que a ratos se torna agresivo. Allí se cruzan intereses de diferentes grupos sociales, intensiones, desesperos, economías informales, prácticas de sobrevivencias consolidadas, mercados en expansión, demandas de diferente tipo y una movilidad de cosas y personas que reitera una y otra vez la rápida mutación del barrio.
- El plano regulador de Santiago, en los 80, permitió establecer bodegaje sin ninguna restricción.
- Las mercaderías comenzaron entonces a llegar rápidamente a las tiendas, por lo que podían vender más barato, al evitar el costo del desplazamiento de la carga hacia otras zonas de la ciudad.
- El sector de Unión Latinoamericana se convirtió en el foco de interés para el empresariado chino que comenzó a instalarse con la fórmula de vender sus productos sin intermediarios.
El slogan más común era: “Directo de la fábrica al consumidor”, que aún se lee en algunos de sus frontis, ofreciendo mercancías a muy bajo costo en comparación con quienes dependían de intermediarios.5 La descarga de las mercancías también sirve como ejemplo de las negociaciones con los actores locales.
La ley permite esta actividad sólo hasta cierta hora de la mañana, tras la cual los camiones debieran dejar libres las calles. Sin embargo, existe el acuerdo tácito de no penalizar al infractor si éste “invita a un café” al policía que lo sorprende, “café” que eufemísticamente nombra al pago de $10.000 pesos (poco más de U$10 dólares), según comentan los chinos.
Como se ha consignado en más de una ocasión en torno a los mundos chinos, el “acuerdo particularista” prima sobre el “espíritu de la ley”, y no causa mayores resquemores entre los paisanos ( Castellucci, 2007 ; Moraga e Invernón, 2019 ). Disposición social que convive con el interés genuino de sus líderes, empeñados en divulgar las leyes chilenas y estimular su cumplimiento.
En ese aspecto, a los comerciantes chinos les cuesta comprender la lógica de algunas normativas comerciales, tributarias, de edificación, de formación de sociedades o contractuales chilenas. Un ejemplo de ello es la emisión de boletas para el pago de impuestos, que no existe en China. Por ello reciben asesoría legal con las entidades fiscalizadoras, como la Superintendencia de Electricidad y Combustibles, el Servicio de Impuestos Internos, o el Departamento de Migraciones, en reuniones organizadas por sus asociaciones.
El rol de los líderes es clave, pues implica el desarrollo de contactos e inserción en estructuras oficiales nativas, un capital social indispensable que redunda necesariamente en su propio reconocimiento interno. Los malls chinos y los “grandes hombres” Los malls chinos surgieron a partir de 2010.
Los primeros en el sector fueron: Universo Chino, Asia Pacífico, Galería Dragón de Oro, Portal Exposición, Mall Asociación Gremial de Empresarios Chinos (Parma) y Centro Comercial Zhejiang ( Figura 1 ). Luego de esa fecha, durante la pandemia de Covid-19, estos primeros Centros Comerciales se multiplicaron, de tal manera que en la actualidad suman 27 ( Figura 2 ).
Estos compiten el espacio con empresarios chilenos y de otras nacionalidades en el ámbito de lo formal, y en el informal con vendedores callejeros de mercancías, en especial zapatillas también de origen chino, vendidas por migrantes negros haitianos que se instalan en las calles aledañas a los frontis de sus negocios, en un permanente huir de la policía. Fuente: elaboración propia. Créditos: Tomás Zamora y Carola Pulgar. Figura 1 Centros comerciales chinos en 2018. Fuente: elaboración propia. Créditos: Tomás Zamora y Carola Pulgar. Figura 2 Malls y Centros Comerciales chinos en 2022. Fuente: elaboración propia. Créditos: Tomás Zamora y Carola Pulgar. Figura 3 Distribución de Espacios Comerciales Chinos 2022. El mall Universo Chino, ubicado en la calle Alameda Nº 2939, fue uno de los cuatro primeros en instalarse, con una inauguración de gran revuelo, cobertura de prensa y televisión, y con la participación de los funcionarios municipales junto a los dueños del mall.
- Sus locatarios fueron recibidos en los primeros meses de trabajo con difusión de sus productos a través de un circuito cerrado de televisión ( Moraga, 2018, p.139).
- Muy cerca de allí, en la esquina de Alameda con calle Maipú se encuentra el mall Asia Pacífico, que inició actividades en 2017.
- El edificio, refaccionado en función de ofrecer una máxima comodidad a locatarios y clientes, con negocios orientados principalmente a las ventas al por mayor.
Su diseño incluye un gran sótano, dos pisos de locales para la venta y estacionamiento de varios pisos al costado del edificio (por calle Maipú). También contempló en su origen un patio de comida y se planificó un hotel de varios pisos. “El dueño de este mall es de Anhui, con familia de la RPC que desde Taiwán emigró a Chile hace más de 30 años.
Su familia es dueña de la cadena de tiendas Fashion Park” (entrevista a dirigente chino). Él específicamente comenzó sus trabajos en Chile como bodeguero en los negocios de su familia taiwanesa, ahorró, mejoró y tuvo su fábrica de textiles en Chile y su empresa de importaciones, para luego incursionar en este negocio inmobiliario.
Por el frente de ambos malls, en la acera sur de la Alameda, casi a una cuadra de distancia se encuentra la Galería Dragón de Oro, considerada por la clientela chilena como el paraíso de las ventas de zapatos al detalle y al por mayor. Una gran cantidad de empresarios chilenos del rubro, con locales en comunas más pudientes, se surten allí de mercancías, para luego triplicar los precios al revenderlas en tiendas de comunas más pudientes, como Providencia, Las Condes y Vitacura.
- El mall Portal Exposición funciona desde el año 2010 y se ubica en la calle Garland 89, en la esquina con Salvador Sanfuentes, a pocos metros de la Estación Central y de una estación de Metro.
- Cuenta con más de 110 locales que venden textiles, accesorios, tecnología y ofrecen una gran diversidad de servicios.
Es reconocido por las carteras y complementos chinos, los productos de belleza y los zapatos, con diferentes niveles de calidad y precios. En Sazie y Conferencia se encuentra el Centro Comercial Zhejiang, inaugurado el 2015. Su fundador es un empresario de Qingtian, Zou Jianbing, quien también preside desde 2013 la Cámara Comercial de Zhejiang.
Es uno de los “grandes hombres” del barrio, quien ha logrado acumular un importante capital económico y simbólico, es una persona con mucho “peso” y “cara” (面, mianzi ) 6, Como tal, mantiene relaciones con importantes autoridades tanto en China como en Chile. Ha sido uno de los organizadores de la “ExpoVino” en Qingtian, evento que reúne cada año a más de 750 compañías de vinos de todo el mundo, al cual invitó con todos los gastos pagados a los alcaldes de Talca y Curicó, entre otras autoridades, aparte de movilizar su guanxi (关系, relaciones) para lograr la asistencia del embajador y los cónsules de Chile en China.
Sus donaciones son, sin duda, casi incontestables por la magnitud del gasto, resaltando su superioridad entre los paisanos. Es uno de esos “hombres que son como dioses” ( Godelier, 1996 ). Como tal, sus aportes durante la pandemia de Covid-19 en Chile han sido significativos: en 2020, por ejemplo, donó 1.400.000 yuanes (más de U$200.000 dólares), en recursos distribuidos por la embajada China en Chile, lo cual refirma el nivel de sus contactos.
Su nombre es de peso, tanto así que ha sido entrevistado como empresario ejemplar en la oficial “Revista Comerciantes de Zhejiang”, publicada luego en el China Daily. Como benefactor, en su casa suele recibir a zhejianeses recién llegados a Chile, en tal cantidad que debe hacer “varias rondas de preparación de comida al día”, según expresa en ese medio.
En su casa duermen paisanos en literas e incluso en el suelo. Sólo su despacho se mantiene sin gente, según explica con orgullo. Su mall en Santiago lo administra el tercer hermano, que antes intentó negocios en Italia, España y Portugal. El Sr. Zou y su familia mantiene una inmobiliaria y negocios de vestuarios en Europa, con ramas en Serbia y en el Medio Oriente.
Actualmente su nombre cobró fama en China pues planifica construir un centro internacional de comercio de más de 20 hectáreas en la ciudad de Aral, la llamada “Perla del sur de Xingjiang”. Repitiendo un patrón cultural reconocido, una vez que un chino traspasa cierto umbral de riqueza, comienza a ostentarla, en un derroche agonístico ( Moraga 2010 ; Mauss, 2008 ) que incluye la afición por difundir el arte y la cultura, por lo general en sus versiones oficiales.
Entre otros eventos, el Sr. Zou organizó el 2012 la visita de un grupo folclórico de Chile a la ciudad de Lishui (Zhejiang). Otro centro comercial destacado es el Mall Parma, en la esquina de San Alfonso con Grajales. Abrió sus puertas el 2010 y es administrado por otro “gran hombre”, Xu Yiping (Luis Xu), un profesional del diseño, oriundo de una aldea del condado de Qingtian, cuya familia en China se dedica a la producción y comercialización de textiles.
Los locatarios de este mall en su mayoría forman parte de las redes familiares y amigos del Sr. Xu, quien, en continuidad con las pautas que entregan posición social entre los chinos, también formó su propia agrupación: la Asociación Gremial de Cultura y Comercio de China en Chile, que reúne a la comunidad de Qingtian- Lishui.
