¿Cómo debe ser un pastor según la Biblia? – El cargo de pastor no se logra de una manera sencilla, va mucho más allá que un deseo o capricho. A pesar de que en la actualidad se han visto múltiples pastores que no cumplen con los requerimientos de nuestro Señor, lo que trae resultados espantosos para los creyentes pues no se rigen bajo los mandamientos de las escrituras.
Es importante entender que Dios es quien escoge a las personas para ser pastor, no es cuestión de vocación únicamente. Puesto esto tiene un alto valor espiritual ya que es una responsabilidad que coloca el Señor sobre el escogido para que tenga la labor de guiar a un pueblo al camino del bien.
Dios es quien llama, capacita y provee al pastor. Posterior a ello le da la potestad a la iglesia de elegir y enviar a el pastor que se necesite. En la biblia se determina cómo debe ser un pastor, su carácter y capacidades que le permiten efectuar obras importantes con la finalidad de ayudar al hombre en nombre del señor.
Según Lucas 4:1, 24:29 y Hechos 1:8, 6:3, las obras que realizan los pastores son elementos relacionados a la espiritualidad. Esto se relaciona directamente a la espiritualidad del hombre. Todos los hechos que requiere efectuar un pastor, son motivados únicamente por el poder del Espíritu Santo.
Si fuera posible que una persona cumpliera con todos los requisitos bíblicos sin ser llenos del Espíritu Santo no podrá ser pastor, porque únicamente podrá ser pastor quien sea elegido por Dios y lleno por el Espíritu Santo. De lo contrario no puede tener éxito en sus obras. .
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¿Qué dice la Biblia como debe ser un pastor?
Quienes dirigen en esta Iglesia deben dar el ejemplo de una vida justa; deben buscar constantemente la guía del Espíritu Santo; deben mantener en orden tanto su vida como su hogar; deben ser honestos y pagar con prontitud todas sus deudas; deben ser un ejemplo en todas sus acciones y ser hombres de honor e integridad.
¿Cuáles son las características de un buen pastor?
- POR EL HNO. MARIOSVALDO FLORENTINO
- Capuchino
Con estas bellísimas palabras empieza el Evangelio de este domingo, también llamado: “Domingo del Buen Pastor”. La relación del hombre con Dios muchas veces en la Biblia es comparada a la relación de un pastor con sus ovejas. De hecho, en Israel todos conocían este trabajo y hablar del pastor para muchos era tocar recuerdos muy intensos de experiencias relacionadas con esta ocupación.
Cuando Jesús afirmaba: “Yo soy el Buen Pastor” todos entendían muy bien lo que significaba en la práctica lo que él estaba diciendo y ellos también recordaban que, en Ezequiel, Dios tenia regañado a los malos pastores y había prometido que un día, Él mismo sería el Pastor de Israel.
Por tanto, en Jesús, Dios quiere conducir todo el rebaño a las verdes praderas de su Reino. Algunas características de este Buen Pastor nos ayudan a conocer mejor el corazón de Dios: El Buen Pastor conoce sus ovejas, para él cada oveja es particular. La conoce en sus hábitos específicos.
- Tiene una atención especial para cada una;
- Cada oveja tiene una identidad propia, generalmente caracterizada por un nombre particular, lo que significa que, ella no es solo un número;
- No es que al final del día el Buen Pastor las cuenta y si falta una él sale a buscar una oveja cualquiera que se perdió;
Él mira su rebaño y se da cuenta de que falta justo “tal” oveja y sale a buscarla llamándola por su nombre, imaginando hacia donde se habrá ido porque la conoce muy bien, sabe sus gustos y sus tentaciones. El Buen Pastor no abandona sus ovejas ante el peligro, Él sabe que su misión es defenderlas y conducirlas con seguridad hasta a los prados y a las fuentes de agua.
Él es el primero en combatir el peligro. En todo lo posible Él no permite que las ovejas sean amenazadas. Delante del ladrón o del lobo, el buen pastor no se intimida más lo combate y lo ahuyenta, pues no acepta perder ni una de sus ovejas.
El buen pastor corre el riesgo, se coloca Él en peligro para proteger su redil. El Buen Pastor no es un mercenario, él no trabaja solo por intereses personales, solo para asegurar su sueldo. Quien así lo hace está mucho más preocupado consigo mismo y las ovejas son solamente un modo de ganarse la vida.