Sus donaciones a la comunidad chilena por la Pandemia de Covid-19 han sido divulgadas ampliamente por los medios nacionales. Aparte de las ayudas a sus paisanos, a quienes entrega gratuitamente medicamentos chinos para compartir el Covid, suele oficiar como “juez” en la resolución de conflictos en la comunidad.
Su proyecto emblemático ha sido la construcción de un Barrio Chino en una calle del sector, que incluye la instalación de pórticos chinos y jardines. Durante años ha realizado lobby ante la Municipalidad de Santiago, lo cual ha incluido invitaciones pagadas a China a casi todos los concejales, el alcalde y otras autoridades del poder edilicio.
Entre otras muestras de su reconocimiento “político”, logró el nombramiento oficial como “Ciudades hermanas” entre Lishui y Santiago. En ambos casos destaca la necesidad del gasto excedentario de estos “grandes hombres” y el rol de la triangulación de un tercero en la conformación de las legitimidades internas.
La representación ante la comunidad china se legitima por el reconocimiento de las autoridades locales chilenas y también por los vínculos con funcionarios poderosos en China, lo cual ratifica y da solidez a su posición intracomunitaria. Otro mall destacable, si bien no se encuentra en el barrio, es el Mall Chino de la calle San Diego, el cual es necesario mencionar pues fue el primero de su tipo en la comuna de Santiago, ubicado en la esquina con Alonso de Ovalle.
Surgió por acuerdos con funcionarios de la Municipalidad de Santiago, en un edificio que en un primer momento había sido cedido a artesanos lisiados. En sus comienzos eran solo familias de Qingtian, representantes directos de sus fábricas en China. En la actualidad se mantiene con una administración china y otra chilena en paralelo, lo cual ha permitido disminuir el número de conflictos entre diferentes tipos de locatarios (chinos y latinoamericanos) y sus trabajadores, en especial derivados de interpretaciones divergentes de las leyes laborales.
- En su interior funciona la Asociación de Comerciantes de Qingtian, que también alimenta vínculos políticos basados en la generación de deudas y regalos con funcionarios de la Municipalidad de Santiago y otras autoridades chilenas, especialmente por medio de invitaciones a China.
- Empresa familiar, bancos y aduanas En el caso del modelo comercial chino se combinan varias condiciones que aseguran el éxito, hasta el momento, en Chile.
En primer lugar, las ventas al por mayor (con la mejor oferta de precios bajos por unidad de mercancía) condición que los diferencia del retail chileno. Los productos llegan a sus sitios de venta por la vía de importadores chinos, quienes distribuyen por lo general a otros locales y a vendedores de ferias, que compran grandes cantidades.
El importador Hao Han Su, por ejemplo, según relata un agente de aduanas, “es uno de los principales importadores de jarrones de porcelana y de loza china y el distribuye a diversos locales y a los feriantes. Los de la feria hacen su agosto con los chinos. Los principales compradores de muchos productos chinos son los feriantes”.
En los acuerdos con los clientes, un empleado de tienda confirma la flexibilidad de los chinos cuando se ha cultivado la confianza, espacio en el que opera el trato de palabra y no el contrato ni la inmediatez de la transacción monetaria: “ellos siguen vendiendo y anotando sus cosas en un cuaderno.
Te venden a ti, tú eres su cliente y ellos ven, confían en ti. Y en un cuaderno van llevando, te van llevando una especie de cuenta corriente. El día que tú decides no pagarles, él dice oye, pero porqué no me vienes a pagar. No me ha venido a pagar”. Otros factores que inciden en su éxito, aparte de evitar intermediarios, se relaciona con su inserción en circuitos de producción familiar, en los cuales priman los acuerdos comerciales al margen del sistema bancario.
Así lo explica uno de los entrevistados: “China le vendía a un intermediario, y ese le vendía a otro u otros intermediarios y/o con la intervención de un banco, y en seguida eso llegaba a Chile. Esas intermediaciones suponían un gran aumento de costos, encarecían un producto muchas veces 30 o 40 por ciento.
Finalmente nosotros (en Chile) recibíamos un producto que, fruto de esta intermediación llegaba a un valor mucho más alto que el que tenían en China. Al intermediar bancos, al intermediar otras personas el pago que se le hacía al productor en China se tardaba 90, 120 días, 150 días. El cambio significó que en lugar de que yo le venda a un intermediario y este a su vez le venda, le revenda a otro y que llegue al consumidor final a un costo mucho más alto.
Mejor hagamos lo siguiente: Yo en mi familia produzco los bienes. En mi familia tengo una empresa de carácter familiar en que produzco prendas de vestir. Y en lugar de yo venderle a alguien prefiero que alguien de mi familia se vaya y se instale en el mercado final.
- Yo así me salto toda la cadena de intermediarios para llegar a ese consumidor final”.
- Entrevista al abogado del Mall Parma) Por otro lado, se observan también cambios en las maneras de ejercer algunos roles en los malls.
- Por ejemplo los administradores ahora no son exclusivamente chinos, como en los inicios.
Hay en la actualidad chilenos, como es el caso, entre otros, del Mall Ni Hao. Esta situación ha mejorado la eficiencia de los malls, al contar con expertos nativos que asesoran sobre las formas de operar en Chile. Generalmente los comerciantes más grandes reinvierten y forman sociedades inmobiliarias.
Un ejemplo de ello es el edificio y centro comercial que administra Inmobiliaria Parma. Como señalamos, gran parte de los tenderos son amigos o familiares del administrador. Desde allí algunos se han expandido a otras ciudades de Chile y han ido dejando a un amigo o a otro familiar en el local principal.
“Ellos se han ido a otras ciudades. Claro, esos que llegan acá se han ido. Van llegando de China y se han ido haciendo cargo ellos de los negocios ahora”. (Entrevista a achino dministrador de mall). La verdadera explosión de nuevos Centros Comerciales se explica en gran medida por estas razones y por la concentración de capital que han logrado paisanos de Zhejiang con redes transnacionales consolidadas, específicamente las de Qingtian, Lishui y más recientemente de Yiwu, un reconocido centro de venta de mercancías especializado en clientes de países no desarrollados, en gran número africanos, del Medio Oriente o Europa del Este.
- Estas nuevas construcciones, que en algunos casos han demolido manzanas completas para instalar sus negocios, por lo general llevan simplemente por nombre “Mall Chino” o “Nuevo Mall Chino”, y solo algunos tienen nombres de fantasía.
- Entre los más importantes destacan Ni Hao Market, HiperAsia, Yiding, Munditel, Lihua Ltda., Mi Buen Amigo Merkasia, entre otros.
El éxito en su expansión se debe entonces, en resumen, a dos factores. Por una parte, la efectividad de sus cadenas de apoyo intraétnicas, por lo general familiares, y por otra, a sus relaciones con redes nativas, oficiales y no oficiales. “A medida que ellos generan más riqueza, la pirámide que se construye de carácter familiar tiene posibilidades de seguir creciendo, de seguir incrementándose.
Es la familia en definitiva la que crece”, explica un informante que trabaja asesorando a empresarios chinos. Y agrega: “Desde ese punto de vista, no hay una interés de evasión tributaria ni de eludir el pago de impuestos. Por falsear datos, sino que lo que hay es una realidad comercial o un modelo de negocios que es distinto al modelo de negocios tradicional en Chile No es que se vea la empresa como la unidad económica.
La unidad económica es la familia. Entonces lo que se fomenta es el desarrollo de la economía familiar”. En este escenario el empresario chino despliega su negocio. Recibe productos de su familia, desde China, y los pone a la venta, generalmente al por mayor.
Según añade el abogado de un mall: “La utilidad de ese negocio queda acá en Chile. Y a China se devuelve el costo de producción, que es menor. Eso es lo que se devuelve y se devuelve una vez o dos veces al año. Sin interés financiero. Sin costos de intermediación. Porque en definitiva son los costos, los costos ya están asumidos en China.
Es lo que a la familia le costó producir esto, que es un valor mucho más bajo. La producción familiar y el fácil acceso a materias primas permitiría producir a bajo costo porque falta toda la cadena de intermediación que encarecía el costo del producto y que hoy día, vendido directamente, significa una economía en términos de costos mucho mayor y eso es lo que cuesta mucho al sistema de fiscalización en Chile comprender.
En estas condiciones Aduanas frecuentemente plantea que existe subvaloración. Ese es el concepto que se usa. Pero acá no hay intervención del Estado en la producción de los bienes y servicios de China. En ese escenario es donde se plantea el cuestionamiento en Aduanas, los precios. Y es ahí donde me toca intervenir a mí.
Yo demuestro que eso es lo que pagué. Lo que me cobraron es lo que pagué. Con eso se satisface la exigencia de transparencia en el mercado. Aduanas te pide, a ver, pero demuéstreme usted dónde está la carta de crédito que usted abrió para su compra No, es que yo no, no uso banco.
Pero ¿Cómo no va a usar banco? No. Si no uso banco. Pero ¿Cómo? Y ¿Dónde? ¿Cómo pagó? No, es que nosotros, mi cliente paga una o dos veces al año. El junta dinero y una vez al año, o 2 veces al año va, viaja a China o hace una transferencia a través de una casa de cambios, hace una transferencia y manda el dinero a China.
Llevan la cuenta allá: Mira, tanto te mandé. Tienes que mandarme tanto. Y eso es”. Sin embargo, un agente de aduanas da cuenta de otras prácticas de algunos importadores chinos, que hacen difícil de aplicar la ley chilena. Por ejemplo, “llenan contenedores con productos diversos que venden en los malls y declaran que es muy difícil definir lo que lleva el stock de los productos.
Traen por ejemplo toda esta bisutería, todas las chucherías que traen, pulseras, relojes, anillos, gargantillas y te meten, no sé, paraguas, quitasoles, cremas y una serie de cosas, y ellos dicen que no es fácil declararlo. Pero eso es mentira, si para eso basta con un simple software, basta un simple software de control de existencias y tú sabes perfectamente bien cuántas cremas estás metiendo adentro de un contenedor, cuántos perros de ropa estás metiendo, cuántas tazas plásticas, tazas de loza en fin, todo lo puedes detallar perfectamente bien, pero lo hacen como una manera de evadir el pago de los impuestos, porque lo declaran por valores ínfimos.
Una taza la declaran como que vale 50 centavos de dólar y después tú vas a comprar la taza y te vale 5 lucas (cinco mil pesos chilenos, equivalentes a poco más de 5 dólares), o sea, no hay parangón. Las camisas también, las camisas. Llega mucha ropa de China, mucha ropa, la camisa te la declaran eh, no sé po, vale 10 centavos de dólar una camisa de algodón y luego tú la vas a comprar a Falabella y te encuentras a 70 lucas.
- Entonces hay un margen diferencial impresionante, o sea el Estado Chileno está dejando de percibir una cantidad de impuesto por concepto de IVA, pero enorme, enorme”.
- Esta práctica se ha hecho común, pues como no hay personal para revisar todos los contenedores, algunos empresarios prefieren pagar la multa en caso de ser descubiertos.
“Ahora qué acontece, que la aduana a través del departamento de inteligencia, marca, marca al chino que hizo un fraude: esa es la empresa importadora tres palitos, entonces la próxima importación que haga se lo van a abrir, sí o sí, el conteiner”, explica el agente.
- La actividad comercial de los malls genera una gran necesidad de mano de obra, que emplea una cantidad importante de latinoamericanos, en su mayoría venezolanos, haitianos, cubanos, colombianos y ecuatorianos.
- En los tratos laborales, los patrones fijan salarios mínimos según las funciones requeridas, por medio de acuerdos de palabra que en paralelo contemplan contratos no siempre fieles a la realidad del servicio prestado.
En general, sobresalen los acuerdos particulares entre locatarios chinos y migrantes indocumentados, tomados eventualmente a prueba, con la promesa de ser contratados al vencer dicho periodo, lo cual permite la regularización de la permanencia en Chile: “Yo duré tres meses, trabajaba desde las once hasta las ocho por ser vendedora y por ser mujer me dijo que trabajara menos tiempo.
- Me daba una hora de colación Mi situación era en el momento en que ya entré a trabajar con ella yo ya había pedido el asilo.
- Ella me preguntó que cuál era mi situación migratoria, yo le dije que yo había pedido asilo, refugio y que bueno me tocaba esperar que me llegaran los papeles porque ese es un proceso largo.
Y ella me dijo que bueno que mientras no me llegaran los papeles ella no podía hacerme contrato, porque sin RUT ella no podía hacer contrato. Y bueno yo le dije que estaba bien, que no había ningún problema. Y me dijo bueno al tener tus papeles yo te hago tu contrato.
- Esos 3 meses que estuve allá estuve sin papeles porque no me habían salido” (Entrevista a trabajadora del Mall Asia Pacífico) En el caso particular de la entrevistada pudimos corroborar que en efecto se cumplieron los acuerdos establecidos.
- Al día de hoy se desempeña como responsable de una de las tiendas de su empleadora china, con contrato indefinido, debidamente firmado y con aumento de salario según el incremento de sus responsabilidades.
Este tipo de situaciones generalmente llegan a buen puerto y estarían abriendo la posibilidad de que ese trabajador sienta una deuda de gratitud inmensa hacia su jefe chino. Este vínculo genera un conflicto de lealtades para el trabajador cuando consigue un mejor empleo y opta por renunciar al mall.
Se pudo constatar que algunos latinoamericanos sorteaban el escollo proponiendo a sus propios parientes, ya en travesía hacia Chile, o recién llegados, para que los sustituyeran en el local chino. Así intentan saldar la deuda de gratitud con el empleador, pues queda implícita la responsabilidad moral por las acciones de quien dejan en sus puestos de trabajo, proyectando el vínculo ya construido con el mundo chino.
Para el pago de los trabajadores, es común el anticipo de dinero, lo que en ocasiones genera conflictos, en especial con los empleados chilenos, que apelan a la legalidad local, desconociendo los acuerdos verbales: “Les van pasando dinero y van anotando en su cuadernito todos los dineros que le van pasando.
Trabajador: necesito 3 mil pesos. Ya.3 mil pesos, 5 mil pesos. Llega fin de mes: le dicen bueno. Tu sueldo era de 400 mil. Te descuento esto, te pago tanto. Y el trabajador le dice no, usted me tiene que pagar los 400, no pues si aquí está. Vamos a la Inspección del Trabajo. Ese cuadernito que tiene ahí no tiene ningún valor probatorio en la inspección del Trabajo” (Entrevista a trabajador latinoamericano).
En definitiva existen diferentes tipos de acuerdos para generar el empleo y cumplir con los pagos, en dependencia de si el trabajador es chino, chileno o latinoamericano, denotando predisposiciones y acuerdos particulares distintos según cada tipo de trabajadores.
- Por otro lado para los dueños, administradores y locatarios de estos malls, es celosamente guardado el secreto comercial que les permite sobresalir y mantenerse activos en el mercado.
- La seguridad propia y ajena (de los usuarios o clientes de sus locales) es un tema crucial.
- Cada mall tiene contratado a tiempo completo a una misma empresa chilena de seguridad, que le da servicios al menos a cinco de estos recintos.
Entre sus trabajadores es común observar a jóvenes latinoamericanos, contratados con todos sus papeles en regla. Cada local a su vez tiene un botón de pánico en el mesón de la caja registradora, donde generalmente si el local es chino, siempre se encontrará a su dueño o su administrador chino a cargo de la manipulación del dinero.
La desconfianza de los locatarios chinos es tal que se respira en el ambiente cuando se va a comprar. Situación que obedece a los problemas de seguridad del sector, donde, como describimos, operan bandas especializadas de diferente tipo, desde el tráfico de drogas, “mecheros” 7 y asaltantes callejeros, hasta grupos que extorsionan exigiendo pago de dinero a cambio de protección.
Al respecto, como hemos señalado, ratificando la capacidad de los comerciantes chinos de establecer acuerdos no sólo con la policía y actores oficiales de variado tinte, algunos de sus líderes han logrado verdaderos pactos de convivencia en el espacio público con grupos informales, en ocasiones al margen de la ley, que ocupan estas calles.
Algunas propuestas y conclusiones Los malls chinos del sector de Unión Latinoamericana en Santiago de Chile constituyen el principal nodo de distribución de la cadena global de mercancías chinas en esa ciudad, articulando redes hacia la zona central del país. Sus dueños, administradores y locatarios tienen experiencia previa en el rubro empresarial, específicamente en el área comercial y forman parte de extensas redes de empresas familiares.
Por lo general comparten un origen común, Zhejiang, aunque también en menor media hay paisanos de otras provincias, como Jiangsu y Guangdong. Antes de llegar a Chile muchos han trabajado en Europa, en especial en España, con redes de parientes en sitios tan variados como el Este de Europa, Africa y el Medio Oriente.
En el texto destacamos algunas tensiones y acoples con estructuras socioculturales locales, describiendo las prácticas más comunes que explican su instalación, posicionamiento y expansión. Constatamos que el éxito de su expansión se debe, en resumen, a dos grandes factores. Por una parte, la efectividad de sus cadenas de apoyo intraétnicas, por lo general con fuerte anclaje en lealtades familiares, y por otra, a sus potentes relaciones con redes nativas, oficiales y no oficiales.
Junto a su capacidad de adaptación a las exigencias del mercado y a la vida local en el barrio, es destacable que estas redes operan muchas veces al margen de los requisitos de la economía formal, por medio de préstamos fuera del sistema bancario, con tratos laborales que no siempre se ajustan a las leyes locales.
A esto se suma su flexibilidad en la entrega de mercancías, construyendo lazos que muchas veces trascienden el intercambio puramente monetario. A partir de lo expuesto, es posible proponer que las prácticas de estos sujetos chinos ponen en alta tensión algunos supuestos que la teoría económica liberal considera inscritos universal y naturalmente en todos los seres humanos.
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Aspectos tratados no sólo por la antropología sustantivista, sino también por otras escuelas sociales de economía: por ejemplo, la concepción del trabajo más allá de la relación salarial y su pago no sólo mediante dinero, la existencia de redes económicas que operan omitiendo e incluso negando la impersonalidad del mercado, la legitimidad de la noción de préstamo con intereses, o la moderna concepción del contrato a plazo fijo.
- Con respecto a los propietarios los grandes centros comerciales, proponemos que esta elite potencia su posición dominante a partir de estrategias basadas en la “lógica del don”.