Por eso, el mercenario jamás se colocará en peligro, jamás hará un esfuerzo más allá del estrictamente necesario, pero, al contrario, siempre buscará su propia seguridad y su propio bien antes de todo.
El Buen Pastor da la vida por sus ovejas, esto significa que el buen pastor en el día a día se consume, se gasta por sus ovejas. Son las necesidades de las ovejas que dictan al pastor cómo organizar su vida. Sus horas de descanso, su tiempo de comer, la dirección donde andar y otros, son establecidos de acuerdo al bien de las ovejas, y no según los gustos y deseos del pastor.
O sea, en un cierto modo, el Buen Pastor es el servidor de las ovejas. Y él lo hace no por una obligación impuesta por otros, sino por una decisión personal, por realizar su vocación. En una palabra, el Buen Pastor ama a sus ovejas.
Todas estas características que nosotros reconocemos plenamente en Jesús Buen Pastor, la Iglesia desde el inicio las propone como las características auténticas de los obispos y de los que son llamados a cooperar con su ministerio, en el caso, los presbíteros.
- De hecho, este domingo es la fiesta del obispo, a quien somos invitados a reconocer como imagen viva de Cristo en nuestro medio, que gobierna, instruye y santifica todo el aprisco;
- Todavía, si de un lado reconocemos las características del Buen Pastor, debemos también por otro lado reconocer las características de las ovejas;
Las ovejas conocen su Pastor, son capaces de reconocer su voz. No seguirán a otro. Tienen plena confianza en la dirección indicada por el pastor. Delante del peligro corren en su dirección. Se protegen atrás de él. Las ovejas deben permanecer unidas al redil, pues solo así el pastor puede protegerlas del lobo o del ladrón.
Si las ovejas se esparcen, aunque que el pastor sea bueno no será capaz de atender a todas. No basta que tengamos un Buen Pastor para salvarnos, es necesario que seamos también una buena oveja. Muchas veces en nuestros días no nos gusta mucho este lenguaje de redil, de ovejas.
Nos suena como un desprecio a nuestra condición humana, a nuestra libertad, a nuestra inteligencia y capacidad de decisión. No queremos ser una masa. Seguramente este rechazo viene del hecho de que el mundo nunca estuvo tan masificado como ahora. Los medios de comunicación, están realmente haciendo de todo el mundo una sola cosa.
Es la moda, son las ideologías trasmitidas hasta de modo oculto, los modismos que están haciendo del mundo una masa uniforme. La propaganda despacito va hipnotizando a las personas, y éstas pensando que actúan libremente, hacen exactamente lo que la moda les manda.
La propuesta de Jesús Buen Pastor, no tiene nada de esto. Sí, es verdad que debemos estar unidos en el redil que es la Iglesia, es también verdad que él continúa teniendo una relación personal con cada uno de nosotros, conociéndonos por el nombre, valorizando todos nuestros dones particulares y llamándonos a una vida intensamente asumida en primera persona.
En el lenguaje de Jesús ser una de sus ovejas, significa tener la posibilidad de realizarnos personalmente en nuestra más auténtica vocación. El Señor te bendiga y te guarde, el Señor te haga brillar su rostro y tenga misericordia de ti.
El Señor vuelva su mirada cariñosa y te dé la paz. Para ayudarte en tu crecimiento espiritual me gustaría proponerte un pequeño ejercicio para toda esta semana. Que reces todos los días el salmo 23 (22), si es posible que lo memorices y después que los uses en tus oraciones personales, por ejemplo, cuando entres a una iglesia, o cuando hagas la comunión, o cuando te despiertes.
Salmo 23 (22): “El Señor es mi pastor: nada me falta; en verdes pastos él me hace reposar y a donde brota agua fresca me conduce, fortalece mi alma; me guía por el recto sendero por amor de su Nombre.
Aunque pase por quebradas oscuras, no temo ningún mal, porque tú estás conmigo: tu bastón y tu vara me confortan. Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis adversarios; con aceite perfumas mi cabeza y mi copa rebosa. Me acompañarán tu bondad y tu favor durante toda mi vida; mi mansión será la casa del Señor por largo, largo tiempo”..
¿Qué se necesita para ser pastor de una iglesia evangélica?
¿Cómo debe comportarse un pastor en la iglesia?