- En el barrio, los “grandes hombres” reproducen y acomodan lógicas de poder legitimadas en China, país donde ya son empresarios consolidados.
El caso analizado permite proponer dos de sus principales estrategias de posicionamiento: 1) la generación de deudas simbólicas y materiales en sus relaciones sociales, mediante las cuales ratifican su superioridad y establecen una cadena de reciprocidades difícil de evadir, que obliga a su continuidad, tanto en sus aspectos solidarios como de sumisión.
Y 2) la competencia por el reconocimiento de las autoridades oficiales y no oficiales en Chile, por medio de pactos y acuerdos que legitiman el poder intraétnico. Lo anterior permite plantear la existencia de ensambles y divergencias entre las lógicas del prestigio agonístico/aristocrático y la lógica contemporánea occidental del reconocimiento democrático.
Obviamente la oposición entre cierto ethos social agonístico y cierto ethos democrático, igualitario, es demasiado simple. Aparentemente, el sistema agonístico se encuentra en los antípodas del derecho moderno, sin embargo, es asimismo evidente que su lógica opera a través de prácticas que generan respeto y equilibrio en su interior.
Por lo tanto, a modo de proyección de este trabajo, proponemos la existencia de profundos lazos comunicantes entre estas estructuras “primitivas” y el derecho moderno.8 El paso desde la triangulación “concreta” del mito y las familias, a la “abstracta” del Estado abarca un extenso desarrollo que requiere una mayor investigación en torno a las legitimidades que en ese sentido se observan en los chinos de Chile.
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¿Quién es el dueño de Plaza Norte y Mall del Sur?
Plaza Norte | |
---|---|
Propietario | Corporación EW |
Tiendas y servicios | 400 aprox. |
Superficie total | 200.000 m² de superficie total |
N.º de plantas | 4 |
¿Cuál es el centro comercial más grande del mundo?
Con más de 1.200 tiendas, 120 restaurantes y cafeterías, un gigantesco acuario con 30.000 peces, y una pista olímpica de patinaje sobre hielo, el Dubai Mall es una atracción espectacular.
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¿Cuál es el mall más exclusivo de Chile?
Promete moda, diseño, lujo y por sobre todo, ser el centro comercial más exclusivo del país. Se trata del mall Casacostanera, que será inaugurado este viernes 23 de octubre en la comuna de Vitacura. Cuenta con 15 mil metros cuadrados y casi 100 marcas, muchas de las cuales, aterrizan por primera vez en el país.
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¿Cuántos mall chinos hay en Chile?
Introducción En el marco de las “nuevas migraciones” chinas, como se suele nombrar las originadas tras la “Reforma y Apertura” (改革开放- Găigé kāifàng ) iniciada en 1978 por Deng Xiaoping ( Nyiri 2005 ; MaMung 2000 ; Trolliet 2000 ; Pieke et al., 2004 ), especial preponderancia han tomado los llamados “consorcios familiares”, que por lo general corresponden a PYMES (pequeñas y medianas empresas) con extensiones transnacionales (Wu et al, 2019).
Estos nuevos chinos de ultramar (华侨, huaqiao, overseas ) se caracterizan por una alta flexibilidad en los mercados que abordan, tanto por su capacidad para adaptar mercancías siguiendo la especificidad de la demanda en variadas partes del mundo, como también por sus formas comerciales, con mecanismos flexibles de préstamos y pagos, o por la inclusión de criterios de parentesco y amistad en las transacciones comerciales, que generalmente sobrepasan el cálculo económico ( Simpfendorfer 2011 ; Wu et al 2016).
Como ya se ha registrado, en Chile la mayoría de sus mercancías ingresa por los puertos de Arica y la Zona Franca de Iquique (ZOFRI), donde comienzan un tránsito hacia Bolivia, Paraguay y luego el sur de Brasil ( Tassi et al, 2012 ; Garcés, Moraga y Maureira, 2016 ; Müller, 2017; López-Guerrero 2018, Pinheiro-Machado, 2008 ; Pinheiro Machado 2018; Moraga e Invernón 2019).
Pero un fenómeno de similar potencia se observa en Santiago, en especial en el barrio Unión Latinoamericana, foco comercial en acelerada expansión, hegemonizado por comerciantes chinos que canalizan el flujo de mercancías de los puertos de San Antonio y Valparaíso. En los últimos 10 años, en el barrio se han instalado 27 centros comerciales, llamados popularmente “malls chinos”.
De ellos, solo siete existían antes de la pandemia de Covid-19 (ver Figura 1 y Figura 2 ). ¿Cómo se explica tan relevante expansión?, en especial al constatar las cifras económicas del país en general, o la experiencia de otros grupos inmigrantes de Asia del Este, como el de Corea, por ejemplo, que vivió un masivo cierre de sus comercios en Santiago de Chile ( Véliz, 2022 ) 1,
En el caso chino, este nodo de distribución no sólo se ha expandido, sino que ha transformado el tipo de comercio, las relaciones sociales y laborales y la espacialidad pública del sector ( Chan 2018 ; Ramírez y Chan 2018 ; Chan, Ramírez y Stefoni 2019). Corroborando la centralidad china, la Municipalidad de Santiago mantiene un proyecto para crear allí el primer barrio chino de Chile.2 Para intentar responder la pregunta e indagar en el fenómeno, conviene hacer un breve recuento del contexto.
En primer lugar, es necesario considerar las diferencias que marcan entre sí los propios chinos del barrio. Los primeros de la RPC llegaron de la provincia de Jiangsu, especializados hasta la actualidad en tiendas de ropa para camas (edredones, fundas, sábanas).
- Hoy no representan más del 10%.
- También habita una población menor de la provincia de Fujian, que los dirigentes chinos estiman en un 20%, dedicada en su mayoría a los salones de máquinas tragamonedas.
- Y, por cierto, guangdoneses, los históricos en Chile (Chou 1996, Moraga 2018, Galaz-Mandakovic y Moraga 2021 ), que acá son numéricamente menos que los de Fujian.
Mantienen algunos restaurantes, tiendas de ornamentos para el hogar y ferreterías, esta última línea manejada por un pequeño grupo, paisanos de la ciudad de Kaiping. El cambio más relevante ocurrió en torno al 2010, cuando comenzaron a llegar con notoriedad los nativos de Zhejiang, quienes hoy representan más del 70% del mundo chino en el sector, según las opiniones de sus líderes y también se constata en terreno.
- Poco a poco lograron la hegemonía no solo comercial, sino reconocimiento político, y con ello, incidencia decisional en el territorio.
- Este reconocimiento desembocó en acuerdos con instituciones del Estado chileno y con líderes y agrupaciones no oficiales, informales, incluso estigmatizadas como delictuales.
Por nombrar ejemplos, la Fundación Pro-Chile, aparato estatal enfocado en el comercio exterior, designó a Zhejiang como socio relevante para el empresariado chileno. Varios municipios chilenos con presencia zhejianesa han firmado acuerdos de “hermandad y cooperación” con ciudades de esa provincia china.
- Tanto o más relevantes son los acuerdos con actores no oficiales, pues han permitido la convivencia y el establecimiento de un orden “desde abajo” con vecinos del sector.
- El barrio tiene una alta actividad delictual, con bandas organizadas de distinto tipo.
- Algunos son rateros que operan entre el tumulto o se dedican al robo menor en locales establecidos.
Los más organizados controlan el espacio público de algunas calles y cobran por el derecho a instalar un puesto de venta a los vendedores informales. Los chinos, aparte de los grupos de WeChat que convocan para la autodefensa en casos críticos (como en el levantamiento social de octubre de 2019 en Chile, durante el cual ocurrieron saqueos en tiendas del sector), crearon una guardia privada, pagada con aportes de la misma comunidad, con la anuencia municipal, compuesta por un grupo de vigilantes vestidos con uniformes negros, cámaras de grabación sobre sus cascos, walkie-talkies y bastones eléctricos.
El punto es que esta policía privada, controlada por zhejianeses, funciona dentro de límites territoriales acordados con otros grupos que controlan el barrio. La “jurisprudencia” china, por ejemplo, funciona solo desde la calle Salvador Sanfuentes hacia el sur (Ver Figura 3 ). Las calles situadas hacia el norte, incluyendo la Alameda (principal avenida del centro de Santiago), son controladas por agrupaciones informales que “protegen” la venta callejera, a quienes la prensa local ha denunciado como “mafias”.3 La llegada de los zhejianeses se relaciona con la crisis económica que golpeó España a fines de los años 2000.
En ese país vivían casi 200 mil chinos, el 90% de Zhejiang ( Beltrán 2003, Moraga 2010 ). Su elite, propietarios de pequeñas y medianas empresas en China, comenzó entonces a mirar con mejores ojos hacia Sudamérica, donde algunos decidieron expandirse.
En este caso a Chile, país que ofrecía un tratado de Libre Comercio vigente hasta la actualidad, que permite el ingreso sin impuestos de un sinnúmero de mercancías y servicios. A esa coyuntura se suma el mandato social de un imaginario, en parte alimentado por el discurso oficial en China, que impregna Zhejiang con una tradición migratoria -que en realidad toma fuerza cuantitativamente sólo desde los años 1980, cuando se constatan los primeros qioaxiang ( 侨乡, pueblos con alta migración) ( Beltrán 2003 )- y una disposición al empresariado familiar que se ancló con facilidad a la política de permisos laborales de las reformas en China.
Cabe recordar que esta provincia fue una de las primeras con autorización para crear pequeñas empresas familiares privadas ( getihu 个体户). Esta dinámica empresarial, que algunos entusiastas del capitalismo han observado en toda China con una profundidad de al menos mil años ( Gates, 1996 ), respondería en este caso a un habitus propio de Zhejiang.
- Un ethos con fundamentos en la “teoría pragmatista” (事功学, Shìgōng xuéshuō ) de la Dinastía Song del Sur (1127-1279), que a partir de la escuela Yongjia (antiguo nombre de Wenzhou) propugnaba un gobierno con una de sus bases en el comercio ( Cai 1999, pp.28-31).
- Contexto no menor, que traspasa a sus huaqiao, quienes en los últimos 40 años dejaron de ser los despreciados del discurso oficial, para convertirse en ejemplos de patriotismo ( Hsu, 2007 ).
En ese mismo período, los zhejianeses han consolidado redes de pequeños y medianos comerciantes con reconocido peso simbólico y económico en el mundo ( Luo 1997 ; Beltrán 2003; Moraga 2010 ; Moraga, 2012; Lin, 2006 ; Lin 2010; Lin 2011; Wu et al 2016 ).
- Hoy controlan o gravitan en los mercados mundiales de innumerables productos, desde encendedores y botones, hasta zapatos o variadas prendas de vestir, artefactos sanitarios, griferías y maquinarias agrícolas, por nombrar algunos.
- Si en la actualidad en China más del 90% de las empresas privadas son pequeñas empresas familiares, en Zhejiang sube casi al 100% (Lin 2006; Lin 2010; Lin 2011; Wang 2016 ).
Se trata de familias que operan generalmente fuera de los sistemas de préstamos bancarios, al margen de las relaciones contractuales y del igualitarismo de la ley universal. En Chile destacan las del departamento de Lishui, y dentro de éste, del cantón de Qingtian.
Sus tránsitos migratorios apuntan en primer lugar a Europa, como hemos señalado, e incluyen redes parentales en sitios tan distantes como Dubai, Belgrado, Moscú, o un mosaico de países africanos y del Medio Oriente. En sus manos está la administración y control de los circuitos de proveedores de la mayoría de los malls del barrio que hoy nos ocupa.
Se ha escrito bastante sobre las formas en que la movilidad espacial, el proceso migratorio y las redes comerciales se mueven a través de las fronteras transnacionales, como lo hace casi toda la producción enmarcada en el transnacionalismo migrante ( Portes, Guarnizo y Landolt 2003 ; Glick-Schiller et al 1999, entre otros).
Sin embargo, se sabe muy poco de las legitimidades culturales y estructurales que este impulso vive en origen y menos de sus espacios de negociación y las tensiones en las sociedades de llegada. En el contexto descrito resulta pertinente preguntarse en torno a las lógicas que explican la inserción, instalación y expansión de estos malls chinos ¿En qué consisten sus prácticas, cómo ensamblan, se acomodan o se ven obstaculizadas en los espacios locales chilenos? ¿cómo dialogan con las estructuras sociales en la sociedad de llegada? Objetivados por esta mirada, hemos realizado observación etnográfica y entrevistas en el barrio entre marzo de 2017 y marzo de 2022.
Para este texto, específicamente, procesamos 19 entrevistas en profundidad a dueños, administradores, locatarios, abogados y trabajadores de malls chinos, así como a algunos dirigentes de esta nacionalidad con presencia en el sector. El barrio Unión Latinoamericana El barrio Unión Latinoamericana es un sector comercial popular ubicado a un costado de la Estación Central de trenes, y a pocas cuadras de los terminales de buses interurbanos, principales puntos de contacto del sur del país con la capital.
Desde fines del siglo XIX constituye uno de los principales sitios de ingreso de migración interna hacia la urbe y a la vez, un centro proveedor de mercancías para pequeños y medianos comerciantes que distribuyen hacia regiones. En ese barrio, que en un origen fue sólo la calle Meiggs y que luego se ha expandido por el Este hasta la Av.
España y hacia el Sur hasta calle Gay, se encuentran casi todos los malls chinos de la ciudad. Allí se comercializaban, entre los años 20 y 60 artículos de bazar, juguetes, paquetería, ropa y comida. Fue en los años 70 y 80 que en la calle Meiggs surgió el comercio de útiles escolares y artículos estacionales como adornos de Navidad o Fiestas Patrias, situación que se mantiene hasta el día de hoy, con aumento sostenido del número de locales y centros comerciales chinos.
- Para Navidad, por ejemplo, se calcula que unas 150 mil personas llegan diariamente a hacer sus compras al barrio, que en la actualidad concentra más de 3.000 patentes comerciales, de las cuales los chinos mantienen más de 440 en el cuadrante descrito 4 ( Figura 3 ).
- En América Latina los malls son reconocidos como un espacio social de consumo, enunciados por algunos como las “nuevas plazas públicas” (Salcedo y De Simone, 2012,12), “simulacros de espacios públicos” y “paraíso generalizado del consumo” ( Moulian, 1987, p.57).
Han sido resignificados una y otra vez por defensores del modelo neoliberal en el continente y duramente criticados por las ciencias sociales latinoamericanas de izquierdas que hacen énfasis en el impacto negativo que tienen en las sociedades civiles en el marco de la modernidad capitalista y liberal de consumo (Moulian, 1987).
La aparición de los malls en Chile data de la década del 80, constituyendo un modelo exitoso de negocios que ha logrado extender sus capitales a países vecinos ( De Simone, 2012 ). Entre los primeros shopping center o proto-mall se cuentan los llamados Caracoles y Patios Comerciales que tuvieron como característica fundamental la conectividad peatonal con su entorno en zonas de alta concentración urbana o de futuras urbanizaciones ( Salcedo y De Simone, 2012, p.4).
Generaron un modelo que luego se extendió a toda la ciudad y a regiones. Le siguieron los actuales malls urbanos que se expandieron por toda la ciudad a partir de comienzos de los 90, y en la actualidad albergan millonarias ventas del retail. En sus espacios se encuentran grandes cadenas de supermercados, megatiendas de materiales de construcción, decoración y deportes, las principales marcas internacionales de vestuario y tecnología, aparte de filiales de alimentos chatarra y cines, entre otras ofertas.
Configuran grandes centros de consumo, encuentro y recreación de la cotidianidad urbana. Sin embargo, el barrio de los malls chinos no es un sector acomodado, ni apto para la recreación, ni para ir de paseo. Al contrario, es una zona históricamente habitada por segmentos populares de la población chilena.
Es un sector con altos índices de delincuencia, que durante las noches, con el comercio puntualmente cerrado a partir de las 20 horas, se transforma en un descampado, pues pocos peatones se atreven a transitar, con escasas viviendas residenciales. Sin embargo, la escena durante el día es de gran movilidad humana y de mercancías: innumerables clientes atestan las calles, en un constante ir y venir, entremezclados con los trabajadores del sector, principalmente chinos y haitianos que empujan carretillas y montacargas con cajas, bolsas o innumerables paquetes, en labores de carga y descarga o bien llevando mercancías desde las bodegas a las tiendas.
También es posible apreciar un gran número de motos eléctricas, muchas veces sin placas de inscripción, también atestadas de bultos, conducidas por mujeres y hombres jóvenes de origen chino, que se abren paso a gritos entre la muchedumbre de vendedores ambulantes que atestan las calles Abate de Molina, Salvador Sanfuentes, Unión Latinoamericana y Sazie, entre otras.
En determinadas calles del barrio, un mismo espacio durante el día puede tener diferentes funciones según la hora, y se van generando patrones y tipos de actividades, en un contexto que a ratos se torna agresivo. Allí se cruzan intereses de diferentes grupos sociales, intensiones, desesperos, economías informales, prácticas de sobrevivencias consolidadas, mercados en expansión, demandas de diferente tipo y una movilidad de cosas y personas que reitera una y otra vez la rápida mutación del barrio.
- El plano regulador de Santiago, en los 80, permitió establecer bodegaje sin ninguna restricción.
- Las mercaderías comenzaron entonces a llegar rápidamente a las tiendas, por lo que podían vender más barato, al evitar el costo del desplazamiento de la carga hacia otras zonas de la ciudad.
- El sector de Unión Latinoamericana se convirtió en el foco de interés para el empresariado chino que comenzó a instalarse con la fórmula de vender sus productos sin intermediarios.
El slogan más común era: “Directo de la fábrica al consumidor”, que aún se lee en algunos de sus frontis, ofreciendo mercancías a muy bajo costo en comparación con quienes dependían de intermediarios.5 La descarga de las mercancías también sirve como ejemplo de las negociaciones con los actores locales.
- La ley permite esta actividad sólo hasta cierta hora de la mañana, tras la cual los camiones debieran dejar libres las calles.
- Sin embargo, existe el acuerdo tácito de no penalizar al infractor si éste “invita a un café” al policía que lo sorprende, “café” que eufemísticamente nombra al pago de $10.000 pesos (poco más de U$10 dólares), según comentan los chinos.
Como se ha consignado en más de una ocasión en torno a los mundos chinos, el “acuerdo particularista” prima sobre el “espíritu de la ley”, y no causa mayores resquemores entre los paisanos ( Castellucci, 2007 ; Moraga e Invernón, 2019 ). Disposición social que convive con el interés genuino de sus líderes, empeñados en divulgar las leyes chilenas y estimular su cumplimiento.