Por nuestra parte, a nadie damos motivo alguno de tropiezo, para que no se desacredite nuestro servicio. 2 Corintios 6:3 Pase lo que pase, compórtense de una manera digna del evangelio de Cristo. Filipenses 1:27 Todos los que son llamados por Dios al ministerio del evangelio se comprometen solemnemente a una vida de obediencia alegre y de servicio altruista –un compromiso que glorifica a Dios y enriquece a su pueblo. (1 Crónicas 29:17)
- en el carácter personal.
Exalte a Cristo, no a si mismo. Sea honesto, ni exagerando ni prometiendo demasiado; amante de la paz, no contencioso; paciente, dueño de sí mismo; trabajador, no perezoso. Evite los conflictos de interés y, cuando sea necesario, repórtelos y busque asesoramiento.
- en el cuidado personal.
Cuide de las dimensiones espirituales, mentales, emocionales y físicas de su persona, porque “sus cuerpos son templos del Espíritu Santo” (1 Corintios 6:19).
- en la predicación y la enseñanza.
Interprete la Biblia con esmero y aplíquela con discernimiento: “Cuando enseñes, hazlo con integridad y seriedad, y con un mensaje sano e intachable” (Tito 2:7-8). Hable la verdad con amor. Dé el debido mérito a quien lo merezca cuando usa las palabras o ideas de otros. Será Digno de Confianza Ahora bien, a los que reciben un encargo se les exige que demuestren ser dignos de confianza. (1 Corintios 4:2)
- en el liderazgo.
Dé ejemplo de la fiabilidad de Dios en liderazgo para alentar y desarrollar esa misma fiabilidad en los demás. Use el poder y la influencia prudente(mente) y humildemente. Fomente la lealtad. Dedíquese al bienestar de toda la congregación. Cumple sus promesas. Responda sensible y adecuadamente a las circunstancias y necesidades del ministerio: “Quien puede ser honrado con muy poco también puede ser confiado con mucho, y quien es deshonesto con poco también es deshonesto con mucho” (Lucas 16:10).
- con información.
Guarde con cuidado las confidencias. Si se trata de un tema que usted será obligado a divulgar, de ser posible, mencione esta circunstancia por adelantado. Comunique sincera y discretamente cuando se le interrogue acerca de personas con tendencias destructivas o comportamientos pecaminosos.
- con recursos.
Sea honesto y prudente tanto con los recursos personales como los del ministerio. Rechace cualquier regalo que pudiera comprometer al ministerio. Asegúrese de que todas las ofrendas designadas se usen para su propósito estipulado: “Si ustedes no han sido honrados en el uso de las riquezas mundanas, ¿quién les confiará las verdaderas?” (Lucas 16:11).
- Por este motivo, un ministro: Buscará la Integridad Yo sé, mi Dios, que tú pruebas los corazones y amas la rectitud;
- Por eso, con rectitud de corazón te he ofrecido voluntariamente todas estas cosas;
- Diga la verdad o guarde el silencio: “La gente chismosa revela los secretos; la gente confiable es discreta” (Proverbios 11:13);
Buscará la Pureza Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir en la manera de hablar, en la conducta, y en amor, fe y pureza. (1 Timothy 4:12)
- en mantener la pureza sexual. Evite comportamientos sexuales pecaminosos y relaciones inapropiadas. Resista la tentación: “Entre ustedes no debe haber ni una mención de inmoralidad sexual” (Efesios 5:3a).
- en formación espiritual.
Busque con toda seriedad la ayuda del Espíritu Santo para guiarlo y ayudarlo en su crecimiento espiritual. Sea fiel en mantener un corazón devoto al Señor. Sea consistente y deliberado en la oración y el estudio. “Llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo” (2 Corintios 10:5).
- en teología.
Estudie la Biblia regular(mente) y cuidadosamente para entender su mensaje, y abrace la doctrina bíblica. En la estructuración teologica, considere la enseñanza bíblica como la máxima autoridad por encima de todas otras fuentes de información.
- en la práctica profesional.
Identifique a un ministro/consejero que pueda proveer asesoramiento y consejos personales cuando los necesite. Desarrolle una concientización de sus propias necesidades y vulnerabilidades. No se aproveche de las vulnerabilidades de los demás a través de la explotación o la manipulación. Enfrente la mala conducta de otros miembros del clero directamente o, si es necesario, a través de las personas indicadas que los supervisan. (1 Pedro 5:2-3)
- en las finanzas.
Promueva prácticas de contabilidad aceptadas y auditorías regulares. Asegúrese de que los fondos sean usados para los propósitos asignados del ministerio.