- En ese aspecto, a los comerciantes chinos les cuesta comprender la lógica de algunas normativas comerciales, tributarias, de edificación, de formación de sociedades o contractuales chilenas.
- Un ejemplo de ello es la emisión de boletas para el pago de impuestos, que no existe en China.
- Por ello reciben asesoría legal con las entidades fiscalizadoras, como la Superintendencia de Electricidad y Combustibles, el Servicio de Impuestos Internos, o el Departamento de Migraciones, en reuniones organizadas por sus asociaciones.
El rol de los líderes es clave, pues implica el desarrollo de contactos e inserción en estructuras oficiales nativas, un capital social indispensable que redunda necesariamente en su propio reconocimiento interno. Los malls chinos y los “grandes hombres” Los malls chinos surgieron a partir de 2010.
Los primeros en el sector fueron: Universo Chino, Asia Pacífico, Galería Dragón de Oro, Portal Exposición, Mall Asociación Gremial de Empresarios Chinos (Parma) y Centro Comercial Zhejiang ( Figura 1 ). Luego de esa fecha, durante la pandemia de Covid-19, estos primeros Centros Comerciales se multiplicaron, de tal manera que en la actualidad suman 27 ( Figura 2 ).
Estos compiten el espacio con empresarios chilenos y de otras nacionalidades en el ámbito de lo formal, y en el informal con vendedores callejeros de mercancías, en especial zapatillas también de origen chino, vendidas por migrantes negros haitianos que se instalan en las calles aledañas a los frontis de sus negocios, en un permanente huir de la policía. Fuente: elaboración propia. Créditos: Tomás Zamora y Carola Pulgar. Figura 1 Centros comerciales chinos en 2018. Fuente: elaboración propia. Créditos: Tomás Zamora y Carola Pulgar. Figura 2 Malls y Centros Comerciales chinos en 2022. Fuente: elaboración propia. Créditos: Tomás Zamora y Carola Pulgar. Figura 3 Distribución de Espacios Comerciales Chinos 2022. El mall Universo Chino, ubicado en la calle Alameda Nº 2939, fue uno de los cuatro primeros en instalarse, con una inauguración de gran revuelo, cobertura de prensa y televisión, y con la participación de los funcionarios municipales junto a los dueños del mall.
Sus locatarios fueron recibidos en los primeros meses de trabajo con difusión de sus productos a través de un circuito cerrado de televisión ( Moraga, 2018, p.139). Muy cerca de allí, en la esquina de Alameda con calle Maipú se encuentra el mall Asia Pacífico, que inició actividades en 2017. El edificio, refaccionado en función de ofrecer una máxima comodidad a locatarios y clientes, con negocios orientados principalmente a las ventas al por mayor.
Su diseño incluye un gran sótano, dos pisos de locales para la venta y estacionamiento de varios pisos al costado del edificio (por calle Maipú). También contempló en su origen un patio de comida y se planificó un hotel de varios pisos. “El dueño de este mall es de Anhui, con familia de la RPC que desde Taiwán emigró a Chile hace más de 30 años.
- Su familia es dueña de la cadena de tiendas Fashion Park” (entrevista a dirigente chino).
- Él específicamente comenzó sus trabajos en Chile como bodeguero en los negocios de su familia taiwanesa, ahorró, mejoró y tuvo su fábrica de textiles en Chile y su empresa de importaciones, para luego incursionar en este negocio inmobiliario.
Por el frente de ambos malls, en la acera sur de la Alameda, casi a una cuadra de distancia se encuentra la Galería Dragón de Oro, considerada por la clientela chilena como el paraíso de las ventas de zapatos al detalle y al por mayor. Una gran cantidad de empresarios chilenos del rubro, con locales en comunas más pudientes, se surten allí de mercancías, para luego triplicar los precios al revenderlas en tiendas de comunas más pudientes, como Providencia, Las Condes y Vitacura.
El mall Portal Exposición funciona desde el año 2010 y se ubica en la calle Garland 89, en la esquina con Salvador Sanfuentes, a pocos metros de la Estación Central y de una estación de Metro. Cuenta con más de 110 locales que venden textiles, accesorios, tecnología y ofrecen una gran diversidad de servicios.
Es reconocido por las carteras y complementos chinos, los productos de belleza y los zapatos, con diferentes niveles de calidad y precios. En Sazie y Conferencia se encuentra el Centro Comercial Zhejiang, inaugurado el 2015. Su fundador es un empresario de Qingtian, Zou Jianbing, quien también preside desde 2013 la Cámara Comercial de Zhejiang.
- Es uno de los “grandes hombres” del barrio, quien ha logrado acumular un importante capital económico y simbólico, es una persona con mucho “peso” y “cara” (面, mianzi ) 6,
- Como tal, mantiene relaciones con importantes autoridades tanto en China como en Chile.
- Ha sido uno de los organizadores de la “ExpoVino” en Qingtian, evento que reúne cada año a más de 750 compañías de vinos de todo el mundo, al cual invitó con todos los gastos pagados a los alcaldes de Talca y Curicó, entre otras autoridades, aparte de movilizar su guanxi (关系, relaciones) para lograr la asistencia del embajador y los cónsules de Chile en China.
Sus donaciones son, sin duda, casi incontestables por la magnitud del gasto, resaltando su superioridad entre los paisanos. Es uno de esos “hombres que son como dioses” ( Godelier, 1996 ). Como tal, sus aportes durante la pandemia de Covid-19 en Chile han sido significativos: en 2020, por ejemplo, donó 1.400.000 yuanes (más de U$200.000 dólares), en recursos distribuidos por la embajada China en Chile, lo cual refirma el nivel de sus contactos.
Su nombre es de peso, tanto así que ha sido entrevistado como empresario ejemplar en la oficial “Revista Comerciantes de Zhejiang”, publicada luego en el China Daily. Como benefactor, en su casa suele recibir a zhejianeses recién llegados a Chile, en tal cantidad que debe hacer “varias rondas de preparación de comida al día”, según expresa en ese medio.
En su casa duermen paisanos en literas e incluso en el suelo. Sólo su despacho se mantiene sin gente, según explica con orgullo. Su mall en Santiago lo administra el tercer hermano, que antes intentó negocios en Italia, España y Portugal. El Sr. Zou y su familia mantiene una inmobiliaria y negocios de vestuarios en Europa, con ramas en Serbia y en el Medio Oriente.
Actualmente su nombre cobró fama en China pues planifica construir un centro internacional de comercio de más de 20 hectáreas en la ciudad de Aral, la llamada “Perla del sur de Xingjiang”. Repitiendo un patrón cultural reconocido, una vez que un chino traspasa cierto umbral de riqueza, comienza a ostentarla, en un derroche agonístico ( Moraga 2010 ; Mauss, 2008 ) que incluye la afición por difundir el arte y la cultura, por lo general en sus versiones oficiales.
Entre otros eventos, el Sr. Zou organizó el 2012 la visita de un grupo folclórico de Chile a la ciudad de Lishui (Zhejiang). Otro centro comercial destacado es el Mall Parma, en la esquina de San Alfonso con Grajales. Abrió sus puertas el 2010 y es administrado por otro “gran hombre”, Xu Yiping (Luis Xu), un profesional del diseño, oriundo de una aldea del condado de Qingtian, cuya familia en China se dedica a la producción y comercialización de textiles.
Los locatarios de este mall en su mayoría forman parte de las redes familiares y amigos del Sr. Xu, quien, en continuidad con las pautas que entregan posición social entre los chinos, también formó su propia agrupación: la Asociación Gremial de Cultura y Comercio de China en Chile, que reúne a la comunidad de Qingtian- Lishui.
Sus donaciones a la comunidad chilena por la Pandemia de Covid-19 han sido divulgadas ampliamente por los medios nacionales. Aparte de las ayudas a sus paisanos, a quienes entrega gratuitamente medicamentos chinos para compartir el Covid, suele oficiar como “juez” en la resolución de conflictos en la comunidad.
Su proyecto emblemático ha sido la construcción de un Barrio Chino en una calle del sector, que incluye la instalación de pórticos chinos y jardines. Durante años ha realizado lobby ante la Municipalidad de Santiago, lo cual ha incluido invitaciones pagadas a China a casi todos los concejales, el alcalde y otras autoridades del poder edilicio.
Entre otras muestras de su reconocimiento “político”, logró el nombramiento oficial como “Ciudades hermanas” entre Lishui y Santiago. En ambos casos destaca la necesidad del gasto excedentario de estos “grandes hombres” y el rol de la triangulación de un tercero en la conformación de las legitimidades internas.
- La representación ante la comunidad china se legitima por el reconocimiento de las autoridades locales chilenas y también por los vínculos con funcionarios poderosos en China, lo cual ratifica y da solidez a su posición intracomunitaria.
- Otro mall destacable, si bien no se encuentra en el barrio, es el Mall Chino de la calle San Diego, el cual es necesario mencionar pues fue el primero de su tipo en la comuna de Santiago, ubicado en la esquina con Alonso de Ovalle.
Surgió por acuerdos con funcionarios de la Municipalidad de Santiago, en un edificio que en un primer momento había sido cedido a artesanos lisiados. En sus comienzos eran solo familias de Qingtian, representantes directos de sus fábricas en China. En la actualidad se mantiene con una administración china y otra chilena en paralelo, lo cual ha permitido disminuir el número de conflictos entre diferentes tipos de locatarios (chinos y latinoamericanos) y sus trabajadores, en especial derivados de interpretaciones divergentes de las leyes laborales.
- En su interior funciona la Asociación de Comerciantes de Qingtian, que también alimenta vínculos políticos basados en la generación de deudas y regalos con funcionarios de la Municipalidad de Santiago y otras autoridades chilenas, especialmente por medio de invitaciones a China.
- Empresa familiar, bancos y aduanas En el caso del modelo comercial chino se combinan varias condiciones que aseguran el éxito, hasta el momento, en Chile.
En primer lugar, las ventas al por mayor (con la mejor oferta de precios bajos por unidad de mercancía) condición que los diferencia del retail chileno. Los productos llegan a sus sitios de venta por la vía de importadores chinos, quienes distribuyen por lo general a otros locales y a vendedores de ferias, que compran grandes cantidades.
- El importador Hao Han Su, por ejemplo, según relata un agente de aduanas, “es uno de los principales importadores de jarrones de porcelana y de loza china y el distribuye a diversos locales y a los feriantes.
- Los de la feria hacen su agosto con los chinos.
- Los principales compradores de muchos productos chinos son los feriantes”.
En los acuerdos con los clientes, un empleado de tienda confirma la flexibilidad de los chinos cuando se ha cultivado la confianza, espacio en el que opera el trato de palabra y no el contrato ni la inmediatez de la transacción monetaria: “ellos siguen vendiendo y anotando sus cosas en un cuaderno.
- Te venden a ti, tú eres su cliente y ellos ven, confían en ti.
- Y en un cuaderno van llevando, te van llevando una especie de cuenta corriente.
- El día que tú decides no pagarles, él dice oye, pero porqué no me vienes a pagar.
- No me ha venido a pagar”.
- Otros factores que inciden en su éxito, aparte de evitar intermediarios, se relaciona con su inserción en circuitos de producción familiar, en los cuales priman los acuerdos comerciales al margen del sistema bancario.
Así lo explica uno de los entrevistados: “China le vendía a un intermediario, y ese le vendía a otro u otros intermediarios y/o con la intervención de un banco, y en seguida eso llegaba a Chile. Esas intermediaciones suponían un gran aumento de costos, encarecían un producto muchas veces 30 o 40 por ciento.
- Finalmente nosotros (en Chile) recibíamos un producto que, fruto de esta intermediación llegaba a un valor mucho más alto que el que tenían en China.
- Al intermediar bancos, al intermediar otras personas el pago que se le hacía al productor en China se tardaba 90, 120 días, 150 días.
- El cambio significó que en lugar de que yo le venda a un intermediario y este a su vez le venda, le revenda a otro y que llegue al consumidor final a un costo mucho más alto.
Mejor hagamos lo siguiente: Yo en mi familia produzco los bienes. En mi familia tengo una empresa de carácter familiar en que produzco prendas de vestir. Y en lugar de yo venderle a alguien prefiero que alguien de mi familia se vaya y se instale en el mercado final.
- Yo así me salto toda la cadena de intermediarios para llegar a ese consumidor final”.
- Entrevista al abogado del Mall Parma) Por otro lado, se observan también cambios en las maneras de ejercer algunos roles en los malls.
- Por ejemplo los administradores ahora no son exclusivamente chinos, como en los inicios.
Hay en la actualidad chilenos, como es el caso, entre otros, del Mall Ni Hao. Esta situación ha mejorado la eficiencia de los malls, al contar con expertos nativos que asesoran sobre las formas de operar en Chile. Generalmente los comerciantes más grandes reinvierten y forman sociedades inmobiliarias.
Un ejemplo de ello es el edificio y centro comercial que administra Inmobiliaria Parma. Como señalamos, gran parte de los tenderos son amigos o familiares del administrador. Desde allí algunos se han expandido a otras ciudades de Chile y han ido dejando a un amigo o a otro familiar en el local principal.
“Ellos se han ido a otras ciudades. Claro, esos que llegan acá se han ido. Van llegando de China y se han ido haciendo cargo ellos de los negocios ahora”. (Entrevista a achino dministrador de mall). La verdadera explosión de nuevos Centros Comerciales se explica en gran medida por estas razones y por la concentración de capital que han logrado paisanos de Zhejiang con redes transnacionales consolidadas, específicamente las de Qingtian, Lishui y más recientemente de Yiwu, un reconocido centro de venta de mercancías especializado en clientes de países no desarrollados, en gran número africanos, del Medio Oriente o Europa del Este.
- Estas nuevas construcciones, que en algunos casos han demolido manzanas completas para instalar sus negocios, por lo general llevan simplemente por nombre “Mall Chino” o “Nuevo Mall Chino”, y solo algunos tienen nombres de fantasía.
- Entre los más importantes destacan Ni Hao Market, HiperAsia, Yiding, Munditel, Lihua Ltda., Mi Buen Amigo Merkasia, entre otros.
El éxito en su expansión se debe entonces, en resumen, a dos factores. Por una parte, la efectividad de sus cadenas de apoyo intraétnicas, por lo general familiares, y por otra, a sus relaciones con redes nativas, oficiales y no oficiales. “A medida que ellos generan más riqueza, la pirámide que se construye de carácter familiar tiene posibilidades de seguir creciendo, de seguir incrementándose.
- Es la familia en definitiva la que crece”, explica un informante que trabaja asesorando a empresarios chinos.
- Y agrega: “Desde ese punto de vista, no hay una interés de evasión tributaria ni de eludir el pago de impuestos.
- Por falsear datos, sino que lo que hay es una realidad comercial o un modelo de negocios que es distinto al modelo de negocios tradicional en Chile No es que se vea la empresa como la unidad económica.
La unidad económica es la familia. Entonces lo que se fomenta es el desarrollo de la economía familiar”. En este escenario el empresario chino despliega su negocio. Recibe productos de su familia, desde China, y los pone a la venta, generalmente al por mayor.
- Según añade el abogado de un mall: “La utilidad de ese negocio queda acá en Chile.
- Y a China se devuelve el costo de producción, que es menor.
- Eso es lo que se devuelve y se devuelve una vez o dos veces al año.
- Sin interés financiero.
- Sin costos de intermediación.
- Porque en definitiva son los costos, los costos ya están asumidos en China.
Es lo que a la familia le costó producir esto, que es un valor mucho más bajo. La producción familiar y el fácil acceso a materias primas permitiría producir a bajo costo porque falta toda la cadena de intermediación que encarecía el costo del producto y que hoy día, vendido directamente, significa una economía en términos de costos mucho mayor y eso es lo que cuesta mucho al sistema de fiscalización en Chile comprender.
En estas condiciones Aduanas frecuentemente plantea que existe subvaloración. Ese es el concepto que se usa. Pero acá no hay intervención del Estado en la producción de los bienes y servicios de China. En ese escenario es donde se plantea el cuestionamiento en Aduanas, los precios. Y es ahí donde me toca intervenir a mí.
Yo demuestro que eso es lo que pagué. Lo que me cobraron es lo que pagué. Con eso se satisface la exigencia de transparencia en el mercado. Aduanas te pide, a ver, pero demuéstreme usted dónde está la carta de crédito que usted abrió para su compra No, es que yo no, no uso banco.
- Pero ¿Cómo no va a usar banco? No.
- Si no uso banco.
- Pero ¿Cómo? Y ¿Dónde? ¿Cómo pagó? No, es que nosotros, mi cliente paga una o dos veces al año.
- El junta dinero y una vez al año, o 2 veces al año va, viaja a China o hace una transferencia a través de una casa de cambios, hace una transferencia y manda el dinero a China.
Llevan la cuenta allá: Mira, tanto te mandé. Tienes que mandarme tanto. Y eso es”. Sin embargo, un agente de aduanas da cuenta de otras prácticas de algunos importadores chinos, que hacen difícil de aplicar la ley chilena. Por ejemplo, “llenan contenedores con productos diversos que venden en los malls y declaran que es muy difícil definir lo que lleva el stock de los productos.
Traen por ejemplo toda esta bisutería, todas las chucherías que traen, pulseras, relojes, anillos, gargantillas y te meten, no sé, paraguas, quitasoles, cremas y una serie de cosas, y ellos dicen que no es fácil declararlo. Pero eso es mentira, si para eso basta con un simple software, basta un simple software de control de existencias y tú sabes perfectamente bien cuántas cremas estás metiendo adentro de un contenedor, cuántos perros de ropa estás metiendo, cuántas tazas plásticas, tazas de loza en fin, todo lo puedes detallar perfectamente bien, pero lo hacen como una manera de evadir el pago de los impuestos, porque lo declaran por valores ínfimos.
Una taza la declaran como que vale 50 centavos de dólar y después tú vas a comprar la taza y te vale 5 lucas (cinco mil pesos chilenos, equivalentes a poco más de 5 dólares), o sea, no hay parangón. Las camisas también, las camisas. Llega mucha ropa de China, mucha ropa, la camisa te la declaran eh, no sé po, vale 10 centavos de dólar una camisa de algodón y luego tú la vas a comprar a Falabella y te encuentras a 70 lucas.
- Entonces hay un margen diferencial impresionante, o sea el Estado Chileno está dejando de percibir una cantidad de impuesto por concepto de IVA, pero enorme, enorme”.