- en las responsabilidades del ministerio.
Asegúrese de que exista una claridad en la estructuración de autoridad, el proceso decisorio, la descripción de las posiciónes y la política de responder a las quejas. Dé ejemplo, practicando la responsabilidad en los niveles organizacionales más altos.
- en una denominación u organización de ministerio.
Cumple con las normas y expectativas de la confesión religiosa, incluso los informes regulares. Facilitará la Imparcialidad Hermanos míos, la fe que tienen en nuestro glorioso Señor Jesucristo no debe dar lugar a favoritismos. Supongamos que en el lugar donde se reúnen entra un hombre con anillo de oro y ropa elegante, y entra también un pobre desharrapado. Si atienden bien al que lleva ropa elegante y le dicen: «Siéntese usted aquí, en este lugar cómodo», pero al pobre le dicen: «Quédate ahí de pie» o «Siéntate en el suelo, a mis pies», ¿acaso no hacen discriminación entre ustedes, juzgando con malas intenciones? (Santiago 2:1-4)
- con el personal.
Siga las normas de la iglesia y la confesión religiosa en los procesos de selección de personal. Abogue por unos sueldos y beneficios equitativos. Provea la afirmación, capacitación, evaluación y retroalimentación. Sea honesto con el personal con respecto a las áreas que deberían celebrar así como las que necesitan mejorar.
- con los feligreses.
Asegure el acceso adecuado al personal para los feligreses. Predique y enseñe de una manera que responda a las necesidades de toda la congregación. Responsabilícese del bienestar de la congregación. Cuando alguien le solicite una ayuda que va más allá de su competencia personal, refiéralo a otros que tengan la experiencia requerida.
- con la comunidad.
Con respecto a otros ministerios locales, procura edificar el Reino de Dios en cooperación y no en competición con ellos. Ofrezca sus ministerios cristianos al público en lo posible. Fomente la buena ciudadanía.
- con una congregación previa.
No busque feligreses de una iglesia donde usted ha servido anteriormente sin la autorización del pastor actual. Evite entrometerse con un antiguo ministerio. Como ministro del evangelio, me comprometo a cumplir con las normas establecidas por la Asociación Nacional de Evangélicos en el Código de Ética para los Pastores. Firma ______________________________________________________ Fecha__________________ Nombre___________________________________________________.
¿Cuál es el trabajo de un pastor en la iglesia?
En el cristianismo, un pastor es una persona a la que se ha conferido autoridad dentro de una iglesia para dirigir y cuidar una congregación de creyentes.
¿Qué es ser un mal pastor?
El mal pastor ( mal líder) se preocupa por cuidarse él y centra su interés en ver cómo crece en fama, bienes, posición, seguridad y usa a las ovejas como pretexto, sin importarle realmente la condición integral de ellas. ‘No se identifica con ellas’.
¿Cómo es la vida de un pastor?
El pastor es la persona que se dedica a la cría, guía y cuidado del ganado al aire libre. Especialmente referido al ganado ovino, el término también se aplica a otras especies de rumiantes. Este trabajo se conoce como pastoreo, justamente porque debe quedarse observando a los animales mientras ellos pastan.
¿Cuáles son las características de un pastor de ovejas?
El pastor es la persona que se dedica a la cría, guía y cuidado del ganado al aire libre. Especialmente referido al ganado ovino, el término también se aplica a otras especies de rumiantes. Este trabajo se conoce como pastoreo, justamente porque debe quedarse observando a los animales mientras ellos pastan.
¿Como debe ser un pastor con su familia?
El principio fundamental – El primer principio para el éxito familiar es la oración. El sacerdote pastor tiene el privilegio y la responsabilidad de interceder ante Dios, por su familia y por la iglesia. Job fue un modelo del sacerdocio familiar, clamando en cada situación por sus hijos (Job 1.
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- Eso capacita al siervo de Dios para su intercesión pastoral por los miembros de la iglesia;
- Nueve años después de cuando ingresé a El Salvador, realicé una encuesta con pastores de tres países, para una tesis sobre la formación de los hijos de pastores;
La encuesta reveló que casi el 80% de ellos no practicaban el altar familiar en forma sistemática, y algunos de ellos, ni siquiera lo hacían con su esposa. El éxito de un padre inicia en la oración por los hijos que aún no llegan. Un padre de rodillas tiene hijos que se mantienen de pies.