- Esta práctica se ha hecho común, pues como no hay personal para revisar todos los contenedores, algunos empresarios prefieren pagar la multa en caso de ser descubiertos.
“Ahora qué acontece, que la aduana a través del departamento de inteligencia, marca, marca al chino que hizo un fraude: esa es la empresa importadora tres palitos, entonces la próxima importación que haga se lo van a abrir, sí o sí, el conteiner”, explica el agente.
- La actividad comercial de los malls genera una gran necesidad de mano de obra, que emplea una cantidad importante de latinoamericanos, en su mayoría venezolanos, haitianos, cubanos, colombianos y ecuatorianos.
- En los tratos laborales, los patrones fijan salarios mínimos según las funciones requeridas, por medio de acuerdos de palabra que en paralelo contemplan contratos no siempre fieles a la realidad del servicio prestado.
En general, sobresalen los acuerdos particulares entre locatarios chinos y migrantes indocumentados, tomados eventualmente a prueba, con la promesa de ser contratados al vencer dicho periodo, lo cual permite la regularización de la permanencia en Chile: “Yo duré tres meses, trabajaba desde las once hasta las ocho por ser vendedora y por ser mujer me dijo que trabajara menos tiempo.
Me daba una hora de colación Mi situación era en el momento en que ya entré a trabajar con ella yo ya había pedido el asilo. Ella me preguntó que cuál era mi situación migratoria, yo le dije que yo había pedido asilo, refugio y que bueno me tocaba esperar que me llegaran los papeles porque ese es un proceso largo.
Y ella me dijo que bueno que mientras no me llegaran los papeles ella no podía hacerme contrato, porque sin RUT ella no podía hacer contrato. Y bueno yo le dije que estaba bien, que no había ningún problema. Y me dijo bueno al tener tus papeles yo te hago tu contrato.
Esos 3 meses que estuve allá estuve sin papeles porque no me habían salido” (Entrevista a trabajadora del Mall Asia Pacífico) En el caso particular de la entrevistada pudimos corroborar que en efecto se cumplieron los acuerdos establecidos. Al día de hoy se desempeña como responsable de una de las tiendas de su empleadora china, con contrato indefinido, debidamente firmado y con aumento de salario según el incremento de sus responsabilidades.
Este tipo de situaciones generalmente llegan a buen puerto y estarían abriendo la posibilidad de que ese trabajador sienta una deuda de gratitud inmensa hacia su jefe chino. Este vínculo genera un conflicto de lealtades para el trabajador cuando consigue un mejor empleo y opta por renunciar al mall.
- Se pudo constatar que algunos latinoamericanos sorteaban el escollo proponiendo a sus propios parientes, ya en travesía hacia Chile, o recién llegados, para que los sustituyeran en el local chino.
- Así intentan saldar la deuda de gratitud con el empleador, pues queda implícita la responsabilidad moral por las acciones de quien dejan en sus puestos de trabajo, proyectando el vínculo ya construido con el mundo chino.
Para el pago de los trabajadores, es común el anticipo de dinero, lo que en ocasiones genera conflictos, en especial con los empleados chilenos, que apelan a la legalidad local, desconociendo los acuerdos verbales: “Les van pasando dinero y van anotando en su cuadernito todos los dineros que le van pasando.
Trabajador: necesito 3 mil pesos. Ya.3 mil pesos, 5 mil pesos. Llega fin de mes: le dicen bueno. Tu sueldo era de 400 mil. Te descuento esto, te pago tanto. Y el trabajador le dice no, usted me tiene que pagar los 400, no pues si aquí está. Vamos a la Inspección del Trabajo. Ese cuadernito que tiene ahí no tiene ningún valor probatorio en la inspección del Trabajo” (Entrevista a trabajador latinoamericano).
En definitiva existen diferentes tipos de acuerdos para generar el empleo y cumplir con los pagos, en dependencia de si el trabajador es chino, chileno o latinoamericano, denotando predisposiciones y acuerdos particulares distintos según cada tipo de trabajadores.
Por otro lado para los dueños, administradores y locatarios de estos malls, es celosamente guardado el secreto comercial que les permite sobresalir y mantenerse activos en el mercado. La seguridad propia y ajena (de los usuarios o clientes de sus locales) es un tema crucial. Cada mall tiene contratado a tiempo completo a una misma empresa chilena de seguridad, que le da servicios al menos a cinco de estos recintos.
Entre sus trabajadores es común observar a jóvenes latinoamericanos, contratados con todos sus papeles en regla. Cada local a su vez tiene un botón de pánico en el mesón de la caja registradora, donde generalmente si el local es chino, siempre se encontrará a su dueño o su administrador chino a cargo de la manipulación del dinero.
La desconfianza de los locatarios chinos es tal que se respira en el ambiente cuando se va a comprar. Situación que obedece a los problemas de seguridad del sector, donde, como describimos, operan bandas especializadas de diferente tipo, desde el tráfico de drogas, “mecheros” 7 y asaltantes callejeros, hasta grupos que extorsionan exigiendo pago de dinero a cambio de protección.
Al respecto, como hemos señalado, ratificando la capacidad de los comerciantes chinos de establecer acuerdos no sólo con la policía y actores oficiales de variado tinte, algunos de sus líderes han logrado verdaderos pactos de convivencia en el espacio público con grupos informales, en ocasiones al margen de la ley, que ocupan estas calles.
Algunas propuestas y conclusiones Los malls chinos del sector de Unión Latinoamericana en Santiago de Chile constituyen el principal nodo de distribución de la cadena global de mercancías chinas en esa ciudad, articulando redes hacia la zona central del país. Sus dueños, administradores y locatarios tienen experiencia previa en el rubro empresarial, específicamente en el área comercial y forman parte de extensas redes de empresas familiares.
Por lo general comparten un origen común, Zhejiang, aunque también en menor media hay paisanos de otras provincias, como Jiangsu y Guangdong. Antes de llegar a Chile muchos han trabajado en Europa, en especial en España, con redes de parientes en sitios tan variados como el Este de Europa, Africa y el Medio Oriente.
En el texto destacamos algunas tensiones y acoples con estructuras socioculturales locales, describiendo las prácticas más comunes que explican su instalación, posicionamiento y expansión. Constatamos que el éxito de su expansión se debe, en resumen, a dos grandes factores. Por una parte, la efectividad de sus cadenas de apoyo intraétnicas, por lo general con fuerte anclaje en lealtades familiares, y por otra, a sus potentes relaciones con redes nativas, oficiales y no oficiales.
Junto a su capacidad de adaptación a las exigencias del mercado y a la vida local en el barrio, es destacable que estas redes operan muchas veces al margen de los requisitos de la economía formal, por medio de préstamos fuera del sistema bancario, con tratos laborales que no siempre se ajustan a las leyes locales.
A esto se suma su flexibilidad en la entrega de mercancías, construyendo lazos que muchas veces trascienden el intercambio puramente monetario. A partir de lo expuesto, es posible proponer que las prácticas de estos sujetos chinos ponen en alta tensión algunos supuestos que la teoría económica liberal considera inscritos universal y naturalmente en todos los seres humanos.
🇨🇱 SANTIAGO DE CHILE 2022 | 1RA PARTE | PRECIOS DE LOCURA😱😱😱 !!!!! MALLS
Aspectos tratados no sólo por la antropología sustantivista, sino también por otras escuelas sociales de economía: por ejemplo, la concepción del trabajo más allá de la relación salarial y su pago no sólo mediante dinero, la existencia de redes económicas que operan omitiendo e incluso negando la impersonalidad del mercado, la legitimidad de la noción de préstamo con intereses, o la moderna concepción del contrato a plazo fijo.
Con respecto a los propietarios los grandes centros comerciales, proponemos que esta elite potencia su posición dominante a partir de estrategias basadas en la “lógica del don”. En el barrio, los “grandes hombres” reproducen y acomodan lógicas de poder legitimadas en China, país donde ya son empresarios consolidados.
El caso analizado permite proponer dos de sus principales estrategias de posicionamiento: 1) la generación de deudas simbólicas y materiales en sus relaciones sociales, mediante las cuales ratifican su superioridad y establecen una cadena de reciprocidades difícil de evadir, que obliga a su continuidad, tanto en sus aspectos solidarios como de sumisión.
Y 2) la competencia por el reconocimiento de las autoridades oficiales y no oficiales en Chile, por medio de pactos y acuerdos que legitiman el poder intraétnico. Lo anterior permite plantear la existencia de ensambles y divergencias entre las lógicas del prestigio agonístico/aristocrático y la lógica contemporánea occidental del reconocimiento democrático.
Obviamente la oposición entre cierto ethos social agonístico y cierto ethos democrático, igualitario, es demasiado simple. Aparentemente, el sistema agonístico se encuentra en los antípodas del derecho moderno, sin embargo, es asimismo evidente que su lógica opera a través de prácticas que generan respeto y equilibrio en su interior.
Por lo tanto, a modo de proyección de este trabajo, proponemos la existencia de profundos lazos comunicantes entre estas estructuras “primitivas” y el derecho moderno.8 El paso desde la triangulación “concreta” del mito y las familias, a la “abstracta” del Estado abarca un extenso desarrollo que requiere una mayor investigación en torno a las legitimidades que en ese sentido se observan en los chinos de Chile.
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